El riesgo y la causa de Dios: Hoy

Lucas 21:16

Pero seréis entregados aun por padres, hermanos, parientes y amigos; y matarán a algunos de vosotros.

La semana pasada nuestro tema fue el "Riesgo y la causa de Dios". Nuestra idea central era que es correcto tomar riesgos por la causa de Dios.

Quizás no sea correcto arriesgar mucho en busca de la prosperidad personal o el prestigio público. Y tampoco todo riesgo por la causa de Dios es necesariamente correcto. Jesús rehusó saltar del templo, y Pablo escapó de Damasco en una cesta, para huir del gobernador.

Sin embargo, es correcto tomar riesgos por la causa de Dios.

El riesgo por la causa de Dios: Mirando atrás

Cuando se presenta la batalla del Señor, es correcto que alguien se levante con una estrategia, la ponga en práctica, y luego diga con Joab: "Y que el señor haga lo que le parezca bien" (2do de Samuel 10:12).

Cuando está en juego el bienestar del pueblo de Dios, y una vida puede salvar muchas, es correcto que alguien tome el reto y diga con Ester: "y si perezco, perezco" (Ester 4:16).

Y cuando el mundo está sin evangelio, y quizás sea incluso hostil hacia el evangelio, es correcto decir con el apóstol Pablo: "Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios" (Hechos 20:24).

Y vimos un ejemplo de lo que ocurrió una vez que el pueblo de Dios rehusó a arriesgarse por la causa de Dios. Caleb y Josué dijeron que la tierra prometida de Canaán era hermosa y rica; que requeriría pelear pero podían conquistarla porque Dios estaba con ellos. Pero el pueblo prefirió el espejismo de la seguridad egipcia. Así que vagaron durante cuarenta años por el desierto. Y muchas veces me he preguntado, ¿cuántos de nosotros han sido sentenciados a vagar por la vida en círculos aburridos, porque rehusaron arriesgarse para la causa de Dios?

El riesgo por la causa de Dios: Mirando hacia adelante

Mi tema hoy es el mismo de la semana pasada. Solo que en lugar de recordarles a los hombres temerarios de la Biblia, quiero hacerles mirar hacia el futuro, hacia algunos posibles riesgos a los que Dios pudiera estar llamándoles a ustedes y a mí.

Nuestro texto es Lucas 21:16.

Pero seréis entregados aun por padres, hermanos, parientes y amigos; y matarán a algunos de vosotros.

La palabra clave para mi propósito en esta mañana es "algunos". "y matarán a algunos de vosotros". Esta palabra añade gran incertidumbre a la vida terrenal de los discípulos. No todos morirán por la causa de Cristo. Pero tampoco todos vivirán. Algunos morirán. Y algunos vivirán. A esto me refiero cuando hablo de riesgo. La voluntad de Dios es que tengamos incertidumbre en cuanto a cómo será esta vida terrenal para nosotros. Y, por tanto, la voluntad del Señor es que tomemos riesgos por la causa de Dios.

Ahora, ¿cuáles son los tipos de riesgos que debiéramos tomar como cristianos? Quiero comenzar orando y planificando al mencionar, en esta mañana, cuatro tipos o categorías de riesgo que Dios nos anima a tomar. Y tenga en mente que siempre me refiero al riesgo por la causa de Dios, riesgo por el bien de la justicia.

1. Por amor a la justicia

Primero, la Biblia nos anima a tomar riesgos en nuestras relaciones interpersonales cuando se encuentra en juego la justicia.

Y tengo en mente dos tipos de situaciones. Una es el riesgo de admitir que se tiene un problema y buscar ayuda para resolverlo. La otra es el riesgo de decir a alguien más que tiene un problema y buscar ayuda para esa persona. Los dos son enseñados en las Escrituras. Las palabras claves son "confesión", por un lado, y "amonestación".

El riesgo de la confesión

Pero, en esta mañana, solo me enfocaré en la primera, a saber, en admitir nuestros pecados. Proverbios 28:13 dice: "El que encubre sus pecados no prosperará, mas el que los confiesa y los abandona hallará misericordia". Y Santiago 5:16 dice: "Por tanto, confesaos vuestros pecados unos a otros, y orad unos por otros para que seáis sanados”.

Pero este es un asunto arriesgado. Es mucho más seguro -a la corta- no hablar sobre la batalla que se tiene con la lujuria o los sentimientos homosexuales o el alcohol o la comida o la ira. Y no quiero decir que cada problema del alma debiera hacerse público. Pero, por otro lado, Santiago sí quiere decir algo cuando dice: "confesaos vuestros pecados unos a otros". Hay un tipo de privacidad con el pecado que paraliza. Hay un tipo de encubrimiento que puede matar la fe.

Un ejemplo personal

Hace cerca de un año, la editora de la revista Patnership llamó y preguntó si ella y su fotógrafo podrían venir a nuestra casa para entrevistar a Noël y a mí para uno de sus artículos destacados. Ellos siempre destacan a alguna pareja pastoral sonriente en el frente de su revista para esposas de pastores.

Noël dijo que debía consultarme y le haría saber. Bien, sucedía que las cosas no iban bien en casa en aquella época. Estábamos enojados uno con el otro y había tensiones sin resolver entre nosotros. Así que mi respuesta fue: ¡De ningún modo! No podía sentarme para modelar a una pareja pastoral y sonreír para las fotos, como tampoco podía sentirme feliz por como estaban las cosas.

¿Qué vamos a hacer? Ella esperaba que la llamáramos de vuelta. ¿Qué hubiera hecho usted? ¿Qué pensaría el editor si yo le llamara y dijera: "Las cosas no van muy bien aquí y no pienso que debiéramos hacer la entrevista? ¿Sería eso ser demasiado sincero? ¿Pensaría ella que estábamos a punto de divorciarnos, y daría la voz en las oficinas de Christianity Today de que el matrimonio de John Piper está en ascuas?

Quizás suene como algo pequeño, pero fue una de las llamadas telefónicas más duras que he tenido en años. Pero, para mí, estaban en juego la justicia y la integridad, la causa de Dios. Así que tomamos el riesgo. Cancelamos la entrevista. Y eso es todo lo que sé hasta ahora.

La autenticidad bíblica y la confesión

Algunos de ustedes han tomado riesgos significativos en toda esta área de las relaciones interpersonales y están mucho mejor hoy. Otros están hiriéndose unos a otros y a la causa de Dios al embotellar algo que debiera ser conocido, algún resentimiento, algún fracaso, algún hábito, algún tormento. Que el Señor nos dé sabiduría para conocer la diferencia entre la indulgencia enfermiza en la auto-exposición, por un lado, y el riesgo bíblico de la autenticidad y la confesión por otro.

2. Cómo usamos nuestro dinero

Y el segundo tipo de riesgo al que nos llama la Biblia es el riesgo con nuestro dinero, no con el propósito de hacernos ricos, no para tener una billetera más gruesa a los 65 años, sino con el objetivo de maximizar los recursos para la causa de Dios.

Las dos monedas de la viuda pobre

En Lucas 21, justo antes de nuestro texto, leemos esta historia en los versículos 1-4:

Levantando Jesús la vista, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca del tesoro. Y vio también a una viuda pobre que echaba allí dos pequeñas monedas de cobre; y dijo: En verdad os digo, que esta viuda tan pobre echó más que todos ellos; porque todos ellos echaron en la ofrenda de lo que les sobraba, pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía para vivir.

Un modo de parafrasear esta historia sería decir: "El rico no arriesgó su dinero por la causa de Dios, pero la viuda sí".

Ahora, ¿por qué Jesús resalta este evento? ¿Y por qué Lucas piensa que la historia es suficientemente importante como para registrarla para nosotros? Creo que la razón es simple: Jesús quiere que Su pueblo arriesgue su dinero para la causa de Dios.

Liberándonos del exceso de dinero

En Lucas 12 Jesús llama necio al hombre que elije la seguridad antes que el riesgo por la causa de Dios. El hombre dice: "Alma, tienes muchos bienes depositados para muchos años; descansa, come, bebe, diviértete”. En otras palabras, no arriesgue su comodidad al dar su dinero para la expansión del evangelio o la edificación del reino. Pero Dios le dice: “¡Necio! Esta misma noche te reclaman el alma" (12:19-20).

Entonces, unos pocos versículos después, dice: "No estén ansiosos por sus vidas. . . busquen el reino de Dios" (12:22-31). Y unos pocos versículos después dice: "Vended vuestras posesiones y dad limosnas; haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro en los cielos que no se agota" (12:33).

Una y otra vez Jesús animó a sus discípulos a liberarse del exceso de dinero. No sé qué da usted para la causa de Dios y del evangelio. Y por esa razón no puedo ser específico con usted. Pero sí sé que para la mayoría de nosotros la voluntad de Cristo es que nos arriesguemos a dar más aún para la causa más grandiosa del mundo. Si no, al menos diezme sus ingresos como familia, ése sería un buen lugar para comenzar. ¿Suena arriesgado? Le animo a meditar en la viuda de Lucas 21:4.

3. Testificando de la gracia de Dios en el evangelio

El tercer tipo de riesgo a que nos anima la Biblia está en el área del testimonio de la gracia de Dios en el evangelio.

Aquí en nuestro texto, por ejemplo (Lucas 21:12-13), Jesús dice: "Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles, llevándoos ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre. Esto os dará oportunidad de testificar".

En otras palabras, Jesús dice que los cristianos serán arrestados para poder testificar a los carceleros y jueces y gobernadores. Quizás no nos guste la estrategia de Dios para esparcir Su sal en los lugares más difíciles del imperio, pero Él es más sabio que nosotros. Y es obvio que su voluntad es que estemos constantemente listos para testificar de Su gracia y gloria, incluso cuando continúa para decir: "y matarán a algunos de vosotros".

En otras palabras, si alguna vez algo sale mal en nuestras vidas, y terminamos en un lugar que nunca planificamos, y todo parece como una catástrofe total, podemos conocer, al menos, uno de los propósitos de Dios para tenernos allí. Y Él dice en el versículo 13: "Esto os dará oportunidad de testificar".

No necesito detenerme aquí porque todo verdadero cristiano siente un impulso interior de expresar la gracia de Dios en el evangelio. Así que solo déjenme decir: no esperen hasta parezca seguro. La idea de este texto es que Jesús no siempre quiere que sea seguro. Él quiere que tomemos un riesgo por la causa de Dios y el bienestar de otras personas.

4. Aventuras ministeriales

Finalmente, la Biblia nos anima a arriesgarnos para la causa de Dios en el área de las aventuras ministeriales.

En realidad, esta es la conclusión de las otras tres áreas. Cuando soñamos con un ministerio que Dios pueda tener para nosotros, podemos pensar en riesgos que nos cuesten relaciones interpersonales, y riesgos que cuesten nuestro dinero o modelo de vida, o riesgos que cuesten nuestra reputación o seguridad mientras testificamos de Su gracia.

¡Oh, cuánto quiero animarnos hoy a ser valientes y a tener esperanzas en nuestros sueños para el ministerio y las misiones en Bethlehem! ¿Puede pensar usted en algún ministerio significativo que comenzó con alguien corriendo un riesgo? Dudo que Dios alguna vez garantice tanto el éxito de una aventura ministerial antes de tiempo que ya no sea necesario correr riesgos.

*La historia del *US Center for World Mission **

Llevé a mis cuatro hijos al juego de las Twins el viernes pasado en la noche, y tomé un libro en la noche para leerlo entre lanzamientos. El libro que tomé fue The Kingdom Strikes Back, es la historia de cómo Ralph y Roberta Winter fundaron el US Center for World Mission, allá por el año 1976.

Bien, el juego en las Twins estaba bueno. Cuatro home runs. Nueve strikes para Blyleven. Un bate roto casi atraviesa al lanzador. Un lanzamiento demasiado fuerte desde el campo derecho cayó en banquillo de los peloteros. Pero, francamente, las Twins no pudieron competir con la historia del Us Center for World Mission.

Ralph Winter renunció a su prestigioso profesorado a la edad de 50 para fundar una organización que movilizara a la iglesia evangélica para la causa de las misiones pioneras. Con un donativo de $15 000, ofreció pagar una opción para comprar un campus de 8.5 millones en Pasadena. Ellos aceptaron su oferta. No tenía personal. No tenía personas que recaudaran fondos. Ni siquiera una estructura organizativa. Solo un sueño. Y una sorprendente convicción de que alguien debía hacer algo para llamar la atención a los dos billones de personas perdidas fuera del alcance de los esfuerzos misioneros actuales.

La historia de los últimos diez años es simplemente fenomenal, porque Dios ha elegido bendecir el riesgo de una pareja arriesgada para la causa de Dios. ¿No siente deseos de hacer algo atrevido para la causa de Dios?

¡Y algunos de ustedes lo harán! El World Christian más reciente cuenta la histoira de cómo Dan Lehn siguió la idea de comprar una casa para International Students, hasta que la idea se hizo realidad. Éso fue un riesgo. Y todavía lo es. Y Dios lo está bendiciendo. Dios ama avanzar cuando tomamos un riesgo para su gloria.

*Nuestros planes futuros como iglesia *

Así que aquí estamos hoy, con David Livingston en medio nuestro como candidato para una posición en el cuidado pastoral que ni siquiera está en el presupuesto para este año. ¿Cómo sabemos que podemos permitirnos su adición pastoral? ¿Cómo supimos que podíamos permitirnos añadir a Dean o Char o Steve o Kurt o David Michael o un programa de aprendizaje de $20 000? ¿Cómo supimos que podríamos lograr un crecimiento de un 35% en el presupuesto hace tres años, y un 20% en este año, al mismo tiempo que hacíamos que nuestro compromiso misionero subiera hasta un 30%?

¡La respuesta es que no lo sabíamos y no lo sabemos! Y Dios no quiere que sepamos de antemano qué podemos permitirnos en el ministerio. Él quiere que tengamos al mundo en nuestro corazón y que sigamos arriesgándonos para Su gloria.

Recientemente, hablaba con un miembro de la junta de otra iglesia, quien dijo que estaban preocupados por cuánto trabajo extra parecían tener sus pastores. Pero dijo que la junta quería esperar antes de añadir más personal, porque no estaban seguros de cómo se comportaría el sistema de calefacción en este invierno, así que no sabían si podían permitirse más personal.

Si esa mentalidad no cambia en esa iglesia, están en grandes problemas. Dios no honra ese tipo de cuidado metódico para la causa de Dios. Dios ama el grito de batalla misionero de William Carey: "Esperad grandes cosas de Dios, intentad grandes cosas para Dios". Si esperamos hasta tener éxito en nuestro bolsillo, entonces ya no necesitamos a Dios.

Siguiendo la causa de Dios con todas nuestras fuerzas

Entonces, ¿cuál es la palabra de conclusión para nuestro comité de planificación a largo plazo (y, de hecho, para todos los que hemos dedicado nuestras vidas a la misión de esta iglesia)? Por ahora, solo esto:

¿Es la visión de Dios que disfrutamos en adoración santa, soberana, libre, por gracia, es esta visión digna de todas nuestras fuerzas?

Y, ¿estamos comprometidos con todas nuestras fuerzas a inculcar y apoyar y sustentar esta visión en los corazones unos de otros y en los corazones de nuestros hijos?

Y, ¿estamos dedicados con todo el poder que Dios inspira poderosamente en nosotros a esparcir esta visión de la gloria de la gracia de Dios por toda esta ciudad en en todos los pueblos inalcanzados del mundo?

Si es así, entonces dejemos de divagar. Pongamos la mano en el arado y dejemos de mirar atrás. ¿Qué riesgo hemos soñado alguna vez que sería demasiado grande para esta causa? ¡Esperad grandes cosas de Dios, intentad grandes cosas para Dios! ¡Y que el señor haga lo que le parezca bien!