Los riesgos de no aprobar tener en cuenta a Dios

Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

La enseñanza de Pablo sobre el por qué una sociedad se degenera en males desenfrenados, depravados y destructivos difiere de cualquier análisis que usted pueda leer en la actualidad. Una de las razones es que cuando una sociedad se está hundiendo en la decadencia moral, una de las características de esa decadencia es la incapacidad para ver lo que está ocurriendo. La mente social se vuelve tan defectuosa en la decadencia moral, que no tiene las categorías o marcos sociales para reconocer el mal por lo que realmente es.

Vivimos en esos días. La incapacidad para hacer juicios morales sensatos es evidente en casi todas las partes que se mire, lo que hace que este pasaje de las Escrituras sea uno de los textos más relevantes y necesarios en toda la Biblia para nuestros días, precisamente porque parece algo tan extraño. Hoy, si algo no parece espiritual ni moralmente extraño, probablemente forme parte de la ciega y decadente atmósfera que respiramos, y por ende carece de uso real para nosotros, sin importar cuánto bien nos haga sentir. Necesitamos una Palabra de Dios. Y sin lugar a dudas podemos esperar que esa palabra sea muy extraña, porque nos hemos vuelto extraños a la realidad de Dios en una época muy ensimismada.

En el texto de hoy tenemos una lista de veintiuna maneras de pecar o veintiún tipos de males. Y lo que pienso que debemos hacer es percatarnos, primeramente, del por qué Pablo nos da esta lista y de dónde viene la misma. Luego debemos examinar la lista en sí, y preguntarnos ¿por qué está aquí? Después debemos preguntar ¿Cuál es la solución a esta clase de cosas?

¿De Donde vienen Estos Males que Aparecen en los Versículos 29-31?

Primeramente, ¿de dónde vienen esos males enumerados en los versículos 29-31? Todo comienza unos versículos antes, en el 18, donde Pablo explica la razón por la que el evangelio del regalo de la justicia de Dios es tan desesperadamente necesario. Ustedes recuerdan que él dijo en el versículo 16 que el evangelio es “poder de Dios para salvación para todo aquel que cree; al judío primeramente y también al griego.” ¿Por qué? versículo 17: “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: más el justo por la fe vivirá”. En otras palabras, el evangelio es poder de Dios para salvar a los creyentes, porque en él Dios nos da lo que necesitamos y que nunca podríamos producir por nosotros mismos, específicamente, su propia justicia. La justicia que él demanda de nosotros nos la entrega gratuitamente, si confiamos en él. Esta es la gran verdad Bíblica de la justificación mediante la fe.

Después, en el versículo 18, Pablo nos explica que este evangelio del regalo de la justicia de Dios es tan desesperadamente necesario: “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad.” Necesitamos la justicia de Dios porque es la única cosa que nos puede proteger de la ira de Dios. Y necesitamos estar protegidos de la ira de Dios, porque por naturaleza somos injustos y retenemos con injusticia la verdad de Dios. Por naturaleza, no nos gusta Dios y no lo queremos en nuestras vidas. De solo decirlo tiemblo.

Los Efectos de Detener la Verdad de Dios

De modo que lo que Pablo hace en los siguientes versículos es describirnos los efectos de detener con injusticia la verdad de Dios. Quiere que veamos todos los males del mundo como un río que se deriva de este mismo manantial. Rechazar a Dios, detener a Dios, distorsionar a Dios, re-crear a Dios en nuestra imagen para nuestro propio gusto, son todas las causas que ocasionan un efecto peor de lo que esperamos. Y lo que es peor de lo que esperamos es que Dios, como si estuviera en contra suya, nos entrega a los devastadores efectos de nuestra propia rebelión contra él.

Hemos visto esto en tres ocasiones. En el versículo 23, cambiamos la gloria de Dios por imágenes, el versículo 24 dice, “Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones”. En el versículo 25, cambiamos verdad de Dios por la mentira, y el 26 dice, “Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas.” Y hoy lo vemos otra vez en el versículo 28: “Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, [por tanto] Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen.”

Esto es lo que Pablo quiere decir cuando dice que la ira de Dios se revela (versículo 18): ‘La ira de Dios se revela contra el mundo, cuando los seres humanos por todo el mundo, estiman a otras cosas más que a Dios’. La respuesta inmediata de Dios a esta deslealtad mundial y a esta traición en contra de nuestro Creador, no es enviarnos al infierno, sino encargarse de que nos hundamos en el pantano que hemos escogido. Es a esto a lo que me estaba refiriendo en el comienzo, cuando dije que la enseñanza de Pablo acerca de por qué una sociedad se degenera en males desenfrenados, depravados y destructivos; era diferente a cualquier análisis que usted pudiera leer en la actualidad. Hoy usted podría oír a alguien decir: ‘Esta bien, Norteamérica, has construido tu cama de inmoralidad y relativismo secular menospreciador de Dios, así que ahora duerme en ella’. Pero eso no es lo que Pablo dice aquí.

Él dice algo mucho más horripilante acerca de la ira de Dios. Él nos da en cuatro pasos, su análisis de nuestra situación. Solo tomen el versículo 28 del texto de hoy para que vean los cuatro pasos.

Primero, dice que la raíz del problema es que no nos gusta aprobar tener en cuenta a Dios. “Ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios.” Ese es el problema fundamental en el mundo. Esa es la esencia de la condición humana. No queremos a Dios. Queremos la autodeterminación y autoexaltación. Ese fue el primer pecado en el jardín en Edén. Y esa es la raíz de todos los males de hoy. No queremos conocer a Dios o tenerlo en nuestras vidas.

Lo más profundo de nuestro pecado es resultado del Juicio Divino.

El segundo paso del análisis de Pablo, es que Dios, en un acto de juicio (recuerden la revelación de la “ira” en el versículo 18), elimina las restricciones al pecado y nos entrega para que nos hundamos en el pantano que hemos escogido. Esto es lo que usted no escuchará en ningún análisis social de la actualidad. ¿Quién tiene hoy ese realismo centrado en Dios como para decir: ‘La gravedad de nuestro pecado no solo merece el juicio divino, sino que es juicio divino’? Eso es lo que Pablo dice. Hoy no se puede comprender a Norteamérica (o cualquier otro país) sin esta verdad revelada. Aún si tratáremos de jactarnos ante Dios, porque al menos ejercemos nuestro libre albedrío al rebelarnos en su contra, Dios respondería: ¿Eso crees? Piénsalo de nuevo.

El tercer paso en el análisis de Pablo (en el versículo 28) nos explica que el resultado de que Dios nos entregara y eliminara las restricciones del pecado (ver Génesis 20:6) es que quedamos hechos prisioneros de una “mente reprobada”. “Dios los entregó a una mente reprobada”. Nuestras mentes se vuelven más defectuosas en el pecado. No solo las utilizamos para pecar, sino que eventualmente ni siguiera podremos discernir claramente lo que es el pecado. No podemos reconocerlo. Es como si nos apartásemos de Dios y nos enamorásemos de la Mosca Negra Africana, portadora de la lombriz intestinal que produce la ceguera del río, y entonces Dios nos entregase a esa mosca, a esa lombriz y a esa ceguera; y todo lo que podemos hacer ahora es acariciar la mosca (¡del pecado!) y seguir tratando de convencernos a nosotros mismos de que es un precioso mechón de terciopelo.

El cuarto paso del análisis (en el versículo 28) explica que nuestra mente defectuosa produce toda clase de males. Pablo enumera veintiún males como ejemplos.

Así, ahora tenemos nuestra respuesta a la primera pregunta, o sea, ¿De dónde vienen esos males? Vienen de: 1) nuestro deseo de no aprobar tener en cuanta a Dios; 2) del juicio de Dios sobre la especie humana al entregarnos para que nos hundamos en el pantano que amamos; y 3) de la mente depravada o defectuosa en que nos hundimos.

¿Qué es esta lista y por qué está aquí?

Y ahora podemos preguntar: ¿Qué es esta lista de males? ¿Qué vamos a hacer con ella y por qué está aquí?

Leámosla de nuevo. Versículos 28b-31: “Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 29estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; 30murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, 31necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia”.

Por supuesto, una persona podría plantear una objeción contra Pablo: No todos los incrédulos son así. Algunos son personas muy concientes, respetuosos con la ley, generosos, corteses y decentes. Sí, eso es cierto, y Pablo sabía que era cierto. Él estaba consciente, por ejemplo, de los estoicos de su época, personas como Séneca y Epictetus y Marcos Aurelio, un poco más tarde, que se enorgullecían de no pertenecer a esta lista de males, y sin embargo, no eran cristianos.

No, el objetivo de esta lista no es decir que toda sociedad que se rehúse a amar al Dios verdadero se verá así. Sabemos esto porque, en los versículos 26-27, Pablo dice que el deseo homosexual es el resultado de no amar a Dios por encima de todas las cosas, y de ser entregados por él al pecado, y sin embargo, Pablo claramente no piensa que todos los incrédulos tienen deseos homosexuales. De manera similar, en los versículos 28-31, cuando dice que todos estos pecados son el resultado de rehusarse a reconocer a Dios, no quiere indicar que todos los incrédulos, o grupos de incrédulos, tengan todos estos pecados o los tengan en la misma medida. Estos son, más bien, ejemplos. Ellas son la clase de cosas que provienen de rechazar a Dios, y mientras más entregue Dios a un pueblo a su propia depravación desenfrenada, en mayor y mayor medida tendrá la sociedad este pecado.

Toda Forma De Pecado Viene De No Querer Conocer A Dios

¿Entonces cuál es el objetivo de enumerar todos estos pecados? El objetivo, pienso yo, es darnos suficientes ejemplos para mostrar que, virtualmente, todos los males tienen que ver con Dios y provienen de no reconocerlo, de no aprobarlo, y de no amarlo por encima de todas las cosas. En otras palabras, Pablo nos da un despliegue general de males, para despertarnos al hecho de que la ruina en cualquier área de la vida, se debe al abandono de Dios. Versículo 28: “Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios...” y entonces comienza su lista de males.

En otras palabras: el objetivo de la lista es relacionar a Dios con todo el pecado que existe en el mundo. Y hemos visto que la relación es doble: todo el pecado se origina en el hecho de que preferimos otras cosas antes que a Dios; y cada pecado se empeora a medida que Dios elimina sus restricciones y nos entrega para que nos hundamos en el pantano que hemos escogido.

Si Norteamérica tiene la más elevada tasa de asesinato del mundo occidental, ello tiene que ver con Dios. Si nuestros ejecutivos son glotones, ello tiene que ver con Dios. Si nuestros políticos son engañosos, ello tiene que ver con Dios. Si chismorreamos unos de otros por la espalda, ello tiene que ver con Dios. Si nuestros programas televisivos son insolentes y jactanciosos, ello tiene que ver con Dios. Si nuestros hijos son desobedientes a los padres, ello tiene que ver con Dios. Si somos poco fiables y no guardamos las promesas del matrimonio, ello tiene que ver con Dios. Si estamos ciegos a los males evidentes, somos desagradables y no somos misericordiosos, ello tiene que ver con Dios. Ese es el objetivo de esta lista. En cualquier pecado que nos estemos hundiendo, es debido a que hemos saltado de la Roca de la gloria de Dios.

¿Cómo Debemos Luchar Contra estos Males Destructivos?

Lo que finalmente nos trae a la tercera y última pregunta: ¿Cuál es la solución? ¿Cómo debemos ripostar contra estos males destructivos en nuestras vidas y en nuestra cultura?

Precisamente, todo el libro de Romanos trata acerca de la respuesta. Pero concluyamos viendo tres grandes cambios: 1) Necesitamos cambiar la ira de Dios contra nuestra injusticia. 2) Necesitamos cambiar la decisión de Dios de entregarnos a una mente reprobada. 3) Necesitamos cambiar la decadencia moral de nuestras mentes, para que puedan ser renovadas y utilizadas correcta y apropiadamente al servicio de Dios.

La buena noticia es que Dios ha proporcionado estos cambios. Usted no se hundirá más de lo que ya está si abraza a Dios y a su provisión. Aquí esta el versículo clave para cada uno de estos cambios.

El versículo clave para el cambio de la ira de Dios contra nosotros es Romanos 1:17: En el evangelio de Cristo, “la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá”. En otras palabras, la justicia que Dios demanda de nosotros, nos la da gratuitamente si nos volvemos hacia él y confiamos en él para que sea nuestro más grandioso Dios. Y si usted tiene la justicia de Dios, ya no está más bajo la ira de Dios. ¡Un cambio muy favorable!

El versículo clave para cambiar de la decisión de Dios de entregarnos a una mente reprobada es Romanos 6: 17. “Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados [las mismas palabras de Romanos 1:28]”. Esta es el cambio exacto del ‘entregó’ de Romanos 1:28. Aquí hay una forma de doctrina que es verdadera y santa, no falsa e inmunda. Y note que es Dios quien lo hace. “Pero gracias a Dios”. Pablo dice que ellos se volvieron obedientes a esta doctrina. Dios nos entregó a la verdad y a la justicia, como mismo una vez nos entregó al pecado.

Finalmente, el versículo clave para cambiar nuestras mentes defectuosas es Romanos 12:2. “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.

Cuando Dios nos ha dado su justicia mediante la fe en Jesús, y nos ha entregado a una nueva doctrina de la verdad, y ha comenzado a hacernos obedecerla; somos transformados poco a poco por la renovación de nuestro entendimiento y la larga lista de pecados de Romanos 1:29-31 se vuelve más corta y más débil ante la gloria de Dios.

Esta es la clave para la vida. Este es el mensaje que llevamos a los barrios y naciones. Yo les hago un llamado y los exhorto a recibir estos tres cambios de la mano de Dios mediante la fe: 1) El cambio de la ira de Dios a través del regalo de la justicia de Dios. 2) El cambio de la depravación a que fuimos entregados a través de la verdad a que seremos entregados. Y 3) El cambio de una mente depravada a través de la transformación de una mente renovada.