La Gran Invitación: Un Camino Hacia lo Alto para los Pecadores

Isaías 55:6-9
Mi propósito y mi plegaria al escribir este mensaje es que vosotros busquéis al Señor esta mañana. Los creyentes necesitan acudir al Señor continuamente para conservarse en su amor (Judas 1:21). Los incrédulos buscar al Señor con decisión para ser salvos (Romanos 10:13). No existe una sola persona en este salón para quien este texto sea irrelevante. Algunos necesitáis acudir al Señor para no quedar confinados a la crudeza de la incredulidad y la destrucción. Otros necesitáis procurar al Señor para evitar así perder la oportunidad de recibir su ayuda, su guía y su bendición especial.

El mensaje consta de dos partes:

1. EL SIGNIFICADO DE BUSCAR AL SEÑOR

1.1. Llamad al Señor

Buscar al Señor significa llamarle (v. 6)

Buscad al SEÑOR mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cerca.

Si os proponéis buscar al Señor esta mañana o esta noche en la quietud de vuestra habitación o bajo las estrellas, lo primero que haréis será llamarle. La palabra religiosa para definir este llamado es “orar”.

Sin embargo, existe mucha gente que siente que no es capaz de orar. Sienten que necesitan conocer la Biblia en profundidad para poder decir las cosas de manera correcta y que es preciso tener un cierto don de la palabra para evitar que suene demasiado ordinario o demasiado informal. También hay gente que cree que es preciso tener una relación personal con Dios antes de poder orar. Por eso la palabra “orar” genera toda clase de obstáculos para algunas personas.

Pero esta palabra no es la que figura en este versículo. ¡La palabra que aparece es “llamar”! Y esa es una palabra que empleamos cotidianamente al igual que se utilizaba en aquellos tiempos. Llamamos al camarero. Llamamos a un amigo por teléfono. Llamamos para pedir ayuda al 911 como lo hizo aquel niño pequeño cuando su padre sufrió convulsiones debido a que le había bajado el nivel de azúcar en sangre.

Lo primero que hacemos para buscar al Señor es llamarlo. Podríamos utilizar palabras como estas: “¡O Señor ayúdame!” o “Señor, si realmente estás ahí, ¡muéstramelo!” O: “O Señor, te necesito, ven y sálvame, perdóname, renuévame.” O: “Padre, necesito tu consejo, muéstrame el camino a seguir.”

No necesitáis un diploma de estudios superiores para llamarlo y pedir su ayuda. Un niño puede hacerlo. Este es el primer paso en lo que significa buscar del Señor.

1.2. Abandonar Caminos y Pensamientos Impíos

Buscar al Señor significa abandonar caminos impíos y pensamientos inicuos (v. 7).

Abandone el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos,

Si vosotros observáis con seriedad el lado positivo de la búsqueda de Dios, debéis también tomar seriamente el lado negativo y absteneros de comportamientos y pensamientos que le ofenden. No es posible buscar a Dios y practicar o planear cometer un pecado al mismo tiempo.

Si llamáis a Dios de la siguiente manera: “O Dios, te necesito, ¡ayúdame!” una de las primeras cosas que sucederá como respuesta a vuestra plegaria es que Dios despertará vuestra conciencia con respecto a aquellas cosas en vuestra vida que necesitáis dejar de lado. Si Dios responde a vuestra plegaria de esta manera y vosotros os rehusáis a abandonar aquello que vuestra conciencia reprueba, entonces abandonaréis vuestra búsqueda de Dios y vuestras palabras perderán el sentido (como ocurre en Isaías 58:1-2). No podéis buscar a Dios allí donde no se encuentra; es decir, en el pecado.

Sería similar a un hombre que abandona a su esposa, se muda solo a su propio apartamento, tiene una relación sexual regular con otra persona además de su esposa y luego “llama” a su esposa por teléfono y la “busca”. Y cuando lo hace, ella le pregunta: “¿Has abandonado a esa mujer?” y él responde: “No, no puedo hacerlo.” Entonces, la esposa le dirá, con justa razón, “Entonces no me estás buscando. Tu llamada es vacía, sin sentido. Me podrás buscar y encontrar como tu esposa cuando abandones a esa mujer y a todas las demás y me elijas solo a mí, ¡tal y como juraste hacerlo en tus votos matrimoniales!”

Buscar al Señor implica abandonar los caminos y pensamientos que le desagradan y que lo deshonran. No es posible buscarlo allí donde no se encuentra: en el pecado.

Bien, repasemos el libro de Isaías para ver qué otras cosas significan buscar al Señor.

1.3. Evitar la Astrología, el Espiritismo, Etc.

Buscar al Señor implica evitar la astrología y el espiritismo así como también otras ciencias ocultas.

Consultad [es decir “buscad”, en sentido literal] a los médium y a los adivinos que susurran y murmuran, decid: ¿No debe un pueblo consultar a su Dios? ¿Acaso consultará [buscará] a los muertos por los vivos? (Isaías 8:19, LBLA)

Lo que este versículo significa es que: ¡es suficiente con buscar solamente a Dios! Y es una ofensa cuando la Palabra de Dios y su Espíritu son considerados insuficientes para orientar a sus criaturas. Buscar a Dios significa evitar a los astrólogos, los adivinos, los videntes, espiritistas, médiums, tableros de ouija o cualquier otro intento por incursionar en los poderes espirituales y psíquicos que no estén indicados en la Palabra de Dios.

“Buscad al SEÑOR mientras puede ser hallado” implica consultar con Dios y dar la espalda a viejas falsificaciones del consejo divino.

1.4. Acudir al Señor para ser Rescatados de Su Propia Ira

Buscar al Señor significa acudir a él para librarnos de su propia ira.

Los arameos en el oriente y los filisteos en el occidente, que devoran a Israel a boca llena. Con todo eso [Dios] no se aparta su ira, y aún está su mano extendida. Pero el pueblo no ha vuelto al que los hirió, no han buscado al SEÑOR de los ejércitos. (Isaías 9:12-13, LBLA)

¡Israel no ha vuelto al que los hirió o buscado al Señor de los ejércitos! Pero deberían haberlo hecho. ¿Por qué? ¿Por qué habría cualquier persona de volver a un Dios que los hiere?¿Por qué deberíamos buscar a un Dios que está enfadado con nosotros?

La respuesta bíblica es muy sencilla: la única razón por la que Dios nos hiere es porque le damos la espalda y buscamos nuestra satisfacción allí en donde nunca podremos encontrarla: en el pecado. Así, es fácil comprender que cuando buscamos al Señor, lo que en realidad estamos haciendo es buscar refugio en Dios de la ira de Dios. No creo que sea enteramente posible buscar al Señor hasta que aceptemos la justicia de su enfado contra nuestros pecados. Buscamos su rostro para escapar de su furia.

1.5. Pedirle Consejo y Tenerle Confianza

Buscar al Señor implica pedirle consejo y depositar nuestra confianza en él y no en la sabiduría y convicción de otras personas.

¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda! En los caballos buscan apoyo, y confían en los carros porque son muchos, y en los jinetes porque son muy fuertes, pero no miran al Santo de Israel, ni buscan al SEÑOR. (Isaías 31:1, LBLA)

¿Cuántas veces nos hemos enfrentado a decisiones que hemos tomado con un rápido reconocimiento de nuestros propios recursos pero sin buscar el consejo del Señor? Buscar al Señor implica detenerse antes de tomar una decisión y mirar expectantes a Dios en vuestros corazones esperando a ver donde nos pueda dirigir.

Ilustración de George Mueller, el santo que oraba, que fundó orfanatos en Inglaterra en el siglo pasado.

En el transcurso de mi camino como cristiano, un período ya de 69 años y cuatro meses, no recuerdo si alguna vez busqué con sinceridad y paciencia la voluntad de Dios mediante la enseñanza del Espíritu Santo y a través de la agencia de la Palabra de Dios pero siempre he sido guiado de la manera correcta. Pero en aquellos casos en los que pude carecer de la honradez de corazón y la rectitud ante Dios o cuando no esperé pacientemente a que Dios me diera sus consejos o cuando preferí el consejo de otros seres humanos en vez de las declaraciones de la Palabra del Dios viviente, fue entonces cuando cometí grandes errores. (In Wesley Duewel, Let God Guide You Daily, p. 62)
Resumen: buscar a Dios significa:
  • Llamarlo.
  • Abandonar caminos y pensamientos que lo deshonran.
  • Consultar a Dios y no a falsificaciones ocultas de revelación divina.
  • Buscar a Dios para que nos rescate de su propia ira.
  • Pedir su consejo y depositar nuestra confianza en el y no en la sabiduría y convicción humana.

Volveremos a lo anterior más tarde y oraremos juntos al final del servicio religioso. Pero antes quisiera intentar convencerlos de que deberían querer buscar al Señor de este modo.

2. ¿POR QUÉ DEBERIAIS DESEAR BUSCAR AL SEÑOR?

2.1. Nuestros Pensamientos y Caminos en Contraste a los de Dios

Deberíais sentir deseos de buscar al Señor porque hasta que así no lo hiciereis, vuestros caminos y los suyos así como vuestros pensamientos y los suyos estarán tan distantes como el cielo lo está de la tierra.

Los versículos 8 y 9 suelen ser, con frecuencia, citados fuera de contexto:

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos--declara el SEÑOR. Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

Generalmente, estos versículos son citados para demostrar que alguna situación que nos desconcierta, no es un misterio para Dios. Sus caminos son más elevados que los nuestros. Esto, por supuesto, es absolutamente cierto pero no es a lo que el texto se refiere.

¿Por qué habla el versículo 8 de los pensamientos y caminos de Dios? Porque el versículo 7 habla de los pensamientos y caminos de los hombres impíos. Si no relacionamos los pensamientos y caminos de Dios en el versículo 8 con los pensamientos y caminos de Dios en el versículo 7, perderemos de vista al verdadero sentido del pasaje y aquello que Dios desea que escuchemos.

Escuchemos la manera en que fluyen los versículos. Versículo 7: Abandone el impío su camino [!], y el hombre inicuo sus pensamientos [!],y vuélvase al SEÑOR, que tendrá de él compasión…” Por qué? Versículo 8: Porque los pensamientos y caminos de Dios no son impíos ni inicuos. En efecto, están tan alejados de nuestros malos caminos y pensamientos como el cielo lo está de la tierra.

El sentido de los versículos 8 y 9 es el de resaltar la enorme necesidad que tenemos de buscar a Dios. Solo cuando buscamos a Dios podremos superar este Gran Cañón de separación entre los caminos de Dios y los nuestros y entre los pensamientos de Dios y los nuestros. Solo al buscar a Dios podremos comenzar a tener la mente de Cristo (1 Corintios 2:16) y la mente del Espíritu (Romanos 8:6).

Entonces, la primera razón por la que deberíamos sentir deseos de buscar a Dios es que hasta que no lo hagamos, no pensaremos como lo hace Dios ni actuaremos como él. En verdad, nuestra mente y la suya son tan diferentes y distantes como lo son el cielo y la tierra.

2.2. Perdonar en Lugar de Castigar

Debéis sentir deseos de buscar al Señor porque cuando así lo hagáis, lo que hallaréis no será castigo sino perdón (versículo 7).

Abandone el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al SEÑOR, que tendrá de él compasión, al Dios nuestro, que será amplio en perdonar.

Dios desea que aquellas personas que transitan caminos impíos acudan a él. Desea que las personas con pensamientos inicuos acudan a él. Jesús no vino a llamar a los justos al arrepentimiento sino a los pecadores. No son los que se encuentran sanos quienes necesitan un médico sino los enfermos. Pensar que no eres lo suficientemente bueno para acudir a Dios es un pensamiento que proviene directamente del infierno.

Los pensamientos de Dios son más elevados. Y uno de esos pensamientos es el de tener misericordia hacia las malas personas que lo buscan.

Y prestad atención al énfasis que el versículo 7 pone en la palabra “amplio” ("generoso," NIV). Dios desea transmitirnos que esto es lo que a él más ama hacer. Su corazón se desborda por perdonar. El se regocija en el perdón. ¿Recordáis las maravillosas palabras de Miqueas 7:18 con las que concluí mi sermón hace cuatro semanas?

¿Qué Dios hay como tú, que perdona la iniquidad y pasa por alto la rebeldía del remanente de su heredad? No persistirá en su ira para siempre, porque se complace en la misericordia.

¡Dios se complace en la misericordia! Dios ama ofrecer misericordia. Se regocija en el perdón. Y por ende, lo hace de manera abundante, profusa y profundamente. Pablo dice que el amor de Cristo es tan profundo y alto, tan largo y ancho que supera el conocimiento.

Lo que Dios está dispuesto a hacer por vosotros si lo buscáis supera a cualquier cosa que podamos imaginar. No es un perdón el que te devuelve a las calles del pecado. Es un amplio perdón. Un perdón con un Oficial Probatorio llamado Espíritu Santo.

En el versículo 3 de este capítulo Dios promete que si escuchamos su voz y lo buscamos (“buscarlo”, “llamarlo”, “retornar a él”), Él hará con nosotros un pacto eterno. Y sabemos gracias a Ezequiel, Jeremías y Pablo que este pacto no es un pacto escrito sobre piedra sino que se trata de un pacto del Espíritu escrito en el corazón.

Dicho de otro modo, cuando buscáis al Señor, encontraréis el perdón por los peores pecados que hayáis cometido y ese perdón será tan amplio que Dios os asignará un Oficial Probatorio denominado Espíritu Santo diferente a cualquier otro oficial probatorio que jamás halláis imaginado ya que os protegerá, ayudará, guiará y traerá la vida más plena que posible. Y además de todo eso, él es la persona más maravillosa que puede acompañaros en este mundo.

Hay una última razón a la que deseo referirme para que vosotros sintáis el deseo de buscar al Señor hoy día.

2.3. La Cercanía de Dios en Este Momento

Deberíais querer buscar al Señor esta mañana porque él esta cerca nuestro en este momento y puede ser hallado (versículo 6).

Buscad al SEÑOR mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cerca.

Existe una ventana de oportunidad. Y no sabéis cuándo se cerrará. Está abierta esta mañana. Sabemos que es así porque la Palabra de Dios está siendo escuchada. Y el Espíritu está aquí presente como respuesta a numerosas oraciones.

Vamos, pues, a concluir este servicio considerando la siguiente línea en el versículo 6 con mucha seriedad: “Llamadle en tanto que está cerca.” Todos los que estamos hoy aquí reunidos necesitamos llamar al Señor: buscarle ahora mismo mientras puede ser hallado. Algunos necesitáis llamarle para salvación (Romanos 10:13). Otros necesitáis llamarle para pedirle que os ayude a superar un camino impío o pensamiento inicuo. Y otros necesitáis llamarle para pedirle consejo o guía.

Hagamos eso en silencio por un instante. Luego le rendiremos culto mediante una canción. Y mientras lo veneramos y cantamos, Tom y yo nos pararemos junto a la mesa. Y si Dios os indica que su deseo es que uno de nosotros se una a vosotros para pedirle a Dios en vuestra necesidad, venid y decidnos de que se trata y nosotros nos uniremos a vuestra oración y luego podéis regresar a vuestros asientos.