Mejor no Haber Conocido Nunca el Camino

El capítulo 1 de 2 Pedro es una convocación positiva y estimulante a confirmar nuestro llamado y elección y hacer uso del poder de Dios para la piedad, mediante la fe en sus valiosas y grandes promesas. El capítulo 2 es una descripción muy desalentadora de los falsos maestros en la iglesia, quienes no hacen uso del poder de Dios y se entregan a la indulgencia sexual en nombre de la libertad cristiana. El punto principal de este capítulo es que estos falsos maestros y los que son seducidos por ellos, al final experimentarán la condena y la destrucción. El capítulo intenta hacer de una manera negativa lo que el capítulo 1 pretende hacer de una manera positiva, es decir, que seamos sinceros con respecto a la confirmación de nuestro llamado y elección.

La semana pasada, vimos de los capítulos 1-10 que la herejía de los falsos maestros es una herejía moral. Niegan al Maestro que los compró al promover la licencia sexual. En vez de someterse a la manera de Cristo sobre la pureza sexual, desprecian la autoridad y enseñan que por la gracia somos libres en Cristo para usar nuestros cuerpos como nos plazca. Cuanto más estamos por encima de las limitaciones de la ley, más engrandecemos la gracia de Dios. Por lo tanto, por decirlo de algún modo, ¡pequemos para que abunde la gracia! (Romanos 6:1). En el versículo 10, Pedro nos advierte que Dios mantendrá a tales personas bajo castigo hasta el día del juicio. El Cielo y el Infierno dependen de si confiamos en Cristo para nuestra esperanza y obedecemos su Palabra, o si lo negamos con nuestra desobediencia.

Hoy, vamos a escuchar juntos el resto del capítulo 2 y a tratar de ver qué lecciones hay para nosotros. Vamos a examinar los versículos 10-22 en cuatro partes. En los versículos 10b-13a, el centro está en la intención descarada, el orgullo y la autosuficiencia de los falsos maestros. En los versículos 13b-16, el centro está en su desvergonzada indulgencia con respecto al sexo y en su pasión por el dinero. En el versículo 17, se expone la frivolidad de sus enseñanzas. Y en los versículos 18-22, Pedro advierte cómo estos falsos maestros tentaban a los cristianos nuevos e inestables a la apostasía moral, donde su última condición es peor que la de no haber conocido nunca el camino de la justicia. Examinemos estas secciones brevemente, una por vez.

Jactanciosos e Injuriosos

Primero, los versículos 10b-13a. Al describir a los falsos maestros, Pedro dice: "Atrevidos y obstinados, no tiemblan cuando blasfeman de las majestades angélicas, cuando los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio injurioso contra ellos delante del Señor. Pero, estos (es decir, los falsos maestros) como animales irracionales, nacidos como criaturas de instinto para ser capturados y destruidos, blasfemando de lo que ignoran, serán también destruidos con la destrucción de esas criaturas, sufriendo el mal como pago de su iniquidad". Es posible que las "majestades angélicas", mencionadas en el versículo 10, sean los ángeles pecadores del versículo 4, y que Pedro esté diciendo: los falsos maestros son tan descarados, arrogantes y seguros de sí mismos que ellos agravian a los espíritus malignos, como si estuvieran absolutamente salvos de toda influencia sobrenatural maligna. Y para mostrar la arrogancia de la actitud de falsa seguridad, Pedro dice: aún los ángeles buenos, quienes, a diferencia de los falsos maestros, son más fuertes que los malignos, no presumen de juzgarlos injuriosamente. Ellos son humildes y dejan el juicio a Dios.

Pero, parece improbable que Pedro usara la frase "majestades angélicas" para referirse a los ángeles pecadores. Literalmente, el término es simplemente "glorias" y lo usó en 1 Pedro 1:11 para referirse a todas las que rodean a Cristo en su exaltación y su segundo advenimiento. En 2 Pedro, la palabra "gloria" está asociada con el futuro del segundo advenimiento de Cristo (1:13,17), donde el Cristo transfigurado anuncia el glorioso retorno de Cristo, (3:18). Y en 2 Pedro 3:3,4, se describe a estos falsos maestros como burlándose de este segundo advenimiento. Por eso, me inclino a creer que "las glorias", que los falsos maestros injurian, son las glorias de Dios y de Cristo, especialmente asociadas con el segundo advenimiento. Luego, cuando dice, en el versículo 11, que "los ángeles (noten que no dice ángeles "buenos", porque probablemente no hay comparación con ángeles malos a considerar), aunque son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio injurioso contra ellos delante del Señor", probablemente signifique que los ángeles no agravian a los falsos maestros, aunque lo merezcan y los ángeles estén en una posición elevada como para hacerlo. Esta comparación muestra lo increíblemente engreídos que son los falsos maestros. Incluso los ángeles se rinden ante la autoridad de Dios para pasar el justo juicio. Pero, los falsos maestros desprecian a la autoridad y se sobreponen a los ángeles para menospreciar las glorias del Dios santo, probablemente, negando el segundo advenimiento.

El versículo 12, agrega que los falsos maestros son como animales en dos sentidos. Primero, son completamente ignorantes de lo que hablan. Su injuria a las glorias de Cristo es como el aullido de un lobo al amanecer. Segundo, ellos serán destruidos como los animales. Van a llegar a su fin en el juicio y todo su aullido se silenciará. Por lo tanto, se nos exhorta a tener cuidado del orgullo espiritual. Como dice Pablo: "El que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga" (1 Corintios 10:12). Dependemos completamente de la gracia de Dios y no nos atrevamos a jactarnos de ninguna autosuficiencia.

Banqueteo y Avaricia

La segunda unidad son los versículos 13b-16:

Cuentan por deleite andar en placeres disolutos durante el día; son manchas e inmundicias, deleitándose en sus engaños mientras banquetean con vosotros. Tienen los ojos llenos de adulterio y nunca cesan de pecar; seducen a las almas inestables; tienen un corazón ejercitado en la avaricia; son hijos de maldición. Abandonando el camino recto, se han extraviado, siguiendo el camino de Balaam, el hijo de Beor, quien amó el pago de la iniquidad, pero fue reprendido por su transgresión, pues una muda bestia de carga, hablando con voz humana, reprimió la locura del profeta.

Acá la descarada voluntariedad de los falsos maestros se manifiesta en lo que hacen durante el día (v.13), cosa que otros pecadores solo se atreven a hacer en la noche. La frase "banquetean con vosotros", en el versículo 13, significa literalmente "comer suntuosamente con vosotros". La imagen parece ser la de un banquete de toda la iglesia donde aparecen estos hombres como manchas e inmundicias,(contrasta a 3:14) con sus ojos llenos de adulterio (v.4). No pueden mirar a una mujer sin pensar en relaciones sexuales. Con sus corazones bien ejercitados en la avaricia tratan de aislar a los recién llegados y alejarlos hacia lo licencioso (v2).

Pedro no dice cómo pretenden hacer dinero los falsos maestros, pero la analogía con Balaam (vs.15,16) da una pista. Cuando los israelitas se estaban acercando a la tierra de los moabitas, Balac, el rey, tenía miedo de ellos y mandó a buscar a un profeta llamado Balaam y le ofreció dinero (Números 22:7) para que les hiciera un maleficio a los israelitas. Esto es en lo que Pedro se centró en el versículo 15: A Balaam le gustaba obtener beneficio de la maldad, específicamente, que alguien estuviera dispuesto a pagarle por sus servicios proféticos. Probablemente, entonces, los falsos maestros no solo estaban atrayendo a los jóvenes convertidos hacia las licencias sexuales, sino que también les estaban cobrando por su propia enseñanza especial. ¡Si se paga por algo, se toma más seriamente!

Presten atención a quiénes perseguían los falsos maestros en el versículo 14: " a las almas inestables". En el versículo 18, encontramos una imagen aún más clara: "seducen...a los que hace poco escaparon de los que viven en el error". En otras palabras, nuevos convertidos; personas poco firmes en su entendimiento de la verdad. Esta es una fuerte advertencia, primero, para que establezcamos nuestra estabilidad doctrinal en la Palabra y, por otra parte, también para que trabajemos seriamente a fin de que nuestros hijos y todos los que se convierten tengan, rápidamente, una base sólida en la verdad de las Escrituras. Seamos una iglesia en la que constantemente nos estemos ayudando unos a otros, para profundizar siempre nuestras raíces en la roca de la verdad de Dios.

Brumas y Manantiales Secos

La tercera sección es solo un versículo. Versículo 17: "Estos son manantiales sin agua, bruma impulsada por una tormenta, para quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas". Imagínense que están en el desierto con la lengua reseca ansiando el agua para satisfacer la sed. Ven un oasis con árboles y grama. Corren arrojándose al manantial, pero está completamente seco. Estos falsos maestros ofrecen placer, enseñanza y libertad, pero en realidad son vacíos y estériles. Son como la bruma que promete lluvia para la tierra, pero rápidamente se esfuman. ¡Oh, qué necesidad tiene la iglesia de discernir entre los manantiales secos y los manantiales de agua viva! Unos burbujean hasta la vida eterna. Los otros se hunden en la penumbra, donde hay llanto y rechinar de dientes. Debemos convertirnos en personas que disciernen profundamente.

Tergiversando el Evangelio de Libertad

La última unidad es la advertencia más directa a la iglesia sobre los peligros de ser alejados por estas falsas enseñanzas. Versículos 18-22:

Pues hablando con arrogancia y vanidad, seducen mediante deseos carnales, por sensualidad, a los que hace poco escaparon de los que viven en el error. Les prometen libertad, mientras que ellos mismos son esclavos de la corrupción, pues uno es esclavo de aquello que le ha vencido. Porque si después de haber escapado de las contaminaciones del mundo por el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, de nuevo son enredados en ellas y vencidos, su condición postrera viene a ser peor que la primera. Pues hubiera sido mejor para ellos no haber conocido el camino de la justicia, que habiéndolo conocido, apartarse del santo mandamiento que les fue dado. Les ha sucedido a ellos según el proverbio verdadero: "El perro vuelve a su propio vómito, y: La puerca lavada, vuelve a revolcarse en el cieno"

La manera en que los falsos maestros seducen a los convertidos nuevos e inestables es prometiéndoles libertad, según el versículo 19. Creo que se puede tener una muy buena idea de cómo argumentaban. En 1 Pedro 2:16, Pedro dice: "Andad como libres, pero no uséis la libertad como pretexto para la maldad, sino empleadla como siervos de Dios". Los falsos maestros estaban en lo cierto cuando prometían libertad. El llamado a la libertad está en el centro de la fe del Nuevo Testamento. Pero, este no era un llamado para dar rienda suelta a las pasiones. Porque, entonces, en realidad se es esclavo de la corrupción, como dice el versículo 19. El llamado apostólico a la libertad reconoce: 1) que Cristo murió para liberarnos de la culpa y el poder del pecado; 2) que somos libres de la ley, en el sentido de que ya no necesitamos esforzarnos por cumplirla con nuestra propio esfuerzo; y 3) que el Espíritu Santo nos da un nuevo corazón para que libremente nos deleitemos en la santidad.

Pero, en todos lados donde se predicaba este evangelio de libertad, los falsos maestros lo distorsionaban. Y 2 Pedro 3:16 muestra que las cartas del apóstol Pablo eran una presa fácil para esta distorsión. Dice: "Hay algunas cosas en ellas difíciles de entender, que los ignorantes e inestables tuercen para su propia destrucción". Los falsos maestros toman a las almas inestables (de 2:14) y les enseñan cómo usar las cartas de Pablo, para justificar su punto de vista de la libertad sexual.

Pablo ya sabía que su enseñanza de libertad estaba expuesta a este abuso y advierte acerca de ello. Por ejemplo, en Gálatas 5:13 dice: "Vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; sólo que no uséis la libertad como pretexto para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros". Pero, los falsos maestros estaban haciendo justo eso, usando su libertad como una oportunidad para satisfacer su amor por el dinero, por los elogios y por el placer sexual. Probablemente, citaban Gálatas 5:1 con gran poder entre los nuevos e inestables convertidos: "Para la libertad fue que Cristo nos hizo libres, por tanto, permaneced firmes y no os sometáis otra vez al yugo de la esclavitud". "¡Desháganse de las reglas que esclavizan y gobiernan la vida del cuerpo! ¡No están bajo la ley, sino bajo la gracia!". Pero, probablemente, desatendieron completamente aquellas otras enseñanzas de Pablo: "Si vivís conforme a la carne, habréis de morir; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis" (Romanos 8:13). Por eso, Pedro hace sonar la trompeta de advertencia: ellos están distorsionando las Escrituras para su propia destrucción; y la prometida libertad es ser esclavos de la corrupción.

Acumulando más Juicio

En los versículos 20 y 21, la palabra decisiva resuena en la iglesia que está en peligro de ser tentada: si te alejas del mandamiento santo, renuncias al camino de justicia y por tus actos niegas al Maestro que te compró (v.1), entonces no serás salvo y tu condición es peor que no haber conocido nunca el camino. En el versículo 20, Pedro describe la posibilidad real de que, al conocer a Cristo, algunas personas comienzan una vida cristiana y que, según todas las apariencias externas, escapan a las contaminaciones del mundo. Lugo las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida (como dice Jesús) asfixian la planta nueva y se marchita; su fruto no madura y muere (Lucas 8:14).

De este versículo es necesario resaltar dos partes. Primero, presten atención al principio de que cuanto más se conoce a Cristo y a su camino, más severo será el juicio por no confiar y obedecer a Cristo. Mejor no haber conocido nunca el camino, dice Pedro en el versículo 21. Y en esto, simplemente, preserva la enseñanza de Jesús. Él dijo: "¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque, si los milagros que se hicieron en vosotras se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían arrepentido en silicio y cenizas. Por eso, os digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón que para vosotras" (Mateo 11:21-22). Cuanto más evidencia se tiene de la realidad de Cristo más severo será el juicio por no arrepentirse. "A todo el que se le haya dado mucho, se le demandará mucho" (Lucas 12:47-48). Pedro les advierte a los nuevos convertidos que si abandonan el camino ahora, después de todo lo que han aprendido y experimentado, el destino será más miserable que el de los paganos. El médico me dio antibióticos para diez días y me dijo: "No deje de tomarlos después de los cinco días solo porque su garganta mejora. Si los deja de tomar va a empeorar" Igual es la vida cristiana: si dejamos de confiar en el doctor celestial y desobedecemos su prescripción para la redención, la última condición será peor que la primera.

Lo segundo que hay que resaltar es que Pedro no está enseñando que los elegidos de Dios puedan perder su salvación. Definitivamente, está enseñando que los miembros de la iglesia se pueden perder, y que los que hacen una profesión visible de la fe y que, incluso, comienzan a purificar sus vidas pueden alejarse de Cristo y perderse. Pero, en el versículo 22, nos explica en un proverbio que no debemos sorprendernos en demasía con esto: los perros, característicamente, vuelven a su vómito; y no importa qué limpio esté por fuera un cerdo, si realmente es un cerdo, volverá al lodo. En otras palabras, los que dejan el camino de la justicia y nunca vuelven, simplemente, muestran que su naturaleza interior nunca ha cambiado. Esta era la manera en la que Pedro decía lo que Juan 2:19 dice: "Salieron de nosotros, pero en realidad no eran de nosotros, porque si lo hubieran sido habrían permanecido con nosotros, pero salieron a fin de que se manifestara que no todos son de nosotros". O como dijo Jesús: "El que persevere hasta el fin, ese será salvo". O como lo manifiesta Hebreos: "Somos hechos partícipes de Cristo, si es que retenemos firme hasta el fin el principio de nuestra seguridad" (Hebreos 3:14). O como dice Pablo: "Ahora os hago saber, hermanos, el evangelio que os prediqué, el cual también recibisteis, en el cual también estáis firmes, por el cual también sois salvos, si retenéis la palabra que os prediqué" (1 Corintios 15:1-2). Todo el Nuevo Testamento está de acuerdo: no hay salvación excepto preservando la fe. Y la fe que persevera siempre obra en el camino de la justicia. Por lo tanto, abandonar el camino de la justicia, es excluirse uno mismo de la salvación.

Pero, esto no le puede pasar nunca a los elegidos de Dios. Si sucediera, el versículo 10 del capítulo 1 no tendría sentido. Allí, Pedro dice: "Sed tanto más diligentes para hacer firme vuestro llamado y elección". Si se perdieran los elegidos, no tendría ninguna ventaja confirmar nuestra elección. El punto del versículo 10 es que los elegidos nunca caerán, sino que entrarán en el reino eterno de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Y por consiguiente, debemos ser completamente serios con respecto a confirmar nuestra elección.

2 Pedro 2 fue escrito para ayudarnos justamente a hacer eso. Tiene como objetivo ayudarnos a confirmar nuestra elección al advertirnos que no neguemos al Maestro que nos compró (v.1), y al fortalecernos para resistir las tentaciones de orgullo espiritual y autosuficiencia (11-13). el amor por el dinero y todas sus tendencias destructivas (14-16) y la convocatoria al permiso sexual desenfrenado (2,7,14,18). No es la clase de capítulo que disfrutamos leyendo. Pero, no toda medicina sabe bien. Dios, el gran médico, sabe lo que necesitamos. Y cada palabra es beneficiosa. Si estas aumentan nuestra sinceridad en tener plena certidumbre de esperanza hasta el final, habrán tenido éxito. Qué así lo quiera Dios. Amén.