Gozo + deuda = desvío de 2000 millas hasta Jerusalén

Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, 21sino, como está escrito: Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; Y los que nunca han oído de él, entenderán. 22Por esta causa me he visto impedido muchas veces de ir a vosotros. 23Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones, y deseando desde hace muchos años ir a vosotros, 24cuando vaya a España, iré a vosotros; porque espero veros al pasar, y ser encaminado allá por vosotros, una vez que haya gozado con vosotros. 25Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos. 26Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén. 27Pues les pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos ministrarles de los materiales. 28Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España.

Dos semanas atrás vimos dos cosas sorprendentes en Romanos 15. Una era que Pablo dijo en el verso 19b, “desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo”. Esto es, desde el sur de Palestina, arriba hasta Siria, a través de Turquía, abajo a través de Grecia, y nuevamente arriba hacia Albania. Pablo había terminado su obra del evangelio allí. Y, para subrayar este asombroso reclamo, dice en el verso 23: “Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones”. ¿De veras? Sabemos que habían multitudes de personas que no eran cristianas quienes necesitaban ser evangelizadas, porque él escribió a Timoteo en Éfeso: “haz obra de evangelista” (2da a Timoteo 4.5).

Por eso, concluimos que el llamado de Pablo era a ser un misionero de fronteras, un pionero, cuyo trabajo era establecer la iglesia en lugares donde no hubiera y luego seguir adelante, mientras la iglesia continuaba el trabajo de evangelismo.

Lo otro sorprendente que vimos fue que simplemente una ambición santa, como la pasión de Pablo por predicar el evangelio donde nadie conociera de Cristo, obra para mantenerle haciendo muchas cosas buenas que a usted realmente le gustaría hacer. Dice en el verso 23b, “deseando desde hace muchos años ir a vosotros”. Pero dice en el verso 22 que esta ambición santa de terminar de inundar con el evangelio toda la región desde Jerusalén hasta Ilírico le ha impedido hacer lo que deseaba: “Por esta causa me he visto impedido muchas veces de ir a vosotros”. Así, tan sorprendente como se oye, las ambiciones santas tienen un poder tremendo para dar unidad, enfoque y significado a su vida impidiéndole hacer cientos de buenas cosas que a usted le gustaría hacer, pero no harían progresos en su ambición santa.

¿Un Desvío de Dos Mil Millas?

Ahora, hoy veremos una tercera verdad sorprendente en este capítulo, es que, aún cuando Pablo realmente quería ir a Roma (“deseando desde hace muchos años ir a vosotros”, Romanos 15.23b), y aún cuando ya había realizado su ambición santa de predicar completamente el evangelio desde Jerusalén hasta Ilírico (vv. 19,23), todavía no irá a Roma. En lugar de esto, toma un desvío de dos mil millas hacia Jerusalén. La mayoría de los estudiosos están de acuerdo de que Pablo está escribiendo a los romanos, probablemente desde Corinto. Jerusalén está a miles de millas en la dirección contraria si quería ir a Roma.

Entonces, ¿Quiere él ir a Roma o no? Veamos  sus mismas palabras en el verso 23b cuando dice: “deseando desde hace muchos años ir a vosotros”. Y veamos sus palabras cuando dice que la razón que le ha impedido ir es su compromiso de llenar con el evangelio desde Jerusalén hasta Ilírico. Si tomamos sus palabras al pie de la letra, esta es la conclusión a que llegamos. Este desvío a Jerusalén es muy importante. Piense en ello. Este viaje está deteniendo el viaje a España. Este desvío está llevando a un misionero de nuevos campos, de fronteras precisamente a la dirección contraria a la que le lleva su ambición santa.

Así que la pregunta hoy es: ¿Qué pudiera ser tan importante que Pablo no puede simplemente delegarlo en alguien más que lo haga en Jerusalén y luego dirigirse al oeste a Roma y a España? ¿Qué es eso tan importante que rivaliza con su compromiso de predicar el evangelio a aquellos que nunca han escuchado el nombre? O, ¿es este desvío a Jerusalén algo que es de hecho esencial para el éxito de la misión a los gentiles? Vayamos a los versos claves 25 al 28:

“Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar [literalmente, “servir”] a los santos [es decir, a los judíos cristianos que viven en Jerusalén; él por lo general llamaba ‘santos’ a los cristianos. Cf. 8.27]. 26Porque Macedonia y Acaya [la zona norte y sur de Grecia, donde Pablo había plantado iglesias y desde donde escribe esta carta] tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén. 27Pues les pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos ministrarles de los materiales. 28Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este fruto [literalmente, les halla sellado este fruto’], pasaré entre vosotros rumbo a España”.

Cuatro Verdades Básicas

Ahora sumemos las verdades que están delante nuestro.

Primera verdad: Pablo aún tiene intenciones de ir a Roma y luego a España. Verso 28: “pasaré entre vosotros rumbo a España”. Su propósito al pasar por Roma es claro como nos lo muestra el verso 24: “espero veros al pasar, y ser encaminado allá por vosotros, una vez que haya gozado con vosotros”. Quiere pasar un tiempo de refrigerio en la compañía de los romanos, y quiere su apoyo. En un sentido la carta a los Romanos es una carta de apoyo misionero. ‘He aquí, en esta carta’, dice, ‘lo que predico y creo. ¿Pudieran apoyarme y encaminarme a predicar esto en España?

Segunda verdad: Hay cristianos pobres en Jerusalén. Sabemos por Hechos 11.28 en la Biblia y por la Historia de los Judíos de Josefo, fuera de la Biblia (Antigüedades III 15.3; xx. 2. 5; 5.2) que hubo un hambre en Judea entre el 44 d.C. y el 48 d.C. Que pudo haber sido, en parte, la razón para esta horrenda necesidad entre los cristianos en Jerusalén.

Tercera verdad: Los cristianos en Macedonia (en y alrededor de Filipos) y Acacia (en y alrededor de Corinto) habían levantado ofrendas para enviar a los pobres en Jerusalén. Verso 26: “Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén”. Pablo escribe acerca de esta colecta en dos capítulos completos en 2da a los Corintios 8 y 9.

Cuarta verdad: Pablo mismo entrega esta ofrenda a los pobres en Jerusalén en lugar de dar la tarea a otro persona. Verso 28: “Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España”

¿Por Qué Este Desvío?

Estos son básicamente los hechos. Pero ahora tenemos una pregunta: ¿Por qué es este desvío a Jerusalén tan importante para Pablo –no solo para tomar tiempo de su misión a los inalcanzados, sino para escribir acerca de ello? Veo cuatro respuestas y las abordaré brevemente después de estos cuatro encabezados. Lo que está comprometido en este viaje es: 1) la reputación del evangelio; 2) el compromiso cristiano hacia los pobres; 3) la unidad de la iglesia en medio de las fronteras étnicas, especialmente la judía y la gentil; y 4) la experiencia de gozo santo que produce amor.

Veamos si podemos movernos a través de esto y bosquejar algunas aplicaciones para nuestras vidas.

1. La Reputación del Evangelio

Mi primer pensamiento fue que Pablo quería llevar este dinero a Jerusalén por sí mismo en lugar de dárselo a otro, porque había levantado esta ofrenda personalmente, de manera que cualquier apropiación indebida de éste socavaría su ministerio y traería deshonra al evangelio. Este texto no dice eso. Pero cuando vamos a 2da a los Corintios 8 y 9, donde Pablo ofrece su explicación más detallado acerca de esta ofrenda para Jerusalén, enlaza explícitamente la ofrenda con el evangelio. En 2da a los Corintios 9.13 dice esto: “pues por la experiencia de esta ministración [los cristianos pobres en Jerusalén] glorifican a Dios por la obediencia que [los gentiles] profesáis al evangelio de Cristo”.

En otras palabras, una de las cosas que están en riesgo en esta recolecta para los pobres es la demostración de lo que el evangelio hace a las personas –les hace generosas. Les libera del amor al dinero. Y también, si esta colecta hubiera sido malversada por cristianos en el camino a Jerusalén, esto contra diría la misma naturaleza del evangelio. Pablo es celoso para que esto no pase. Tan celoso que por amor del evangelio pone su propia integridad en la línea y la lleva él mismo.

¿Es usted tan celoso, que su dinero es utilizado de manera que hace al evangelio brillar como lo más precioso en su vida?

2. El Compromiso Cristiano Con Los Pobres

Pablo lleva esta ofrenda a los pobres de Jerusalén por sí mismo para subrayar la importancia de ministrar a los pobres. Pudo haber enviado la ofrenda con alguien más. Pero la lleva él mismo, a un precio tremendo. La gente le advirtió de no ir porque sabían que sería perseguido, probablemente puesto en prisión (donde estuvo por dos años).

Pero usted pudiera quizás recordar lo que se dijeron Pedro y Pablo después de la reunión de Jerusalén. Pablo nos dice en Gálatas 2.9-10 lo que sucedió cuando se encontró con Pedro, Santiago y Juan en Jerusalén para exponerles su llamado a apóstol. Dice: “nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión. 10Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer”. Quizás ya para el momento de esta reunión existía la crisis en Jerusalén y muchos cristianos estaban desamparados. Pedro, entonces, le estaría diciendo: ‘Pablo, no olvides de donde vienes. No olvides a tu pueblo. No olvides a los pobres”. Pablo, en esencia, estrechó su diestra a Pedro y dijo: ‘no me olvidaré’.

Oro para que cada Templo a Distancia de Bethlehem sea conocido por atención manifiesta a los pobres, especialmente a los más pobres entre los pobres que son hermanos y hermanas en Cristo. Pablo al finalizar su carta de los Gálatas escribió en el capítulo 6, verso 10: “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”. No a éste o a aquel, sino a éste y a aquel. Tanto a los pobres no creyentes como a los que sí creen.

3. La Unidad De La Iglesia A Través De Las Fronteras Étnicas. Especialmente Judíos Y Gentiles

Romanos 15.27 es muy provocativo en este sentido. Dice, “Pues [a los cristianos gentiles en Macedonia y Acaya] les  pareció bueno, y son deudores a ellos [es decir, los judíos cristianos pobres en Jerusalén]; porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus  bienes espirituales [es decir, bienes espirituales judíos], deben también ellos [los gentiles] ministrarles [a los judíos cristianos] de los materiales”

Lo que hace que esto sea tan provocativo es que Pablo parece dirigir la atención al judaísmo de los pobres en Jerusalén. Parece sostener su opinión aquí de la misma manera en que lo hizo en el capítulo 11. Recordemos lo que dijo. Dijo que nosotros, los gentiles, somos como las ramas de olivo silvestre que fueron injertadas en la rica savia del olivo natural, es decir, el pacto hecho con Israel. Así que tenemos nuestra vida y esperanza de bienes espirituales, porque nos hemos convertidos en judíos al pertenecer al Mesías. Estamos injertados a la savia judía.

Los bienes espirituales que disfrutamos –perdón de pecados, la justificación por fe, la reconciliación con Dios, la liberación del castigo del infierno, todas las cosas obrando juntas para nuestro bien eternal, y la esperanza de disfrutar la gloria de Dios- todas estas cosas se deben a que estamos conectados a la semilla de Abraham, es decir, Jesucristo (Gálatas 3.16). Jesús dijo en Juan 4.22: “la salvación viene de los judíos”. Nuestra salvación es el Mesías judío.

Pablo quería que los gentiles nunca olvidaran esto. Dijo en Romanos 11.17-18: “Pues si algunas de las ramas [es decir, los judíos que no aceptaron a Jesús como Mesías] fueron desgajadas, y tú [los gentiles, casi todos los que estamos en esta habitación], siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo [esto es exactamente lo que Pablo quiere decir con “bienes espirituales” en Romanos 15.27], 18no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti”.

Soy tentado a volver y predicar nuevamente todos estos mensajes desde el capítulo 11, pero ya están disponibles y debemos imprimirlos. Basta decir que, Pablo no tenía que traer esto a colación. Pudo estar motivado simplemente por la generosidad a los pobres y amor a las personas sin hacer ninguna referencia a ser gentiles o judíos. Pero lo mencionó y debemos escucharlo y abrazarlo: Pablo tiene sobre abrumador deseo de que los gentiles y judíos sean uno en Cristo, y que para este propósito los judíos se percaten de que sus bienes espirituales han sido derramados sobre los gentiles en Jesucristo, y los gentiles se percaten de que el pacto de Dios con Israel es la fuente de sus vidas.

Estas dos verdades quiebran la raíz del orgullo étnico. Los gentiles no deben tener el valor de jactarse sobre los judíos, sino, buscar la salvación de los judíos, y regocijarse en su unidad con aquellos que abrazan a Jesús. Y los judíos no deben tener el valor de jactarse en su herencia, como si fuera una posición privilegiada, porque el Mesías está ofreciéndola gratuitamente a quienquiera creer en él. Bethlehem, ten cuidado del orgullo étnico y los prejuicios. Ama la unidad y diversidad étnica de la iglesia.

4. La Experiencia De Gozo Santo Que Produce Amor

Una última razón por la que Pablo toma este desvío de dos mil millas es mostrar que ese gozo santo es la raíz de su ofrenda –y la raíz del amor. Lea cuidadosamente los versos 26 y 27: “Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien [esta es la forma de una frase clave, y Pablo la repetirá en el verso 27; significa que quisieron hacer esto; Pablo no tuvo que torcerles los brazos] hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén. 27Pues les pareció bueno [aquí está nuevamente], y son deudores a ellos”.

Sabemos que éstas no son palabras dichas con indiferencia, porque cuando Pablo describe la ofrenda de los macedonios en 2da a los Corintios 8.2, esto es lo que enfatiza: “que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad”. Esto es lo que las palabras “tuvieron a bien” significan en Romanos 15.26 y 27. Ellos se deleitaron haciendo esto. De hecho, Pablo dice, que ellos les ‘pidieron con muchos ruegos’ hacerlo (2da a los Corintios 8.4).

Y entonces, Pablo añade en el verso 27: “y son deudores a ellos”. Era una deuda, una obligación. En otras palabras, la ofrenda para los cristianos pobres en Jerusalén era tanto un deber como un deleite. Era una deuda y era ofrendada libremente.

Pablo caminaba sobre el filo de una navaja, a punto de deslizarse sobre dos errores. Por un lado, los gentiles pudieron pensar: ‘No tenemos ninguna obligación, no hay deuda que pagar’. Y por otro lado los cristianos pobres de Jerusalén pudieron sentir: ‘Solo hacen esto porque nos lo deben’. Y contra estos dos errores Pablo dice, que ‘tuvieron a bien’, ofrendaron con gozo abundante –aunque muchos eran pobres. Y era su obligación hacerlo. No existe necesariamente un conflicto entre el deber y el deleite. Es posible amar hacer aquello que debemos hacer. De hecho, usted debe buscar ese gozo en su vida.

Y para dejar claro que Pablo mismo se regocijaba al amarlo así, se desvió dos mil millas de su ruta original.

Así que cierro, a modo de resumen, con estas exhortaciones:

  1. Tenga cuidado por la reputación del evangelio.
  2. Cuide a los pobres. Pida a Dios un corazón como este.
  3. Ame la unidad y diversidad étnica de la iglesia, regocíjese de que existe un pueblo de Dios, no dos.
  4. Abrace la gloriosa verdad de que cuando usted ha nacido de nuevo por el Espíritu de Dios y ha atesorado a Cristo –quien murió por usted- por encima de todo, usted comienza a cambiar. Se deleita en hacer lo que debe hacer, y quiere pagar su deuda. Este es el gozo santo, y permanece para siempre.