Avancemos hacia la madurez

Por tanto, dejando las enseñanzas elementales acerca de Cristo, avancemos hacia la madurez, no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas y de la fe hacia Dios, de la enseñanza sobre lavamientos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto haremos, si Dios lo permite.

Cristianos como robles o como hierba

Hace dos semanas les pregunté si querían ser cristianos como robles, o cristianos como hierba. La semana pasada vimos en (5:13) que hay cristianos niños y cristianos adultos. Lo que es obvio en el libro a los Hebreos es que este escritor quiere que nos esforcemos para ser cristianos como robles. Hebreos 6:1 dice: "avancemos hacia la madurez". Él incluso se incluye a sí mismo en el grupo: " Avancemos. . . "No solo, "Avancen. . . "sino, "Ustedes y yo, nosotros, avancemos hacia la madurez". Esta es la meta de su vida y esta es su meta para ellos. Él está escribiendo y trabajando para esta meta.

Y por eso se convierte en un cubo de agua helada en nuestras caras cuando leemos en el versículo 3: "Y esto haremos, si Dios lo permite". !¿Qué?! ¡Si Dios lo permite! ¿Qué es este si? ¿Significa que Dios posiblemente no nos permita avanzar hacia la madurez? "avancemos hacia la madurez. . . Y esto haremos, si Dios lo permite" La semana pasada vimos que ellos eran tardos para oír. Así que esta bomba les habrá hecho despertarse. "Les exhorto a crecer y avanzar hacia la madurez. Y lo harán —si Dios lo permite".

Espero que ellos despertaran ante estas palabras —y temblaran. Espero que estas palabras le estremezcan también a usted. Quiero que profundicemos en estas palabras en esta mañana. Hay una visión de Dios aquí —un Dios grande, soberano, que lo gobierna todo, y a quien necesitamos mucho para ver y creer y descansar.

Primero, aclaremos qué quiere Él permitir y qué no. Vea la palabra "esto" en el versículo 3: "Esto haremos, si Dios lo permite" ¿A qué se refiere? Él acababa de mencionar tres cosas en el versículo 1.

  1. Dejen las enseñanzas elementales acerca de Cristo.
  2. Avancemos hacia la madurez.
  3. No echen nuevamente los fundamentos.

Enseñando lo elemental y estableciendo un fundamento

Ahora, aquí hay una pregunta que tenemos que hacernos. Algo no parece encajar. Vea nuevamente Hebreos 5:12: "Pues aunque ya debierais ser maestros, otra vez tenéis necesidad de que alguien os enseñe los principios elementales de los oráculos de Dios." La pregunta es: ¿cómo es que esto encaja con Hebreos 6:1 donde dice: "dejando las enseñanzas elementales acerca de Cristo, avancemos hacia la madurez, no echando otra vez el fundamento"? Un texto parece decir que ellos, nuevamente, necesitan las enseñanzas básicas (5:12), y el otro parece decir que usted no debiera establecer nuevamente un fundamento (6:1). Bien, ¿quiere él o no que ellos vayan, nuevamente,  hacia los fundamentos o hacia lo elemental?

Pienso que la respuesta es algo así: 5:12 dice que ellos necesitan la enseñanza acerca de lo elemental; 6:1 dice que ellos no debieran echar otra vez el fundamento en lo elemental. Así que obviamente hay una diferencia entre enseñar lo que ellos necesitan en 5:12 y la enseñanza reiterada de los fundamentos en 6:1. Ellos necesitan una de estas enseñanzas y no necesitan a la otra. ¿Cuál es la diferencia?

Creo que los principios elementales que necesitan (5:12) es cómo utilizar estos principios por amor de Cristo para avanzar hacia la madurez. Pero establecer nuevamente un fundamento, creo, implica que usted está perdiendo de vista los principios elementales de Cristo y está comenzando a ocuparse del Antiguo Testamento y de las verdades judías que eran usadas como fundamentos para presentar y comprender a Cristo. Y el escritor no quiere que ellos retrocedan tanto.

Permítanme explicar. En la mente de este escritor, echar un fundamento sobre el conocimiento de Cristo es diferente a enseñar acerca de cómo vivir en Cristo sobre la base de ese fundamento. El fundamento que tiene en mente está descrito en 6:1d-2. Lo chocante en esta lista es que no es distintivamente cristiana. Está compuesta por verdades fundamentales judías y del Antiguo Testamento, y por prácticas sobre las que los lectores, probablemente, crecieron cuando se convirtieron. Esta lista tiene tres pares:

  1. par uno: arrepentimiento de obras muertas y fe hacia Dios (v.1d);
  2. par dos:  enseñanza sobre lavamientos e imposición de manos;
  3. par tres:  resurrección de los muertos y juicio eterno (v.2).

Todos estos pares son creencias comunes del Antiguo Testamento o prácticas comunes entre los judíos. Cuando estos lectores fueron evangelizados y se convirtieron, estas creencias, parece, se había convertido en fundamento como vía para ayudarles a comprender la obra de Cristo. Cristo es el propósito y cumplimiento de estas cosas. Así que cuando el versículo 1 dice que ellos debieran dejar "las enseñanzas elementales acerca de Cristo (o literalmente: "la palabra del principio de Cristo") lo que creo que significa es que ellos no debieran ocuparse tanto en los fundamentos pre-cristianos de preparación para Cristo tanto que terminen rechazando la gloria del evangelio y no sin ocuparse en saber cómo usarlos para crecer hacia la madurez y la santidad.

Eso es lo que ellos no debieran hacer. Pero ¿qué, entonces, significa cuando dice que ellos necesitan que alguien les "enseñe los principios elementales de los oráculos de Dios"? ¿En qué es esto diferente a echar nuevamente este fundamento, qué no debieran hacer? Creo que la respuesta es que la enseñanza que ellos necesitan en 5:12 es cómo utilizar los principios elementales acerca de Cristo para avanzar hacia la madurez.

En otras palabras, es lo que vimos la semana pasada en el 5:14, ellos necesitan aprender a tomar la leche —las verdades elementales del evangelio— y practicar cómo crecer con ellas. La necesidad no es edificar los hechos fundamentales, sino levantarse sobre ellos y vivir por ellos. Ellos necesitaban aprender cómo tomar las verdades elementales acerca de Cristo y usarlas para volverse personas capaces de discernir entre lo bueno y lo malo, para poder lograr la santidad sin la cual no podían ver al Señor (12:14).

Su problema no es la carencia de conocimiento fundacional, sino la carencia de fruto en sus vidas. Vea en el 6:7-8: Esta es una descripción del problema en una ilustración:

Porque la tierra [se refiere a los lectores] que bebe la lluvia que con frecuencia cae sobre ella [se refiere a la verdad que han estado oyendo] y produce vegetación útil a aquellos a causa de los cuales es cultivada, recibe bendición de Dios; pero si produce espinos y abrojos no vale nada, está próxima a ser maldecida, y termina por ser quemada.

Este es el problema: ¿la lluvia (es decir, la leche de la Palabra) ha producido espinas y malas hiervas, o ha producido vegetación útil? En otras palabras, ¿los lectores han aprendido a cómo usar la Palabra de Cristo (la leche) para discernir entre lo bueno y lo malo, o han estado preocupados con la reparación verbal del fundamento y han perdido de vista el principio práctico de que el cristianismo tiene que ver con la transformación moral y espiritual de la vida?

El escritor tiene esperanzas. Versículo 9: "En cuanto a ustedes, queridos hermanos, aunque nos expresamos así, estamos seguros de que les espera lo mejor" (NVI). Ellos han sido tardos para oír y descuidados en parte. Pero, en realidad, no es tan tarde. Hay esperanza. Pero él no es un caballero, ni está absolutamente seguro de cuál será el resultado para ellos. Él quiere que ellos sean diligentes en tener plena seguridad de esperanza (6:11), y la fe y paciencia y santidad que hereda las promesas (6:12, 12:14). Pero no lo dice automáticamente. Él les urge.

Versículo 1: ¡" avancemos hacia la madurez"! Y añade, en el versículo 3, el gran calificativo: "Y esto haremos, si Dios lo permite".

Si Dios lo permite

Enfoquémonos ahora en las implicaciones de esas pocas palabras poderosas. "Y esto haremos, si Dios lo permite". Avancemos hacia la madurez si Dios lo permite.

Aquí tenemos cinco implicaciones de estas palabras. Y esto es lo que significa para Dios ser Dios y que nosotros no somos Dios.

1. Dios gobierna el proceso de la santificación (o madurez).

Dicho de otro modo, Él tiene la última palabra en si vencemos nuestra tendencia a pecar y progresamos hacia la madurez. Avanzaremos hacia la madurez si Dios lo permite. Es decir, progresaremos en nuestra santificación y santidad si Dios lo permite. Él decide, en un sentido supremo, si y cuán rápido avanzamos hacia la santidad.

Por ejemplo, vean Hebreos 13:20-21:

Y el Dios de paz, que resucitó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor, el gran Pastor de las ovejas mediante la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para hacer su voluntad, obrando Él en nosotros lo que es agradable delante de Él mediante Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

O Dios obra en nosotros lo que es agradable delante de sí, o no lo hace. Es decir, o permite nuestro progreso hacia la madurez, o no. Él gobierna el progreso de la santificación.

Otro ejemplo proviene de Hebreos 12:16-17, donde el escritor nos habla acerca de Esaú quien vendió su primogenitura y su bendición y luego trató de arrepentirse y no pudo.

[...] que no haya ninguna persona inmoral ni profana como Esaú, que vendió su primogenitura por una comida Porque sabéis que aun después, cuando quiso heredar la bendición, fue rechazado, pues no halló ocasión para el arrepentimiento, aunque la buscó [la ocasión para el arrepentimiento] con lágrimas.

Esaú fue rechazado. Él había profanado tanto la gracia de Dios que ya no podía arrepentirse aun cuando lloró y buscó con sinceridad. Dios le había abandonado totalmente y no había más paciencia. Esta es la preciosa y terrible advertencia detrás de las palabras "avancemos hacia la madurez [...] si Dios lo permite". Cuidado con ser como Esaú, nos dice. Dios gobierna el progreso de la santificación, y Él no está obligado a conceder arrepentimiento a alguien. Lo que nos lleva a la segunda implicación de las palabras ". . . si Dios lo permite".

2. Que Dios nos permita avanzar hacia la madurez es solo por su gracia, y que no lo permita es un juicio justo.

Somos rebeldes contra Dios por naturaleza, y culpables por ello. Dios no nos debe la gracia para conquistar nuestra rebelión. Si Dios nos deja en nuestra rebelión, Él actúa bien y es justo al hacerlo. Dios nada nos debe. Somos rebeldes por naturaleza, y solo merecemos castigo. Si son salvos en esta mañana, es por gracia. Y si ustedes perseveran y progresan hacia la madurez, es por gracia. "Y esto haremos, si Dios lo permite". Y si Él escoge no permitirlo, Él no está limitando nuestra buena voluntad, Él nos está abandonando en nuestra mala voluntad. Si tenemos una buena voluntad hacia Dios, es por la obra de la gracia, y entonces nosotros progresaremos. Y debiéramos temblar con gratitud.

3. Algunas veces Dios desea que ocurra algo que Él nos prohíbe a fin de hacernos avanzar.

Es decir, algunas veces Él ordena lo que prohíbe. En este caso, por ejemplo, quizás Él no permita que alguien avance hacia la madurez. Sin embargo, Él nos ordena avanzar hacia la madurez. Así que Él está decretando inmadurez, mientras ordena la madurez.

La ilustración más clara que vemos en la historia bíblica es el plan de Dios para la muerte de Jesús. Dios prohíbe el asesinato: "No matarás" (Éxodo 20:13). Y decreta que su Hijo sea asesinado. Hechos 4:27-28:

Porque en verdad, en esta ciudad se unieron tanto Herodes como Poncio Pilato, juntamente con los gentiles y los pueblos de Israel, contra tu santo siervo Jesús, a quien tú ungiste, para hacer cuanto tu mano y tu propósito habían predestinado que sucediera.

Lo que hicieron Herodes y Pilato y los soldados romanos y las multitudes gritando "crucifíquenle" estaba todo predestinado por Dios para que ocurriera, y todo era pecado. Además, algunas veces Dios prohíbe lo que decreta: Él prohíbe el asesinato, y decreta el asesinato de su Hijo para la salvación de su pueblo.

Esto no significa que Dios es un asesino, porque hay una diferencia entre pecar y determinar por los propósitos santos y sabios que el pecado exista. La cruz de Cristo es el lugar más claro para ver este misterio. Hay razones infinitamente sabias y santas para desear que su Hijo fuera asesinado pecaminosamente. Y en la misma forma, hay razones santas y sabias por las cuales Él no debe permitir que algunas personas avancen hacia la madurez.

4. Sin embargo, nuestro deber y nuestra delicia, es avanzar hacia la madurez.

Todo este libro está escrito como un incentivo y una ayuda para avanzar hacia la santidad, sin la cual no veremos al Señor. La soberanía de Dios en la santificación no elimina nuestra obligación. La habilita. "[...] ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor;  porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito" (Filipenses 2:12-13). La obra soberana de Dios en nosotros es nuestra única esperanza de que avanzaremos hacia la madurez.

5. Finalmente, la soberanía absoluta de Dios es un dulce lugar para descansar.

Este escritor está llevando cada esfuerzo al límite para ayudar a estas personas a perseverar en fe (6:12), y a que retengan su fe (4:14), y a que peleen contra el corazón malo de incredulidad (3:12), y a que busquen la santidad, sin la cual no verán al Señor (12:14). Él advierte, y argumenta, y ruega. Y tiene la esperanza de que Dios esté obrando en ellos, como dice en el versículo 9. Pero no es allí donde finalmente descansa confiado.

Su confianza suprema está en la soberanía de Dios. Y yo les recomiendo este lugar de descanso. Él está haciendo todo lo que puede, y les está llamando a actuar atentos. Pero al final, mira hacia arriba y dice: "Esto se hará en relación con la perseverancia y la madurez". El resto, está en la soberanía de Dios: "Y esto haremos, si Dios lo permite".

Él es como Joab yendo a la batalla con su hermano Abisai. Él prepara cada detalle y luego dice a Abisai:

Esfuérzate, y mostrémonos valientes por amor a nuestro pueblo y por amor a las ciudades de nuestro Dios; y que el Señor haga lo que le parezca bien. (2do de Samuel 10:12)

Hemos hecho todo lo que podemos para prepararnos. Pelearemos con todas nuestras fuerzas. Pero al final no seremos nosotros, sino el Señor, quien traerá la victoria o no. Así que aquí es donde descansamos confiados: "Que el Señor haga lo que le parezca bien"

Es aquí donde tenemos que descansar confiados en esta mañana. La vida es compleja y está llena de incertidumbres. Nosotros trabajamos fuerte. Hacemos preparativos. Planificamos. Predicamos. Persuadimos. Escribimos. Tratamos, en todas las formas que sabemos, de hacer todo lo que podemos por un mundo que perece, que profana a Dios. Y cuando todo está dicho y hecho, decimos: "Esto llevará fruto, si el Señor lo permite. Que el Señor haga lo que le parezca bien".

Venga a Él en esta mañana y ponga su fe en su soberanía y su sabiduría y su poder. Él es el lugar más dulce y seguro en el universo para un descanso confiado.