Dios nos Ama Más, Cuando nos Ama para su Gloria

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Founder & Teacher, desiringGod.org

Algunas personas se sienten menos amadas cuando escuchan que Dios las ama por amor a Él mismo. Pero, en realidad, su amor es mayor hacia nosotros cuando nos ama de esa manera.

Quiero que puedan sentirse aún más amados, porque Dios nos valora más cuando lo hace de esta manera.

Aquí hay algunos ejemplos de lo que quiero decir con la idea de que Dios realiza todos sus actos de amor hacia nosotros en una manera que revela que nos está amando para su gloria:

1. Dios nos ama al predestinarnos a ser adoptados por su familia (Efesios 1:5–6).

"Nos predestinó para adopción, para alabanza de la gloria de su gracia". El fin último de nuestra adopción es glorifcar la gloria que nos adopta. Y esto, según dice Pablo, se hace "en amor". El amor de Dios por nosotros es para la gloria de Dios.

2. Dios nos ama al habernos creado (Isaías 43:6–7).

“ . . . A todo el que es llamado por mi nombre y a quien he creado para mi gloria" Si Dios no te hubiese creado, no estarías ahí para amar. Así que tu creación es parte del amor de Dios hacia ti. Te trajo a la existencia para que puedas disfrutar para siempre todo el bien que ha planeado para ti. Y lo hizo, dice Él, para su gloria.

3. Dios muestra su amor hacia nosotros al mandarnos un Salvador (Lucas 2:10–14).

"El ángel les dijo:´' os traigo buenas nuevas de gran gozo'. . . . porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador . . . . Y de repente apareció con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales, alabando a Dios y diciendo: 'Gloria a Dios en las alturas'".

Tenemos un salvador; él recibe la gloria. Tenemos las "buenas nuevas de gran gozo"; Dios recibe alabanza. Ese es el plan de Dios al enviar a su Hijo. Así es como nos ama.

4. Dios nos ama al morir Cristo por nosotros (2 Corintios 5:14–15).

"Pues el amor de Cristo nos apremia, habiendo llegado a esta conclusión: que uno murió por todos, por consiguiente, todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos".

Pablo nos da el objetivo del amor de Cristo: ¡que vivamos para él! ¿Eso qué quiere decir? Él no necesita nuestra ayuda. Vivir para él no quiere decir vivir para compensar sus deficiencias. Porque no tiene. Significa vivir para mostrar su grandeza. Eso es lo que está detrás de su amor hacia nosotros: que vivamos para su gloria.

5. Dios nos ama al darnos vida espiritual (Efesios 2:4–7).

"Por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvados)." Esta "gracia", recuerda, es la gracia que nos predestinó para alabar: "para alabanza de la gloria de su gracia" (Efesios 1:6).

Pero ¿qué está haciendo esa gracia aquí? Pablo la describe como el "gran amor" de Dios al hacernos vivir cuando estábamos muertos. La razón por la que nos resucitó de la muerte de nuestra incredulidad es que Dios tiene un "gran amor" para nosotros.

No lo pierdas. Dios no ama a todos con "gran amor". De otra manera, "a todos se les daría vida". Es un amor particular que lo mueve a elegirte para su gloria y darte vida. Así que él te ama con "gran amor" para gloria de su gracia.

6. Dios nos ama en la manera en que Jesús ora por nosotros (Juan 17:24).

"Padre, quiero que los que me has dado, estén también conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria". Jesús está orando por su rebaño. Nos ama hasta el fin (Juan 13:1) Y lo que quiere es que estemos "con él" y que "veamos su gloria". Su gloria es el tesoro final. Nuestro Salvador, no nuestro yo, será la base de nuestra gloria.

El punto de estos seis textos es mostrar que a través de la Biblia, Dios hace sus obras de amor hacia nosotros en una manera que revela que nos ama para su gloria.

El amor de Dios centrado en él es el mayor amor hacia nosotros.

¿Por qué Dios nos recuerda una y otra vez que nos valora mucho en una manera que finalmente está diseñada para exaltar su propio valor?

La respuesta es: Amarnos así es un amor mayor. El amor de Dios hacia nosotros, que nos valora mucho para su gloria, es un mayor amor que si terminara haciendo de nosotros mismos nuestro mayor tesoro, en vez de Él. Al hacerse él nuestro objetivo, el amor se hace más grande que si nos hiciera a nosotros su objetivo. La razón de que esto sea un mayor amor, es que el yo, sin importar lo glorificado que sea por Dios (Rom 8:30), nunca satisfará un corazón hecho para Dios.

Dios ama a su pueblo hasta el infinito. Envió a su Hijo a morir para tenernos y que lo podamos tener (1 Pedro 3:18) No nos dejará conformarnos en pensamientos maravillosos y felices del ego. Ni siquiera de alguien salvo y glorificado. Él no va a permitir que nuestra gloria, que Él mismo creó y en la que se deleita, reemplace a su gloria como nuestro tesoro supremo. Eso no sería amor.

Dios nos ama. Somos preciosos para Dios, y el mayor regalo que tiene para con nosotros es no dejar que nuestra belleza propia se vuelva nuestro dios. Dios es nuestro Dios. Solo Dios para siempre. Y este es un amor infinito.

Cuando experimentamos este amor con profundidad; cuando somos impulsados por este amor en todas las cosas, Dios es grandemente glorificado.