El sufrimiento de Cristo y la soberanía de Dios

Conferencia nacional

El sufrimiento y la soberanía de Dios

Lo que me gustaría hacer en esta última sesión es exaltar a Cristo en su sufrimiento. Y en el proceso me gustaría aventurarme en la explicación Bíblica definitiva para la existencia del sufrimiento. Quisiera hacerlo de modo que usted y yo seamos liberados de los efectos paralizantes del desaliento, la autocompasión, del temor y del orgullo para dedicarnos- siendo capaces o incapaces -a esparcir una pasión por la supremacía de Dios en todas las cosas (incluyendo el sufrimiento) para el gozo de todos mediante Jesucristo.

La Explicación Bíblica Definitiva para la Existencia del Sufrimiento

Creo que el universo completo existe  para mostrar la grandeza de la gloria de la gracia de Dios. Pude haber dicho más simplemente que el universo completo existe para mostrar la grandeza de la gloria de Dios. Eso sería cierto. Pero la Biblia es más específica. La gloria de Dios resplandece más brillantemente, más completamente, y más hermosamente en la manifestación de la gloria de su gracia. Por tanto, este es el objetivo definitivo y la explicación definitiva de todas las cosas (incluyendo el sufrimiento).

Dios decretó desde la eternidad, mostrar la grandeza de la gloria de su gracia para el disfrute de sus criaturas, y nos reveló que este es el objetivo y la respuesta definitiva al por qué existe el pecado, al por qué existe el sufrimiento, y al por qué existe un gran Salvador en el sufrimiento. Jesucristo, el Hijo de Dios, vino en carne a sufrir y morir, y mediante ese sufrimiento y esa muerte, salvar a pecadores indignos como usted y como yo. Esta encarnación para sufrir y morir es la manifestación suprema de la grandeza de la gloria de la gracia de Dios. O para decirlo un poco diferente, la muerte de Cristo en su sufrimiento supremo es la más elevada, más segura, y más clara demostración de la gloria de la gracia de Dios. Si esto es cierto, entonces se nos revela una devastadora verdad, es decir, el sufrimiento es una parte esencial del universo creado; en él la grandeza de la gloria de la gracia de Dios puede ser revelada más completamente. El sufrimiento es una parte esencial del tapiz del universo para que el tejido de la gracia pueda ser visto por lo que realmente es.

Para ponerlo más simple y claramente: la razón definitiva por la que el sufrimiento existe en el universo es para que Cristo pueda demostrar la grandeza de la gloria de Dios al sufrir en sí mismo para superar nuestro sufrimiento. El sufrimiento del inocente e infinitamente Santo Hijo de Dios en el lugar de los absolutamente indignos pecadores para traernos al eterno gozo, es la más grande demostración de la gloria de la gracia de Dios que haya existido jamás, o que pudo existir jamás.

Al concebir un universo en el que se pueda demostrar la gloria de su gracia, Dios no seleccionó un plan ‘B’. Este era el momento (Viernes Santo) para el que todo en el universo estaba planeado. No pudo existir una demostración más grande de la gloria de la gracia de Dios que la que ocurrió en el Calvario. Todo lo que lleva, y se deriva de esto, está explicado por esto, incluyendo todo el sufrimiento existente en el mundo.

El Sendero Bíblico que Lleva a Esta Verdad

Caminen ahora conmigo, si quisieran, sobre el sendero bíblico que me ha llevado a esta verdad. Hasta este punto esto solo parece un sondeo elevadamente teológico o filosófico. Pero es mucho más que eso. Es lo que las mismísimas palabras de las Escrituras enseñan claramente.

Apocalipsis 13:8

Comencemos con Apocalipsis 13:8. Juan escribe: “Y la adoraron [a la bestia] todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo”. Esa es una buena y cuidadosa, traducción literal. Esto quiere decir que antes de que el mundo fuera creado, existía un libro llamado “el libro de la vida del Cordero que fue inmolado”. El Cordero es Jesucristo crucificado. El libro es el libro de Jesucristo crucificado. Por tanto, antes que Dios hiciera el mundo ya había considerado a Cristo crucificado, y ya había considerado a personas buscadas por su sangre escrita en el libro. Por tanto, el sufrimiento de Jesús no fue una idea tardía, como si la obra de la creación no hubiese salido del modo que Dios la planeó. Antes de la creación del mundo Dios tenía un libro llamado “El libro de la vida del Cordero que fue inmolado”. La inmolación del Cordero estaba considerada antes de que comenzara la obra de la creación.

2da Timoteo 1:9

Consideren luego a 2da a Timoteo 1:9 Pablo mira atrás hacia la eternidad antes del comienzo de los tiempos y dice: “[Dios] quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada [es decir él nos dio esta gracia] en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos”. Dios nos dio gracia (favor inmerecido- ¡favor hacia los pecadores, gracia!) en Cristo Jesús “antes de los tiempos de los siglos”. Todavía no habíamos sido creados. Todavía no habíamos existido así que no podíamos haber pecado. Pero ya Dios había decretado que esa gracia (una especie de gracia en Cristo, una gracia comprada con sangre, una gracia que supera al pecado) llegaría a nosotros mediante Cristo Jesús. Todo esto antes de la creación del mundo.

De modo que existe un “libro de la vida del Cordero que fue inmolado,” y existe la “gracia” fluyendo hacia los pecadores indignos que no han sido creados todavía. No pierda la magnitud del significado de la palabra “inmolado” (esphagmenou): “el Cordero que fue inmolado”. Esta palabra es utilizada en el Nuevo Testamento solo por el apóstol Juan, significa literalmente: “sacrificado”. Así que tenemos sufrimiento (el  sacrificio del Hijo de Dios) en la mente y el plan de Dios antes de la fundación del mundo. El Cordero de Dios sufrirá, Él será sacrificado. Ese es el plan.

¿Por qué? Les mostraré el texto bíblico que responde, pero permítanme explicarlo de nuevo: El objetivo de la creación es la más completa, más clara y más segura demostración de la grandeza de la gloria de la gracia  de Dios. Y esa demostración sería el sacrificio del mejor Ser del universo, para el bien de millones de pecadores indignos. El sufrimiento y la muerte del Cordero de Dios es la mejor demostración posible de la gloria de la gracia de Dios. Es por eso que Dios la planeó antes de la fundación del mundo.

Efesios 1

He aquí el soporte bíblico, primero en Efesios 1 y después en Apocalipsis 5. En Efesios 1:4 Pablo dice, “[Dios] según nos escogió en él [es decir, en Cristo] antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6para alabanza de la gloria de su gracia”. El propósito de toda la historia de la redención es producir la alabanza de la gloria de la Gracia de Dios.

Pero percátese de que en estos versículos Pablo dice dos veces que este plan ocurrió “en Cristo” ó “por medio Cristo” antes de la fundación del mundo. Dice en el versículo 4 que Dios “nos escogió en [Cristo] antes de la fundación del mundo […] para alabanza de la gloria de su gracia”. Y dice en el versículo 5 que predestinó nuestra adopción por medio de Cristo antes de la fundación del mundo para alabanza de la gloria de su gracia. ¿Qué quiere decir que “en Cristo” fuimos escogidos y que nuestra adopción era para que ocurriera “por medio de Cristo”? Sabemos que en la mente de Pablo Cristo sufrió y murió como Redentor para que pudiéramos ser adoptados como hijos de Dios (Gálatas 4:5). Nuestra adopción no podía ocurrir independiente de la muerte de Cristo.

Por tanto, lo que Pablo quiere decir es que escogernos “en Cristo” y planear adoptarnos “por medio de Cristo” era planear el sufrimiento y la muerte de su Hijo desde antes de la fundación del mundo. Los versículos 6 y 12 dejan claro que el propósito de este plan era  provocar “alabanza de la gloria de la gracia de Dios”. Hacia allá era a dónde Dios quería llevarnos. Y es por eso que él planeó el sufrimiento y la muerte de su Hijo por los pecadores desde antes de la creación del mundo.

Apocalipsis 5:9-12

Ahora, consideren el segundo soporte bíblico para esta afirmación en Apocalipsis 5:9-12. Aquí los ejércitos de los cielos están adorando al Cordero precisamente porque fue inmolado, muerto, sacrificado.

Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; […] Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono […] millones de millones, 12que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.

Los habitantes del cielo no enfocan su adoración simplemente en el Cordero, sino en el “Cordero que fue inmolado”. En Apocalipsis 15:3 cantan ese cántico. Por tanto, podemos concluir que la pieza central de la adoración en el cielo para toda la eternidad, será la demostración de la gloria de la gracia de Dios en el Cordero sacrificado. Los ángeles y todos los redimidos cantarán del sufrimiento del Cordero, por los siglos de los siglos. El sufrimiento del Hijo de Dios nunca será olvidado. El más grande sufrimiento que haya existido, estará en el centro de nuestra adoración y de nuestra admiración por los siglos de los siglos. Esta no es una idea tardía de Dios, es su plan desde antes de la fundación del mundo.

Todo lo demás está subordinado a este plan. Todo lo demás está colocado en su lugar para el bien de este plan: ‘la demostración de la grandeza de la gloria de la gracia de Dios en el sufrimiento del amado’, este es el Propósito de la creación y la existencia del universo.

El Misterio De Que Dios Ordenó Que Existiera El Pecado Pero Que No Ordenó

¿Ven ustedes lo que esto implica sobre el pecado y el sufrimiento en el universo? Según este plan divino, Dios permitió que el pecado entrara al mundo, ordenó que lo que él más odia sucediera. No hay pecado en Dios al querer que exista el pecado. No necesitamos comprender el misterio. Podemos contentarnos con decir sobre el pecado de Adán y Eva lo que dijo José acerca del pecado de sus hermanos, cuando lo vendieron como esclavo: “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien” (Génesis 50:20).

Adán y Eva, pensaron hacer un mal contra Dios cuando le rechazaron como Padre y más grande Tesoro, pero ¡oh, que bien tan infinito planeó a través de esta caída! La semilla de la mujer un día heriría la cabeza de la gran Serpiente, y por el sufrimiento de esta semilla se demostraría la grandeza de la gloria de la gracia  de Dios. Ni Adán ni Eva destruyeron su plan, tal como José fue vendido pecaminosamente como esclavo, ellos se han vendido por una manzana, han caído y ahora se dan todas las condiciones para la perfecta demostración de la grandeza de la gloria de la gracia de Dios.

Porque no solo entró el pecado al mundo, sino que por él, entró el dolor y la muerte. Pablo nos dice que Dios sujetó al mundo a vanidad y corrupción, bajo su santa maldición, Romanos 8:20-23:

Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; 21porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. 22Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; 23y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.

Cuando el pecado entró al mundo, le siguieron cosas horribles, pero muy horribles. Enfermedades, malformaciones, discapacidades, catástrofes naturales, atrocidades  humanas (tanto en el niño más joven como en el abuelo más anciano, en el canalla más vil como en el santo más dulce) el sufrimiento no hace distinciones. Es por eso que Pablo dice en Romanos 8:23: “nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo”.

Ezequiel nos dice que Dios no se deleita en este sufrimiento. “Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío” (Ezequiel 33:11). Pero el plan permanece, y Jeremías nos da un vistazo de la misteriosa complejidad de la mente de Dios en Lamentaciones 3:32-33, “Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; Porque no aflige ni entristece voluntariamente”. Literalmente: “Él Señor nos hiere y nos aflige, pero no porque sea de su agrado (millibbo)”. Ordena que llegue el sufrimiento (“Él Señor nos aflige”) pero no se deleita en el sufrimiento, sino en el gran propósito de la creación: la demostración de la gloria de la gracia de Dios en el sufrimiento de Cristo para la salvación de los pecadores.

Todas las condiciones han sido creadas. El drama de la historia de la redención comienza a desarrollarse. Ahora el pecado está mortalmente en vigor. El sufrimiento y la muerte están presentes y listos para consumir al Hijo de Dios cuando llegue. Ahora todas las cosas están en su lugar para la demostración más grande posible de la gloria de la gracia de Dios.

Por tanto, en su momento, Dios envió a su Hijo al mundo a sufrir en lugar de los pecadores. Toda la dimensión de su obra salvadora fue lograda por el sufrimiento. En la vida y en la muerte de Jesucristo, el sufrimiento encuentra su propósito definitivo y su explicación suprema: El sufrimiento existe para que Cristo pueda demostrar la grandeza de la gloria de la gracia de Dios al sufrir en sí mismo para superar nuestro sufrimiento.

Todo--todo--lo que Cristo logró para nosotros los pecadores, lo logró por medio del sufrimiento. Todo lo que disfrutaremos por siempre, vendrá a nosotros a causa del sufrimiento.

La Exhibición De La Gracia De Dios En Los Logros Que Cristo Alcanzó Mediante Su Sufrimiento

Considere la exhibición de la gracia de dios en los logros que Cristo alcanzó mediante su sufrimiento

1. Cristo absorbió la ira de Dios en nuestro nombre--y lo hizo por medio del sufrimiento.

Gálatas 3:13, “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)”. La ira que debió haber causado nuestro eterno sufrimiento cayó sobre Cristo. Esta es la  gloria de la gracia, y solo pudo llegar mediante el sufrimiento.

2. Cristo cargó nuestros pecados y compró nuestro perdón--y lo hizo por medio del sufrimiento.

1ra de Pedro 2:24: “él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero” Isaías 53:5, “él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados” Los pecados que debieron habernos molido bajo el peso de la culpa fueron transferidos a Cristo. Esta es la gloria de la gracia, y solo pudo suceder por medio del sufrimiento.

3. Cristo proporcionó una justicia perfecta que nos convierte a nosotros en él--y lo hizo mediante el sufrimiento.

Filipenses 2:7-8, “sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. La obediencia de Cristo por la que muchos son considerados justos (Romanos 5:19) debía ser hasta la muerte, y muerte de cruz. Esta es la gloria de la gracia, y solo llegaría mediante el sufrimiento.

4. Cristo derrotó la muerte--y lo hizo al sufrir la muerte.

Hebreos 2:14-15, “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre”.  “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 56ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. 57Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.” (1 Corintios 15:55). Esta  es la gloria de la gracia y llegaría solo por medio del sufrimiento.

5. Él desarmó a Satanás--y lo hizo por medio del sufrimiento.

Colosenses 2:14-15: “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz”  Cuando el registro de todas nuestras transgresiones a la ley fue clavado en la cruz y cancelado, el poder de Satanás para destruirnos fue derrotado. Satanás solo tiene un arma que puede condenar a las personas al infierno: el pecado sin perdón. Cristo le arrebató esta arma de las manos a Satanás en la cruz. Esta es la gloria de la gracia, y solo podía llegar mediante el sufrimiento.

6. Cristo compró una sanidad perfecta y definitiva para todo su pueblo--y lo hizo por medio del sufrimiento.

Isaías 53:5, “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”. “Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.”  (Apocalipsis 7:17). El Cordero fue sacrificado, el Cordero resucitó de entre los muertos, y el Cordero junto con el Padre enjugará toda lágrima de nuestros ojos. Esta es la gloria de la gracia, y solo podía llegar por medio del sufrimiento.

7. Finalmente Cristo nos llevará a Dios--y lo hará por medio de su sufrimiento.

1ra de Pedro 3:18: “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu”. El logro definitivo de la cruz no es librar de las enfermedades sino establecer una sociedad con Dios. Es para esto que fuimos creados: Para ver, disfrutar y mostrar la gloria de Dios. Esta es la gloria de la gracia, y solo podía llegar mediante el sufrimiento.

La Razón Suprema Por la que Existe el Sufrimiento

El propósito supremo del universo es mostrar la grandeza de la gloria de la gracia de Dios. La demostración más clara, elevada, y segura de esta gloria está en el sufrimiento de la mejor persona del universo en lugar de millones de indignos pecadores. La razón suprema por la que el sufrimiento existe en el universo es que Cristo pueda exhibir la grandeza de la gloria de la gracia de Dios, al sufrir en sí mismo superando nuestro sufrimiento, y provocar la alabanza de la gloria de la gracia de Dios.

Oh cristianos, recuerden a Carl Ellis, y David Powlison, y Mark Talbot, y Steve Saint, y Joni  Eareckson Tada. Todos ellos, a su manera, dijeron que ya sea que seamos capaces o incapaces, que estemos soportando una pérdida o deleitándonos en los amigos, que estemos sufriendo un  dolor o saboreando un placer, todos los que creemos en Cristo somos inmensamente ricos en él y tenemos muchos motivos por los que vivir. No malgaste su vida. Saboree las riquezas que tiene en Cristo y dedíquese, sin importar lo que le cueste, a repartir sus riquezas con este mundo desesperado.