Con potencia de señales y prodigios: no donde Cristo ya hubiese sido nombrado

14 Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros. 15Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada 16para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo. 17Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere. 18Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, 19con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo. 20Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, 21sino, como está escrito: Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; Y los que nunca han oído de él, entenderán.

Este es el segundo mensaje que he predicado en este párrafo. El primero fue el 29 de Enero. Permítame resumir muy brevemente aquel mensaje y entonces volvernos a aspectos de este texto que no tocamos entonces.

El punto principal era que la meta de Pablo como apóstol, y la nuestra como pastores, es regocijarnos en la verdad que obra en todos nosotros para traer a los pueblos a la fe en Cristo y a la obediencia a su voluntad. Esta verdad es decisiva e indiscutiblemente Dios el Padre, Dios Espíritu y Dios el hijo quienes están obrando en y a través de nosotros. Asegúrese de percibir esto antes de que prosigamos. Es absolutamente crucial para todos ustedes, aún si no son pastores, como verán en un instante.

Padre, Espíritu E Hijo Obrando En Y A Través De Nosotros

Primero, Romanos en 15.15b-16a, Pablo dice: “Os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada 16para ser ministro de Jesucristo a los gentiles…” Entonces note las palabras: “por la gracia que de Dios me es dada 16para ser ministro de Jesucristo”. Pablo no escogió el apostolado como vocación. Dios lo escogió a él y lo capacitó para esto. A Pablo le costó trabajo aceptar  lo que  la maravillosa gracia de Dios hizo con él  al llamar a un asesino de cristianos  para dirigir la misión a los Gentiles.

Segundo, verso 16b: “… para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo”. No solo Pablo es obra de la gracia de Dios, sino que el fruto de su labor en personas santificadas (transformadas) es también fruto de la obra de Dios. En esta ocasión es explícitamente la obra de Dios Espíritu. Una “para que los gentiles le sean ofrenda […] santificada por el Espíritu Santo”. Pablo está trabajando para la fe y obediencia de las personas, pero es el Espíritu Santo quien indiscutible y decisivamente obra la transformación.

Tercero, verso 18: “Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles”. Así que una vez más Pablo atribuye a Dios los frutos de su ministerio (la obediencia de los gentiles), en esta ocasión es obra de Dios el Hijo, Jesucristo: “Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí”.

Así, en el verso 15 la gracia de Dios el Padre da a Pablo su ministerio a los gentiles; en el verso 16, Dios el Espíritu Santo obra la transformación decisiva en los conversos de Pablo, en el verso 18 Dios el Hijo, Jesucristo vivo y resucitado produce la obediencia por la que Pablo trabaja.

Así que el punto era: Dios obra a través de los apóstoles y, por implicación, a través de todos los ministros de la Palabra para hacer su obra salvadora y santificadora. Por tanto, los que hacemos la obra del ministerio nunca debemos jactarnos en nosotros mismos, sino solo en Cristo. Deberíamos decir con Pablo: “no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí”.

En otras palabras, este texto apunta hacia tres objetivos: la profunda humildad de pastores y misioneros, la gran confianza de que Dios usará nuestros pobres esfuerzos, y más gloria tendrá Dios quien es el único indiscutible y decisivo obrador en todo nuestro trabajo.

Los Cristianos Ministrando El Evangelio Entre Sí

Entonces, cerramos  con un punto sorpresivo en el verso 14: “Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros (nouthetein) los unos a los otros”. Entonces ¿quién prepara la ofrenda de un pueblo obediente para Dios? La respuesta que vemos ahora no consiste en dos niveles de trabajo, sino en tres.

Dios está trabajando en y a través los apóstoles y pastores-maestros. Los apóstoles y pastores-maestros están trabajando por ese poder con humildad y audacia. Y ahora vemos que se espera de todos los cristianos (que son la santa ofrenda preparada para Dios) que se ministren unos a otros la Palabra de Dios. “vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros”.

Lo que significa, para los pastores, que nuestra meta es ahora regocijarnos en Cristo y su obra a través de nosotros para preparar una ofrenda de personas obedientes por la predicación, la enseñanza, la oración y la aplicación del evangelio de Cristo, de manera tal que ustedes (los cristianos) sean llenados de bondad y conocimiento;  que puedan amonestar, instruir, exhortarse, advertirse y animarse unos a otros. Cuando vengamos al grupo de pastoreo dominical el 17 de septiembre, recuerde: Este es nuestro llamamiento, el de todos ustedes, algunos para dirigir pequeños grupos, y  todos para unirse en este ministerio de mutua edificación de bondad y conocimiento. Ese fue el mensaje de Enero 29.

Ahora el resto de este párrafo (versos 18b-21) nos muestra el método que Cristo usó a través de Pablo “para la obediencia de los gentiles”. Y cuando digo ‘método’, quiero decir tanto instrumentos como estrategia. Los instrumentos que Cristo utilizó son descritos en los versos 18-19a, y la estrategia en los versos 19b-21. Y la razón por la que Pablo se introduce en este tipo de detalle biográfico, como vemos en los versos 22ss, es que quiere que la iglesia en Roma entienda por qué no les ha visitado antes y qué esperaría de ellos cuando les visite. Nos enfocaremos en los instrumentos en esta semana y, Dios mediante, en la estrategia la próxima vez.

Los Instrumentos De Cristo En La Misión De Pablo: Palabras Y Obras

Miremos los instrumentos que Cristo utilizó en la misión de Pablo. Versos 18-19a: “Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, 19con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios”. Cada uno de estas declaraciones sobre los instrumentos que Cristo usó para producir la obediencia de los gentiles se vuelven más específicas.

Primero, la declaración más general: Cristo gana obediencia a través de Pablo (al final del verso 18) “con la palabra y con las obras”. En otras palabras, Pablo habló y Pablo actuó. Cristo habló y actuó a través de Pablo. Segundo, Pablo nos dice el tipo específico de obras que tenía en mente. Verso 19a: “con potencia de señales y prodigios”. Las obras eran milagros que Pablo hacía. Tercero, Pablo nos dice qué poder estaba detrás de estas señales y prodigios.Verso 19b: “en el poder del Espíritu de Dios”.

La Posición Central Del Evangelio

Aclaremos qué significan estas ‘palabras y obras’, y cómo se relacionan entre sí, entonces preguntémonos acerca de su importancia para el evangelio de hoy. El Espíritu de Dios salva a las personas y las transforma en seguidores obedientes en palabras y obras. Las ‘palabras’ son enfatizadas en este párrafo. Final del verso 19: “todo lo he llenado del evangelio de Cristo” (palabras). Verso 20: “me esforcé a predicar el evangelio” (palabras). Verso 21b: “los que nunca han oído de él, entenderán” (palabras). Así que la palabra (el evangelio) tiene un fuerte énfasis. Esto es porque “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10.17).

Las obras tienen un papel secundario. No son el medio principal para salvar a las personas como sí lo son las palabras. Las obras no pueden contar la historia de la muerte y resurrección de Cristo con su significado salvador, esto solo lo pueden hacer las palabras. Así que las obras tienen un mérito pues confirman las palabras. De esta manera explica la relación entre palabras y obras en Hechos 14.3. Pablo y Bernabé estaban en Iconio y Lucas dice: “Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo [¡palabras!], confiados en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos [¡obras!] de ellos señales y prodigios”. Dios testificó de la palabra de su gracia. Esta era la función de palabras y obras. Ellos testificaron a la verdad y el valor de la palabra.

Para describir las obras que tiene en mente, Pablo las llama “señales y prodigios” (en otras palabras, milagros (maravillas) que significan (señales) algo. Cuando Pablo y Bernabé informaron al Concilio de Jerusalén, dice: “Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles”.

Vemos un par de ejemplos en Hechos 16. Había una joven en Filipos quien estaba endemoniado y alborotando de manera que el ministerio de Pablo era casi imposible. Así que pablo dice en el verso 18, “Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella”. Y salió en aquella misma hora. El hombre que estaba usando a la muchacha en su estado endemoniado se enfureció y manejaron el arresto de Pablo. Así que Pablo y Bernabé fueron azotados con varas y puestos en la cárcel. Entonces el verso 26 nos dice que a medianoche un terremoto les liberó del cepo y abrió las puertas de la cárcel.

El resultado fue la salvación del carcelero. Pero, ¿cómo fue salvado? He aquí la manera en que Lucas lo describió. Fue salvado al escuchar y creer las palabras. Hechos 16.30-32: “Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? 31Ellos dijeron [¡palabras!]: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. 32Y le hablaron la palabra [¡!] del Señor a él y a todos los que estaban en su casa”. Y así sucedió a todo lo largo del ministerio de Pablo: La palabra del evangelio era acompañada por obras que la confirmaban (cf. Hechos 19.11, 20.9).

El Evangelio ¿Confirmado Por Milagros Hoy?

¿Y qué acerca de hoy? ¿Deberíamos hoy esperar las mismas confirmaciones milagrosas en nuestra predicación? Mi respuesta es sí, pero no a la misma medida en que los apóstoles experimentaron este poder milagroso. La razón por la que digo sí, es que no veo ninguna razón que me urja en el Nuevo Testamente a declarar que Dios a cesado de obrar milagros. Sin embargo, sí veo listas de dones milagrosos para la iglesia (no solo para los apóstoles) en 1ra a los Corintios 12.8-10. De manera que creo que Dios tiene la intención de bendecir su Palabra y a su pueblo con milagros en nuestros días (obras extraordinarias de poder divino que van más allá de las leyes de la naturaleza).

Pero la razón por la que digo que probablemente no sean en la misma medida en que los apóstoles experimentaron este poder milagroso, es que hay buena evidencia de que los milagros hayan sido especialmente prominentes en días recientes para vindicar la deidad de Cristo y la autoridad de los apóstoles a medida que establecían el fundamento de la iglesia. Por ejemplo, Jesús dijo en Juan 5.36: “las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado”. Así que parece que los milagros de Jesús tenían papel especial para confirmar que el hijo de Dios estaba allí.

Entonces hay evidencia de que Pablo vio en sus milagros una confirmación especial de su apostolado. Por ejemplo, en 2da a los Corintios 12.12, dice: “Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros”. Así que parece que Pablo veía las señales y milagros que Dios obraba a través suyo como un indicativo especial de su apostolado. No que Dios solo use a los apóstoles para hacer milagros, sino que había algo extraordinario en cómo Dios utilizó a los apóstoles fundadores.

Así que cuando el Señor Jesús vuelve al cielo y los apóstoles han establecido el fundamento de la iglesia en el Nuevo Testamento y dejan de estar entre nosotros, creo que lo que nos queda no es una religión a la que se le haya quitado su aspecto sobrenatural. ¡No! ¡Para nada! El Espíritu Santo ha sido derramado, y es todavía completamente capaz de obrar prodigios y milagros. Más bien, nuestro enfoque está centralizado en la Palabra de Dios, el evangelio, porque todos los hechos importantes de la salvación pertenecen a la historia y es la Palabra quien nos conecta con estas obras salvadoras de Dios en el pasado.

Manteniendo El Evangelio En El Centro Y Orando Por Los Milagros

Creo que lo que debe ser dicho hoy es que algunos cristianos esperan más milagros de los que deberían. Pudieran pensar, por ejemplo, que Dios nunca desea que sus hijos estén enfermos, sino que los creyentes siempre deberán ser sanados milagrosamente. Esto va en contra de lo que vemos, por ejemplo, en Romanos 8.23 donde los cristianos gimen por la redención de sus cuerpos.

Pero, por otro lado (y creo que esto se relaciona con nosotros en Bethlehem) algunos cristianos esperan muy pocos milagros. Nos deslizamos hacia el estilo de pensar naturalista que hace que el diablo y el Espíritu Santo sean casi irrelevantes. Cuando oramos, casi tememos pedir a Dios que sane a las personas de manera directa, milagrosamente. Mientras estemos sometidos a la soberana voluntad de Dios obrando como él desea, creo que deberíamos orar regularmente por la intervención milagrosa de Dios. Y deberíamos esperar que algunos tengan dones que les hagan más fructíferos en esto que otros.

Mientras mantengamos la Palabra en el lugar central que le corresponde, creo que agradaría a Dios que oráramos de la manera en que lo hizo la iglesia primitiva en Hechos 4.29-30. He aquí lo que dijeron: “Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo [cf. Hechos 1.8]  hablen tu palabra, 30mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús”. No podemos establecer cuándo, qué clase, o cuántos milagros Dios puede hacer entre nosotros. Pero no pedirlos me perecería mucho más secularista y naturalista que bíblico.

La Necesidad De Milagros Hoy

Mientras más envueltos estemos en la vida de los incrédulos con un profundo deseo de que sean salvos, más anhelaremos las intervenciones sobrenaturales, tanto físicas como espirituales. Justo ayer, recibí un correo electrónico de uno de nuestros misioneros. Tendré cuidado de no revelar su identidad o locación. He aquí una versión muy corta de la súplica:

Necesito que oren por mí (estoy en una situación donde el ocultismo está involucrado)… Mi amiga me ha confiado algunas cosas… Creo su historia y creo que pueda estar en peligro (como también yo) tengo también por cierto que su esposo está en  peligro. He estado pidiendo al Señor, por muchos meses, que salve a esta mujer y a su esposo, ahora… amo demasiado a estas personas que me duele el corazón (literalmente) cuando pienso en ellos separados del Señor para siempre.

Es necesario un milagro para salvar a cualquiera. Dios debe transformar nuestra naturaleza de manera sobrenatural. Si usted es salvo, es así como fue salvado. Esto es llamado el Nuevo Nacimiento (Juan 3.3). El diablo lo odia, y odia a los cristianos nacidos de nuevo. Por tanto, utiliza todo tipo de armas contra los perdidos para mantenerlos ciegos a la palabra, y contra los cristianos para mantenerlos débiles y sin fruto. Algunas de sus armas son naturales como la lujuria, la codicia, el poder, el odio, la adicción, la enfermedad. Estas armas obran contra nuestras almas y cuerpos.

Algunas de las armas del Diablo son sobrenaturales. Éstas son muchas más obvias en el campo misionero donde las personas no están tan secularizadas, sin embargo, entre nosotros están presentes y lo estarán más a medida que este postmodernismo occidental vuelve categóricamente al paganismo. Tenemos una lista de éstas en Deuteronomio 18.10-12, donde Moisés dice: “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, 11ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. 12Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas”. Estas cosas son reales, no juegue con ellas, no son un juguete.

Manténgase Cerca De Jesús Y Cerca De Su Cruz

Habrá momentos en su vida cuando necesitará un prodigio y una señal. Le insto que se mantenga cerca de Jesús y su cruz, de otra manera pudiera ser hallado totalmente fuera de guardia por el enemigo. He aquí algo de lo que escribí a este misionero. Cierro con esto y oro por usted también:

Su situación me inunda con la sensación de urgencia para que nuestra gente comprenda algunas de las batallas que muchos de ellos no sienten, usted la está experimentando de primera mano. Mi oración es que Dios le provea una paz profunda en su soberanía absoluta sobre todos los principados, potestades, gobernadores de las tinieblas, y huestes espirituales de maldad en los lugares celestiales. Vístase de toda la armadura de Dios para que pueda estar firme contra los fieros dardos del enemigo. “Ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte” (Apocalipsis 12.11)

… La verdad más grandiosa del universo es que cuando Cristo murió desarmó a Satanás y todas sus huestes (Colosenses 2.13-16). Tomo esto para explicar que le despojó de su única arma mortal (el pecado sin perdonar) porque anuló el acta de los decretos que había en nuestra contra clavándola en la cruz. Esto significa que Satanás puede ser rudo pero no nos puede dañar. No ignoro sus maquinaciones, pero no son todopoderosas, son limitadas, Usted siempre podrá decir que Jesús es superior en fuerza y murió para que ninguna acusación pudiera levantarse contra su pueblo.

El gran acusador, mentiroso, y asesino ha sido expuesto, trastornado, puede herirnos al enredarnos, pero su veneno se ha ido. No podemos morir, no podemos perder la batalla que Dios pelea por nosotros con la muerte y resurrección de su Hijo. Toda autoridad en los cielos y la tierra pertenece a Jesús. Sosténgase en él, pronuncie su soberano nombre. Confíe en su poder, misericordia, sangre, y justicia implícita. Mantenemos el contacto, le sostenemos y amamos.

Mantengamos en contacto sosteniéndonos entre nosotros y avancemos sobre los acantilados donde las personas no conocen a Cristo (esto será la próxima semana).