Formado con un rapido movimiento de sus dedos

Transcripción de Audio

El diciembre pasado, como casi todos, fui a ver la película “The Two Towers” (Las Dos Torres, segunda parte del Señor de los Anillos). Quedé fascinado con la secuencia de sucesos, los majestuosos, triunfantes árboles caminando y las grandes rocas arrojadas desde el castillo aplastando las hordas de Saruman, Legolas patinando por el castillo, disparando con su arco mientras se movía, y la perfecta llegada del caballo blanco, galopando contra las huestes de Saruman. Me encantó. Era nuestro aniversario número 34. Luego fuimos a cenar.

Le dije a Noel: “¿Sabes lo que más me gustó de la película? Me hizo admirar y temer más a Jesucristo”. Ella dijo: “¿Por qué?”. Respondí: “Porque mientras estaba ahí sentado viendo la película, pensé que, incluso si eso fuese verdad, sucedería en la Tierra o en la Tierra Media, y la Tierra es un pequeño planeta en el sistema solar de aproximadamente 7 mil millones de millas de largo. El sistema solar es un sistema pequeño dentro de la Vía Láctea, la cual tiene seiscientos mil trillones de millas de largo. La galaxia en la que vivimos es una modesta galaxia de un tamaño relativamente grande en un universo que probablemente tiene alrededor de cien millones de galaxias. Jesús puso todo esto en su lugar con un rápido movimiento de su meñique”.

La próxima vez que estemos en el cine fascinados, hagamos esa traducción. Dejemos que nuestro corazón tiemble ante lo que es realmente grandioso, ante lo que es realmente fascinante: Jesucristo. “En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. . . . Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”. (Juan 1:1,3, LBLA). Él hizo rodar todo con un movimiento de su dedo meñique.

Si vamos a quedar fascinados con la cinematografía, miremos a nuestro alrededor o compremos un telescopio.

Extracto de un mensaje del 26 de mayo de 2003


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