El lugar de la predicación en la adoración

16 Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra. 1 Te encargo solemnemente, en la presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, por su manifestación y por su reino: 2 Predica la palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con mucha paciencia e instrucción. 3 Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos; 4 y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a mitos.

¿Por qué es tan prominente la Palabra de Dios en la Adoración como Iglesia?

En nuestra serie sobre la adoración que terminaremos en dos semanas, es necesaria esta pregunta: ¿Por qué la predicación es tan prominente en nuestros servicios corporativos de adoración? La predicación de la palabra de Dios se toma casi la mitad del tiempo en el servicio de adoración en la mañana. Es una proporción muy notable y que merece explicación. Pero, ¿por qué gastar tiempo en enseñar sobre la predicación, si ustedes no se hallan en un seminario que les prepare para predicar?

Hay tres simples respuestas. Primero, sabrán qué hacer con la predicación si entienden bíblicamente por qué se predica aquí. Segundo, tendrán capacidad de evaluar si escuchan la clase correcta de predicación, si conocen de lo que se trata bíblicamente. Tercero, si conocen lo que es una verdadera predicación, tendrán la capacidad de discernir y llamar la clase correcta de predicador cuando mi tiempo cese en este púlpito. Las implicaciones son enormes para su vida, su familia y el futuro de la iglesia -y todas las iglesias- si el pueblo de Dios conoce lo que es una verdadera predicación bíblica y por qué es tan prominente en la adoración como iglesia.

La pregunta -¿Por qué la predicación es tan prominente en la adoración como iglesia?- en realidad contiene dos preguntas. Una es: ¿Por qué es tan prominente la Palabra de Dios? Y la otra: ¿Por qué es tan prominente esta forma de presentar la Palabra de Dios? Alguien pudiera simplemente leer la Biblia durante media hora en lugar de escuchar la predicación, y ciertamente haría prominente la palabra de Dios. O alguien pudiera dirigir una discusión sobre Biblia por media hora. O alguien podría dedicarse a hacer análisis académicos de vocabulario, gramática y circunstancias históricas en la Biblia. Así que hemos de preguntar no sólo por qué la palabra de Dios es tan prominente, sino también por qué la predicación, como tal, es tan prominente.

Tomemos la primera pregunta: ¿Por qué la prominencia de la Palabra de Dios en nuestra adoración como iglesia?

Dios se revela a sí mismo como el Verbo y mediante la Palabra

La primera razón es que Dios ha escogido revelarse como la Palabra y mediante la Palabra. Juan 1:1 dice, "En el principio existía el Verbo." No que en el principio fuese la canción, o en el principio fuese el drama. Dios identifica a su Hijo, quien en sí mismo es Dios, como el Verbo [la Palabra]. Esto es enormemente importante. "En el principio existía el Verbo." El Hijo de Dios es el Verbo de Dios. Él es la comunicación de Dios al mundo, la Palabra de Dios.

Dios también ha escogido revelarse a sí mismo no sólo como el Verbo, sino también por la Palabra. Observen nuestro texto, 2 Timoteo 3:16, "Toda Escritura es inspirada por Dios." Esto significa que Dios dispuso hablarnos y revelarse a sí mismo, e interpretarnos sus obras en la historia a través de palabras inspiradas escritas. Esto es lo que significa "Escritura": escritos. Toda la Escritura - todos los escritos en el canon Judío-Cristiano - es inspirada, el aliento de Dios. O como 2 Pedro 1:21 dice, "Pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios." Las Escrituras del Nuevo y Antiguo Testamento son la revelación de Dios mismo a nosotros.

Las primeras dos respuestas al por qué la Palabra es tan prominente en la adoración es porque Dios se reveló a sí mismo como el Verbo y también por la Palabra. Si adoración es mantener comunión espiritual con Dios y responder en reverencia y amor a Dios, luego entonces en el corazón de la adoración reside la revelación de Dios mismo, y Él ha dispuesto que sea conocida principalmente a través de su Palabra.

Dios ejecuta Sus obras a través de Su Palabra

Podemos añadir más. Adoración es una respuesta a la obra de Dios, y la Palabra de Dios es el instrumento por el cual Él obra en el mundo. De esta manera fue en el principio cuando Dios creó por su palabra (Hebreos 11:3). Y así ha sido siempre desde que Dios ejecuta sus grandes obras por su Palabra. Por ejemplo, sabemos que Jesús simplemente habló y los mares se calmaron (Marcos 4:39), las fiebres se aliviaron (Lucas 4:39), echó fuera demonios (Marcos 1:25), perdonó pecados (Marcos 2:10), los ciegos recibieron la vista (Lucas 18:42), resucitó a los muertos (Lucas 7:14). ¡Dios obra a través de su Palabra!

Pero también sabemos que Dios continúa obrando a través de su Palabra. Consideren el texto otra vez: "Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra." En otras palabras, la manera en que Dios prepara a su pueblo para toda buena obra es a través de su Palabra. Por esto Jesús dijo que los hombres verán sus buenas obras y darán gloria al Padre que está en los cielos (Mateo 5:16). Dios trabaja mediante su Palabra para hacer sus obras en este mundo a través de su pueblo.

Notamos esto una y otra vez en la Biblia. Salmo 1:3 dice que el hombre que medita en la Palabra de Dios día y noche "Será como árbol firmemente plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita; en todo lo que hace, prospera." Así que la Palabra trae fruto y hace que el hombre prospere en la voluntad de Dios. O consideren Hebreos 4:12 "Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón." La Palabra es el instrumento de Dios en la maravillosa obra de convicción y juicio. O recuerden Juan 17:17 donde Jesús ora al Padre, "Santifícalos en la verdad; Tu palabra es verdad." La gran obra de santificación que Dios hace es a través de Su Palabra. Y la lista podría seguir.

El punto es que adoración es conocer, admirar y saborear a Dios a través de sus obras. Y estas obras son vistas en su Palabra y ejecutadas a través de su Palabra. Por tanto la Palabra es prominente en la adoración.

Dios ofrece nuevo nacimiento mediante Su Palabra

Permítanme mencionar una razón más del por qué la Palabra es tan importante en la adoración. La adoración depende absolutamente del milagro espiritual del nuevo nacimiento y la continua obra de reavivamiento de la fe. Y estos milagros Dios los hace a través de la Palabra. Por ejemplo, 1 Pedro 1:23, "Pues habéis nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece." Dios obra el nuevo nacimiento a través de la Palabra. Esto significa que la vida que necesitamos para adorar con autenticidad viene a través de la Palabra. Sin vida, no hay adoración. Sin la palabra, no hay vida.

No sólo eso, también el reavivamiento constante de la fe domingo tras domingo llega al oír la palabra de Cristo: "Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo." (Romanos 10:17) - no sólo la primera vez, sino una y otra vez.

De modo que la iglesia protestante ha puesto la Palabra de Dios en el lugar más prominente de la adoración como iglesia, porque adoración es un ver y saborear a Dios mismo, y Dios se revela a sí mismo como el Verbo y mediante la Palabra. En particular, Dios obra en el mundo mediante su Palabra y da nueva vida a través de su Palabra y despierta la fe por su Palabra. Sin la Palabra de Dios, no habría vida, ni fe, ni obras, ni revelación, ni adoración. La Palabra de Dios es a la adoración como el aire a la respiración.

¿Por qué es tan prominente la predicación en la adoración corporativa?

La segunda pregunta es: dado que la palabra de Dios debiera ser de gran prominencia en la adoración, ¿por qué es tan importante esta forma particular de la Palabra llamada "predicación"?

Noten el verso siguiente a nuestro texto, justo después de declarar que toda la Escritura es inspirada por Dios (en 2 Timoteo 3:16-17). Inmediatamente Pablo dice (4:1-2), con gran solemnidad y seriedad, "Te encargo solemnemente, en la presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, por su manifestación y por su reino: Predica la palabra." Es claro que para este joven ministro de la palabra (ver 2 Timoteo 2:15), la predicación era una actividad prominente. Y el contexto de 3:16-17 parece implicar que la predicación no es sólo para evangelizar en las esquinas de las calles o en la singagoga, sino para lo santos que necesitan (como dice el verso 2) "que se les redarguya, reprenda, exhorte con paciencia y se les instruya."

Podríamos decir que predicamos porque 2 Timoteo 4:2 dice que debemos hacerlo. Pero quiero ir más allá y preguntar ¿Por qué? ¿Por qué es tan conveniente, en el esquema que Dios tiene de las cosas, que la predicación sea tan prominente en la adoración?

Precedentes del Antiguo y Nuevo Testamento

Una respuesta es que hay precedente bíblico para explicar las Escrituras en la adoración pública. Nehemías 8:6-8 dice, "Entonces Esdras bendijo al SEÑOR, el gran Dios. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén, Amén!, mientras alzaban las manos; después se postraron y adoraron al SEÑOR rostro en tierra... y los levitas, explicaban la ley al pueblo mientras el pueblo permanecía en su lugar. Y leyeron en el libro de la ley de Dios, traduciéndolo y dándole el sentido para que entendieran la lectura." No sólo leían la ley, sino que había hombres llamados y señalados quienes "le daban el sentido" y "ayudaban al pueblo a entender la ley". Y todo en el contexto de bendecir a Dios, levantar las manos y postrarse en adoración.

En el Nuevo Testamento la sinagoga judía continuó este patrón. En Lucas 4:16, Jesús fue a Nazaret al principio de su ministerio, entró en la sinagoga en el día de reposo y leyó en el libro del profeta Isaías acerca de su propia venida, se sentó y dio su interpretación: "Hoy se ha cumplido esta Escritura que habéis oído" (Lucas 4:21). Este era el patrón característico de la sinagoga: lectura de la Palabra, luego interpretación y aplicación de la Palabra.

Lo vemos también en el libro de Hechos. Pablo llega a la sinagoga en Antioquía de Pisidia y en Hechos 13:14-15 dice, "Y en el día de reposo entraron a la sinagoga y se sentaron. Después de la lectura de la ley y los profetas, los oficiales de la sinagoga les mandaron a decir: Hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad." Entonces Pablo se levanta y predica (versos 16-31). Así que la primera razón para comprender por qué la predicación es central en la iglesia fue porque este era el patrón establecido en el Antiguo Testamento y en la sinagoga del Nuevo Testamento.

La doble esencia de la Adoración

Pero hay dos profundas razones más y que van más allá, para explicar la prominencia de la predicación en la adoración. Tienen que ver con la doble esencia de la adoración: entender a Dios y deleitarse en Dios. Jonathan Edwards explica la meta de Dios en la adoración de esta manera: Dios se glorifica a sí mismo en relación a sus criaturas de dos maneras: 1. Al mostrarse a... su entendimiento. 2. Al comunicarse a sí mismo en sus corazones, en sus regocijos, deleites y disfrutes de las manifestaciones que El hace de Sí mismo... Dios es glorificado no sólo cuando se contempla su gloria, sino cuando se regocija en ella. Cuando aquellos que la ven se deleitan en ella, Dios es más glorificado que cuando sólo la ven. Su gloria es luego recibida con toda el alma, con ambos, entendimiento y corazón.*

Así que la verdadera adoración siempre contiene dos partes. Podemos parearlo así: hay un contemplar a Dios y un saborear a Dios. No podemos separar estas dos cosas. Debemos verle para saborearlo. Y si no hay deleite al verle, le insultas. Otra pareja sería esta: en la adoración siempre hay entendimiento mental y sentimiento en el corazón. El entendimiento siempre será la base del sentimiento, o todo lo que tendremos será emocionalismo infundado. Pero el entendimiento de Dios que no eleve sentimiento hacia y para Dios, será mero intelectualismo y muerte. Por esta razón la Biblia nos llama continuamente a pensar, considerar, meditar y recordar, por un lado, y a regocijarse, ser temerosos, lamentarse, deleitarse, esperar y estar contentos, por el otro lado. Ambas partes son esenciales en la adoración.

Ahora bien, predicar es la forma que adopta la Palabra de Dios en la adoración, porque la verdadera predicación es el tipo de discurso que de manera consistente unifica los dos aspectos de la adoración, tanto en la manera como se hace como en los propósitos que persigue. Cuando Pablo dice a Timoteo en 2 Timoteo 4:2 "Predica la palabra" la palabra "predica" es la misma palabra que usa para "preconizar" o "anunciar" o "proclamar" (khruxon). No es una simple palabra para enseñar o explicar. Es lo que un pregonero urbano diría: "¡Oye tú!, ¡Oye tú!, ¡Oye tú! El Rey proclama buenas nuevas a todos aquellos que presten lealtad a su trono. Sepan que él dará vida eterna a todos aquellos que confíen y amen a su Hijo." A esta proclamación llamo "exultación." La predicación es exultación pública sobre la verdad que se expone. No es desinteresada, fría o neutral. Es apasionada acerca de lo que dice.

Pero no obstante, esta proclamación incluye enseñanza. Al volver a 2 Timoteo 3:16 - La Escritura (que origina la predicación) es útil para "enseñar." Y al buscar en 2 Timoteo 4:2 y leer el resto del versículo "Predica la palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con mucha paciencia e instrucción." Entonces la predicación es expositiva. Se ocupa de la palabra de Dios. La verdadera predicación no es mera opinión de hombres. Es la exposición fiel de la Palabra de Dios.

Exposición exultativa

Por lo tanto, en una sola frase, la predicación es una "exposición exultativa.

En conclusión, la predicación es tan prominente en la adoración porque la adoración no es sólo entender, sino también sentir. No es sólo ver a Dios, también es disfrutarle. No es sólo respuesta de la mente, sino también del corazón. Por ello Dios ha ordenado que la forma que su Palabra debe adoptar en la adoración como iglesia no sean meras explicaciones a la mente o sólo estímulos al corazón. Más bien la Palabra de Dios ha de enseñar la mente y llegar al corazón; mostrar la verdad de Cristo y saborear la gloria de Cristo; exponer la Palabra de Dios y exultar en el Dios de la Palabra.

Esto es predicar. Y por eso es tan importante en la adoración. No es una simple obra humana. Es un regalo y una obra del Espíritu Santo. Y se produce más y mejor donde el pueblo ora y está preparado espiritualmente para recibirla. De esto hablaremos la próxima semana.

Oren por mí y oren por ustedes mismos. Y busquemos con todas nuestras fuerzas ser un pueblo que viva y adore por el poder de la Palabra de Dios - leída, memorizada, enseñada y predicada. Amén.