Si creyeran en Moisés, creerían en Mí

Porque de Mí escribió él

Vosotros habéis enviado a preguntar a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad.  Pero el testimonio que yo recibo no es de hombre; mas digo esto para que vosotros seáis salvos.  El era la lámpara que ardía y alumbraba, y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz.  Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan;  porque las obras que el Padre me ha dado para llevar a cabo, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado.  Y el Padre que me envió, ése ha dado testimonio de mí.  Pero no habéis oído jamás su voz ni habéis visto su apariencia. Y su palabra no la tenéis morando en vosotros, porque no creéis en aquel que El envió.  Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida.  No recibo gloria de los hombres;  pero os conozco, que no tenéis el amor de Dios en vosotros.  Yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís. Si otro viene en su propio nombre, a ése recibiréis.  ¿Cómo podéis creer, cuando recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único? No penséis que yo os acusaré delante del Padre;  el que os acusa es Moisés, en quien vosotros habéis puesto vuestra esperanza.  Porque si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él.  Pero si no creéis sus escritos, ¿cómo creeréis mis palabras?

En lugar de ir hacia el capítulo 6, pensé que debíamos hacer una pausa nuevamente en Juan 5 y enfocarnos en algo que es inmensamente importante para Juan y para los otros escritores del Nuevo Testamento, a saber, la forma en que vieron las Escrituras del Antiguo Testamento, y cómo esas Escrituras se relacionan con Jesús, y la diferencia ello implica para nosotros. Este es un buen lugar para este enfoque porque, dos veces en este pasaje, Jesús dice que las Escrituras del Antiguo Testamento están escritas acerca de él.

Gentiles Recibiendo Escrituras Judías

Vea Juan 5:39: "Examináis las Escrituras," dice Jesús, "porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí." La palabra Escrituras aquí, se refiere a las Escrituras judías, las llamamos El Antiguo Testamento, que es otra palabra para Antiguo Pacto. Las llamamos Antiguo Testamento, o Antiguo Pacto, porque creemos que ha llegado el Mesías judío, Jesús, y por su muerte y resurrección inauguró un Nuevo Testamento, es decir, un Nuevo Pacto (Jeremías 31:31; Lucas 22:20; Hebreos 8:13; 12:24; 13:20). Así que los escritos que Jesús autorizó mediante sus apóstoles, están incluidos en nuestras Biblias porque resumen la consumación de lo que fue prometido en el Antiguo Pacto, es decir, el Nuevo Pacto.

Lo más decisivo en este Nuevo Pacto es que Jesús, el Mesías judío, murió por los pecadores para que, tanto los judíos como los gentiles que confían en él, pudieran volverse herederos de las promesas del Antiguo Testamento. Jesús lo enseñó cuando dijo: "Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. Pero los hijos del reino serán arrojados a las tinieblas de afuera;  allí será el llanto y el crujir de dientes" (Mateo 8:11-12). En otras palabras, los gentiles que creen en Jesús, el Mesías, están incluidos en la bendición de Abraham. Y los judíos que no creen en Jesús están excluidos de las bendiciones de Abraham.

Para Salvar Tanto a Israel como al Mundo

Dicho de otro modo, cualquier judío o gentil, será heredero de la bendición de Abraham si cree en Jesús el Mesías. Por tanto, dice Pablo: "sabed que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham... Y si sois de Cristo, entonces sois descendencia de Abraham, herederos según la promesa" (Gálatas 3:7; 29).

Así que todo el Antiguo Testamento es precioso para los cristianos, porque todos los cristianos son contados, ante Dios, como verdaderos judíos, beneficiarios de las promesas hechas al pueblo del pacto. El antiguo Testamento es precioso para los cristianos porque es un libro sobre la obra de Dios con Israel, en preparación para el Mesías que vendría, no sólo para salvar a Israel, sino para salvar al mundo del poder y del castigo del pecado.

Un Libro de Lecciones para las Naciones

Dios prometió a Abraham en Génesis 12:2-3: "Haré de ti una nación grande, y te bendeciré. . . Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra." Y entonces Pablo nos muestra que esta promesa es consumada en el evangelio de Jesús, el Mesías. Dice: "Y la Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, anunció de antemano las buenas nuevas a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones" (Gálatas 3:8).

Así que los cristianos no rechazamos el Antiguo Testamento sólo porque tenemos el Nuevo Testamento. Por el contrario, lo recibimos como la Palabra de Dios en preparación para el Mesías Jesús, y como la Palabra de Dios en la continua iluminación del significado de Jesús y su obra. El Antiguo Testamento es un libro de lecciones para las naciones que continúa arrojando luz sobre la obra de Cristo.

Las Escrituras dan Testimonio de Jesús

Ahora, volviendo a Juan 5:39: "Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.” Así que Jesús está diciendo que el Antiguo Testamento, las Escrituras judías, nuestras Escrituras, tomadas como un todo, dan testimonio de él.

Y el versículo 46 lo dice un tanto diferente: " Porque si creyerais a Moisés [el autor de lo cinco primeros libros del Antiguo Testamento], me creeríais a mí, porque de mí escribió él.” De modo que el versículo 46 dice que Moisés escribió sobre Jesús, y el versículo 39 dice que las Escrituras dan testimonio sobre Jesús.

¿Cómo Dan Testimonio Las Escrituras?

Medite por un momento en las implicaciones de decir que las Escrituras "dan testimonio" de Jesús. ¿Qué implican las palabras "dan testimonio"?  Escuche la forma en que Juan usa la palabra. En Juan 1:34, Juan Bautista dice: "Y yo le he visto y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.”  En Juan 3:11, Jesús dice: "hablamos lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto."  Juan 3:32 dice: "Lo que El ha visto y oído, de eso da testimonio". Y Juan 19:35 dice: "Y el que lo ha visto ha dado testimonio."

Así que un testigo es, ordinariamente, quien ha visto algo y puede testificar de lo que ha visto. Un testigo da evidencia de primera mano. Estuvo allí. No supone que algo sucedió. Él dice, sé que sucedió, yo lo vi.

Dios es el Testigo

Por tanto, ¿qué significa que Juan llame a las Escrituras del Antiguo Testamento testigos de Jesús? Como las Escrituras no pueden ver, creo que al decir "Escrituras," está queriendo decir: Escrituras-Inspiradas-Por-Dios. Dios vio a Jesús y conoció a Jesús mucho antes de que Jesús estuviera sobre la tierra. Le vio como su Hijo eternamente en los cielos (Juan 1:1-3), y vio lo que su Hijo haría en la historia cuando vino. Y por eso, testificaría.

Así, cuando Juan dice sobre las Escrituras en 5:39: "ellas son las que dan testimonio de mí," quiere decir que Dios conoció perfecta y plenamente a Jesús, cara a cara, y que él inspiró estas Escrituras, y mediante las Escrituras reveló a Jesús. Dios dijo e hizo algunas obras en las Escrituras que, si las hubiéramos entendido, nos habrían dado un destello de Jesús y nos habrían preparado para reconocerle y recibirle cuando vino.

El Testimonio de las Escrituras en el Evangelio de Juan

Las implicaciones para nosotros y para los pueblos de otras religiones son enormes. Pero antes de bosquejar esas implicaciones, vea conmigo cuán dominante es la Escritura en la manera en que Juan escribe su Evangelio. Haremos una rápida revisión para darles un sentido de cuán importante es el testimonio de las Escrituras para Juan.

En Juan 2:17, Jesús expulsa a los mercaderes del templo, y Juan cita el Salmo 69:9 y dice: "Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: El celo por tu casa me consumirá."

En Juan 6, Jesús recordó a los judíos que sus padres habían comido maná en el desierto (Éxodo 16:15), y entonces lo aplicó a sí mismo y dijo: "Porque el pan de Dios es el que baja del cielo, y da vida al mundo" (Juan 633). Así que el maná es un tipo y apunta a la vida y el ministerio de Jesús.

En Juan 6:44-45, Jesús enseña que nadie viene a él a menos que le Padre le envíe. Y entonces se explica en términos de ser personalmente enseñados por el Padre. Se refiere a Isaías 54:13: "Escrito está en los profetas: “Y todos serán enseñados por Dios.” Todo el que ha oído y aprendido del Padre, viene a mí."  Así que los profetas señalaron cómo vendrían las personas al Mesías, Jesús.

En Juan 7:38, Jesús compara al Espíritu Santo con el agua viva que fluirá de aquellos que creen en él y dice que ya había sido "dicho" en las Escrituras: "El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: “De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva.” Quizás se refiere a Isaías 58:11: "serás como huerto regado y como manantial cuyas aguas nunca faltan," y a pasajes que comparan al Espíritu Santo con el agua (ej. Isaías 44:3; Ezequiel 36:25-26).

En Juan 7:42, los enemigos de Jesús señalaron el hecho de que el Mesías debía nacer en Belén, refiriéndose a Miqueas 5:2, porque no creían que allí era donde Jesús había nacido. Pero había nacido allí, y ello también afirmaba su verdad.

Juan 10:35 es una de las referencias más importantes de las Escrituras en el evangelio de Juan, porque después de referirse al Salmo 82:6, Jesús dice: "la Escritura no se puede violar."  Este es uno de los reclamos más fuertes sobre la inefabilidad e inerrabilidad de la Biblia en todas las Escrituras.

Y no es algo inusual. Jesús dijo en Mateo 5:17-18: "No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla." Ni la más pequeña enseñanza de las Escrituras fracasará. Se cumplirá totalmente.  Ésa era la perspectiva de Jesús.

Lo más Sorprendente: Juan 12

Quizás la declaración más sorprendente sobre las Escrituras en el Evangelio de Juan sea Juan 12:37-41, donde Juan cita Isaías 6 (versículo 10), que contiene la famosa visión de Dios "Santo, Santo, Santo, es el Señor de los ejércitos, llena está toda la tierra de su gloria" (Isaías 6:3). Luego, Juan dice en el 12:41: "Esto dijo Isaías porque vio su gloria, y habló de El.”

Es simplemente sorprendente. Isaías está testificando de la gloria de Jesús porque cuando vio la gloria de Dios revelada en los cielos, había visto la gloria de Jesús. No pudo haberse dicho algo más arrasador sobre la manera en que el Antiguo Testamento testifica de Jesús. En esencia, Juan está diciendo: Donde Dios se manifiesta en el Antiguo Testamento, Jesús está manifestado. Si usted ve a Dios obrando, ve a Jesús obrando.

Apuntando Profundamente a Jesús en Cada Lugar

Significa que el Antiguo Testamento no sólo hace que las personas conozcan a Jesús mediante las profecías específicas que tienen su cumplimiento específico en Jesús (como haber nacido en Belén), sino algo mucho más profundo; la idea es que si usted se encuentra a Dios y conoce a Dios, y admira a Dios, y confía en Dios, y es moldeado por Dios según Él realmente se revela a sí mismo y a sus caminos en todo el  Antiguo Testamento, entonces, cuando Jesús viene, usted lo reconocerá. Ya le habrá conocido. Dios habrá moldeado su mente y corazón de tal manera que cuando venga en carne, no habrá discordia, ni disonancia, ni contradicción entre el Dios que conoce en el Antiguo Testamento, y la aparición de Dios en Jesús. Juan 12:37-41 es una ventana sorprendente hacia la manera en que Jesús vio las Escrituras judías.

Planeado por Dios y Testificado en las Escrituras

Entonces, a partir del capítulo 13 hasta el final del libro, Juan se entrega a la demostración de que casi cada detalle de la obra redentora de Jesús fue planificado por Dios y testificado en las Escrituras.

  • "El que come mi pan ha levantado contra mí su calcañar" (Juan 13:18 = Salmo 41:9).
  • "Me odiaron sin causa" (Juan 15:25 = Salmo 35:19).
  • "ninguno se perdió, excepto el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliera" (Juan 17:12 = Salmo 109:8).
  • "Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes" (Juan 19:24 = Salmo 22:18).
  • "Para que se cumpliera la Escritura, dijo: Tengo sed" (Juan 19:28 = Salmo 69:21).
  • "No será quebrado hueso suyo" (Juan 19:36 = Salmo 34:20).
  • "Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron" (Juan 19:37 = Zacarías 12:10).
  • "Porque todavía no habían entendido la Escritura, que Jesús debía resucitar de entre los muertos" (Juan 20:9 = Salmo 16:10).

Y además de todas estas citas específicas de las Escrituras, el evangelio de Juan está lleno de alusiones indirectas a las Escrituras. Así que tenemos alusiones indirectas, citas directas para mostrar cumplimientos específicos, y tenemos declaraciones, como la del capítulo 12, para mostrar que toda la revelación de Dios en el Antiguo Testamento es una revelación de Jesús. Si conocemos a Dios según El es realmente en el Antiguo Testamento, entonces conocemos a Jesús.

Inmensas Implicaciones para el Mundo

Anteriormente dije que hay inmensas implicaciones para nosotros y para pueblos de otras religiones. Concluyamos mirando tres de ellas.

Hay una suposición detrás de estas tres implicaciones, que son muy controversiales en un mundo religioso pluralista relativista, como el nuestro. La suposición es que el Dios del Antiguo Testamento y la persona de Jesús están revelados en las Escrituras como una unidad tal (cuando Isaías vio la gloria de Dios, vio la gloria de Jesús) que lo que uno hace puede ser considerado como hecho por el otro.

Juan nos lo muestra tres veces. Éstas son las tres implicaciones. Pruébese a usted mismo y pruebe a otros que reclaman conocer a Dios.

1. ¿Conoce Usted a Dios?

En Juan 8:19, los adversarios de Jesús, quienes decían conocer a Dios, dicen: "¿Dónde está tu Padre? Jesús respondió: No me conocéis a mí ni a mi Padre.  Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre.” El hecho de que estos adversarios no conocen a Jesús, no perciben su deidad o carácter mesiánico o su papel como Siervo Sufriente (Isaías 53), muestra que no conocen a Dios. "No me conocéis a mí ni a mi Padre."

2. ¿Honra Usted a Dios?

En Juan 5:23, Jesús dice: "El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.” El Padre y el Hijo están revelados en las Escrituras con tal unidad que si usted deshonra a uno, deshonra al otro. Si usted dice conocer a Dios hoy, pero rechaza a Jesús como el Hijo divino de Dios y como el Salvador Mesías crucificado y resucitado, lo que dice es falso, y  no honra a Dios.

3. ¿Ama Usted a Dios?

Jesús dijo en Juan 5:42-43: "pero os conozco, que no tenéis el amor de Dios en vosotros.  Yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís." ¿Cómo sabe Jesús que ellos no aman a Dios? Porque no reciben a Jesús por quien realmente es, el Hijo de Dios.

La Prueba es Jesús

En resumen entonces, usted puede probarse a sí mismo y a otros, con respecto a si conoce a Dios, u honra a Dios, o ama a Dios. Y la prueba es Jesús—Cualquier reclamo de un judío o musulmán o hindú o budista o espiritista o animista o cristiano, cualquier reclamo de conocer a Dios u honrar a Dios o amar a Dios mientras no se recibe a Cristo como el Hijo de Dios y el Salvador crucificado y resucitado, es un reclamo falso. La medida de todo verdadero conocimiento de Dios, honra a Dios, y amor a Dios es conocer, honrar, y amar a Jesús por quien realmente es.

Por tanto, cristiano (sea judío o gentil), reciba sus Escrituras. Todas las Escrituras. Tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento. Porque por ellas usted llega a conocer a Dios por quien realmente es, y esto significa que vendrá a conocer a Jesús. Porque toda ella testifica de él y habla de él.