La voz del hijo de Dios da vida

En verdad, en verdad os digo que viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan vivirán.  Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le dio al Hijo el tener vida en sí mismo; y le dio autoridad para ejecutar juicio, porque es el Hijo del Hombre.  No os admiréis de esto, porque viene la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz, y saldrán: los que hicieron lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección de juicio.

Voy a hablar hoy, Dios mediante, sobre nuestra resurrección de entre los muertos, y sobre el papel de Jesús, y de su poderosa voz, al resucitarnos de entre los muertos. Si Jesús no viene antes, ustedes todos morirán. Y entonces, después, todos serán resucitados de entre los muertos, algunos, para resurrección de vida eterna, y otros, para resurrección de juicio.

¿Por qué el apóstol Juan nos dice estas cosas? Tomemos un momento para recordar. Juan dice en Juan 20:31: "pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que al creer, tengáis vida en su nombre." Juan nos está contando cómo Jesús resucita de entre los muertos porque quiere que creamos en Jesús como el Hijo de Dios y tengamos vida eterna.

Palabras que Despiertan y Profundizan la Fe

Lo que Él escribió está diseñado para ayudar a los incrédulos a venir a la fe en Cristo, y para ayudar a los creyentes a continuar creyendo y profundizar en la fe. ¿Cómo pueden, las simples palabras, cosas que Él ha escrito, producir y profundizar la fe?

Porque son palabras inspiradas por Dios que describen la gloria de Cristo. Y cuando vemos la gloria de Cristo, descrita en la Palabra de Dios, la gracia de Dios viene a nosotros y nos despierta y fortalece, y profundiza nuestra fe. Los versículos principales en esta idea son Juan 1:14 y 16: "Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.  . . . Pues de su plenitud todos hemos recibido, y gracia sobre gracia".

Juan vio y escuchó y tocó al Hijo de Dios. Vio la gloria del Hijo. Vio la plenitud de gracia y verdad. Y la plenitud de esa gracia fluyó hacia él. Y le fue dada vida. Y ahora el Espíritu de Dios está guiando a Juan (Juan 16:13) para describirnos en palabras lo que había visto y oído: la gloria del Hijo de Dios, porque cuando la veamos, la gracia de Dios vendrá a nosotros. Y, mientras la gracia de Dios viene a nosotros, nos despierta y profundiza nuestra fe.

Vea y Disfrute a Jesús

Y estoy hablando de un tipo de fe que experimenta a Cristo Es como comer el pan del cielo y beber el agua de la vida eterna. Es estar satisfechos en Cristo. Mientras más vemos de Cristo, más profundamente le conocemos y le atesoramos. Y mientras más profundamente le conocemos y atesoramos, más profundamente somos cambiados por Él, en todos los sentidos (2 Corintios 3:18).

Por tanto, creo con todo mi corazón que si les ayudo a ver y disfrutar la gloria de Jesucristo estaré ministrando a cientos de áreas en su vida. Así que hoy abrimos nuestros corazones para verle y escucharle mientras Juan nos habla acerca de la resurrección de entre los muertos.

Seis Observaciones Acerca de la Resurrección de entre los Muertos

Medite en estas seis observaciones sobre Jesús y la resurrección de los muertos, a partir de Juan 5:25-29.

1. Jesús Resucita a Todos los Muertos

Juan 5:25: "En verdad, en verdad os digo que viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan vivirán." Cuando leí este pasaje por primera vez, pensé que sólo se hablaba de los muertos que fueron creyentes. Pero cuando se menciona a los versículos 28-29, la escena cambia. Jesús se refiere nuevamente a lo que acaba de decir en el versículo 25: "No os admiréis de esto, porque viene la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz, y saldrán: los que hicieron lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección de juicio.”

Entonces, ¿quiénes serán resucitados por Jesús? Versículo 28: "todos los que están en los sepulcros." Y, ¿a quiénes incluye? Versículo 29: A los que son resucitados para vida y a los que son resucitados para juicio. Creyentes e incrédulos. Es lo que enseñó Daniel 12:2: "Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra despertarán, unos para la vida eterna, y otros para la ignominia, para el desprecio eterno.” Y es lo que Pablo dijo a Félix cuando era enjuiciado en Hechos 24:15: "Yo creo que Dios hará que los muertos vuelvan a vivir, no importa si fueron malos o buenos."

Jesús Resucitará a Michael Jackson y a Ted Kennedy

La idea central es que Jesús resucita a todos los muertos. Dejemos que esta verdad profundice en nuestros corazones. Todos los muertos que alguna vez han vivido, serán resucitados por Jesús. Millones de chinos y nigerianos e indonesios y alemanes. Él resucitará a Julio César y a Judas Iscariote, y a Isaías el profeta, y a Miguel Ángel, y a Johann Sebastián Bach, y a Adolf Hitler, y a Marilyn Monroe, y a Kurt Cobain, y a la Princesa Diana, y a Michael Jackson, y a Ted Kennedy. Los resucitará, y ellos estarán delante de Él. Y usted también.

Todas estas personas y millones más, todos, sin excepción, serán resucitados por Jesús. Jesús es universalmente superior a todas estas personas. Él es universalmente soberano sobre todas estas personas. Él les sostiene, y dará existencia a sus cuerpos descompuestos de modo que habrá una continuidad entre el cuerpo que había y el cuerpo que será resucitado. No dejará a nadie sin existencia, no hay una pérdida tal para los justos, no hay tal esperanza para los impíos. Jesús resucitará a todos.

2. Jesús, con su Poderosa Voz, Resucita a Todos los Muertos

En la segunda parte del versículo 25: "los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan vivirán," Pablo habla de una voz de mando en la segunda venida de Cristo, en 1 Tesalonicenses 4:16: "Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios,  y los muertos en Cristo se levantarán primero”.

No dice quien da la "voz de mando." Pudiera ser un ángel. Pudiera ser Dios el Padre. O pudiera ser Jesús, en su venida. Juan 5:25 dice que Jesús, de hecho, resucitará a los muertos con su voz. Hebreos 1:3 dice que Él "sostiene todas las cosas por la palabra de su poder.” Y Colosenses 1:17 que "Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen.”

Contemplen Perplejos a Jesucristo.

Así que si Cristo sostiene todas las cosas en existencia, si Él está sosteniendo todo el mundo material, y lo hace por su palabra; si Él, en cada momento, está dando la palabra de existencia al universo, entonces, la resurrección ciertamente sería por la palabra de Cristo. La resurrección reconstruye partes del mundo material: nuestros cuerpos. Y si Juan dice que el mundo existe por la palabra de Jesús, entonces, Jesús puede reconstruirlo por su voz.

Contemplen perplejos a Jesucristo. Contemplen perplejos el poder de su voz. Cuando Él habla en su oficio de Creador, la nada le obedece. Y cuando habla en su oficio de resucitar muertos, la materia descompuesta le obedece. Vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre. Incline su corazón y adore a este Cristo.

3. Ha Llegado la Hora de la Resurrección

Versículo 25: "En verdad, en verdad os digo que viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan vivirán." ¿En qué sentido aquella hora era la hora en que los muertos oirían la voz de Jesús y vivirían?

Sospecho que hay más de un sentido en lo que Juan quiso decir. Pero uno es bien claro. Jesús estaba mostrando en su ministerio sobre la tierra el tipo de cosas que caracterizarían la era venidera. Él echó fuera demonios de algunas personas en la tierra porque no habría demonios en la era venidera. Sanó a algunos enfermos en la tierra porque no habría enfermedad en la era venidera. Y resucitó a tres personas de entre los muertos porque no habrá muerte en la era venidera.

Un Anticipo de la Resurrección

En el Evangelio de Juan, se puede ver la hora en que los muertos oyen y viven, porque es lo que ocurre con Lázaro en el capítulo 11. Lázaro llevaba cuatro días muerto. Jesús va a ver a sus amigas dolidas, María y Marta, las hermanas de Lázaro. Dice a Marta en Juan 11:23: "Tu hermano resucitará." Y Marta le contesta en el versículo 24: "Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día final." En otras palabras, ella está de acuerdo con que la hora viene cuando los muertos resucitarán. Pero no entiende qué quiso decir Jesús cuando dijo en Juan 5:25 que "viene la hora, y ahora es" cuando los muertos resucitarán.

Así que Jesús le dice en Juan 11:25-26: "Yo soy la resurrección y la vida;  el que cree en mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás.” En otras palabras, ha llegado la hora de la resurrección. Ha llegado porque yo estoy aquí. Y yo soy la resurrección y la vida. He venido al mundo como un adelanto del día final, antes del juicio final, para mostrarles quién soy y cómo será la eternidad en mi presencia.

Y entonces, Jesús va hacia la tumba de Lázaro, les dice que muevan la piedra, y en Juan 11:43-44 dice: "gritó con fuerte voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y el rostro envuelto en un sudario.”

La hora es ahora, aquí, porque la voz poderosa está aquí. "En verdad, en verdad os digo que viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan vivirán." Usted se levantará de la tumba tan real y corporal y obedientemente como Lázaro. Jesús estaba mostrando, en aquella hora, cómo sería la última hora. Y estaba revelando más de su gloria, la gloria de su voz soberana sobre la muerte. Él ordena y el mandato crea aquello que Él ordena.

4. El Poder del Hijo de Dios para Levantar a los Muertos se Origina en Sí Mismo como Dios

El versículo 26 es el apoyo, el argumento, por el cual el Hijo puede ordenar a los muertos para que vivan. Dice: "Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le dio al Hijo el tener vida en sí mismo."

Usted pudiera pensar que la idea aquí es mostrar que el Hijo es dependiente del Padre para dar vida. En un sentido, es cierto, porque en su relación interpersonal eterna, el Padre es eternamente primero, o principal, u original al engendrar eternamente al Hijo. Pero, no pienso que el énfasis cae en este aspecto del versículo, sobre la dependencia de Cristo, o en Cristo como canal secundario de vida.

Juan no dice: "como el Padre tiene vida en sí mismo, así ha permitido que el Hijo dé esa vida a otros." En otras palabras, no dice: El Padre es la fuente, y el Hijo es el arroyo que fluye de ella. No dice, el Padre es una fuente y el Hijo es un canal. Juan usa las mismas palabras que usa con referencia al Padre para decir que el Hijo tiene vida. "Porque así como el Padre tiene vida  en sí mismo, así también le dio al Hijo el tener vida en sí mismo."

Jesús Tiene Vida en Sí Mismo

Creo que Juan quiere decir: Sí, el Padre engendra al Hijo eternamente, nunca hubo un momento en que no existiera el Hijo, y además el Hijo es la perfecta imagen del Padre. Y, en este caso, el Hijo tiene vida en sí mismo, de la misma forma en que el Padre tiene vida en sí mismo. Él la tiene como fuente, no como canal. La vida proviene del Hijo, no sólo mediante el Hijo.

Por tanto, cuando pensamos en Jesús resucitando a todos los muertos por su voz poderosa, Juan quiere que pensemos en Él haciéndolo por el poder de vida divina que Él tiene absolutamente en sí mismo, de la misma forma en que el Padre tiene vida absolutamente en sí mismo. Jesús es el camino, la verdad, y la vida. Él no canaliza la vida. Él es vida.

5. Sin embargo, es Importante que este Hijo de Dios También sea un Hijo de Hombre para Calificar en su Rol en el Juicio

Versículo 27: "y le dio autoridad para ejecutar juicio, porque es el Hijo del Hombre." Sé que, según Daniel 7:13, el título Hijo del Hombre puede ser uno muy exaltado, y aun divino. Pero me parece que el énfasis aquí cae sobre otro calificativo además del de exaltado y divino:  el juez del universo, quien resucita a todos de entre los muertos y les juzga debe ser un hijo de hombre, es decir, debe ser un humano vulnerable.

Recuerde lo que Pablo dijo al pueblo en la Colina de Marte en Hechos 17:31: Dios "ha establecido un día en el cual juzgará al mundo en justicia, por medio de un Hombre a quien ha designado, habiendo presentado pruebas a todos los hombres al resucitarle de entre los muertos.” Así que el juez del mundo, según Dios, debe ser un hijo de hombre, un humano.

El Mundo Será Juzgado Por Un Hombre Sufrido, Inmolado

O piense en lo que el mismo Juan escribió en Apocalipsis 5. Un ángel pregona: "¿Quién es digno de abrir el libro y de desatar sus sellos?" Ahora, este es un símbolo que representa el comienzo del fin de la historia, la liberación de los juicios finales de Dios sobre el mundo. Y la respuesta a la pregunta llega: "mira, el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido para abrir el libro y sus siete sellos. Miré, y vi entre el trono (con los cuatro seres vivientes) y los ancianos, a un Cordero, de pie, como inmolado... Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado" (Apocalipsis 5:2, 5-6, 9).

En otras palabras, Dios quiere que aquel que juzgue al mundo haya sido un cordero inmolado, un hombre crucificado. El León de Judá debe ser, primeramente, el Cordero de Dios. El Hijo de Dios, quien juzgará en el día final, debe ser, primeramente, un hijo de hombre sufrido.

Y si preguntamos por qué nuestro juez debe ser un hombre (un hombre sufrido), creo que la respuesta es que Dios estima adecuado que los seres humanos sean juzgados por alguien que sepa lo que es ser humano. Y no sólo humano, sino alguien que haya sufrido para librarnos a nosotros del juicio. Hay algo adecuado en que aquel que sentencie a los hombres al cielo o al infierno, sea un Salvador sufriendo, en que el juez de todos los hombres pueda mirar a cada ojo y decir: "Yo también fui tentado. Yo también sufrí."

6. Finalmente, la Vida Eterna y el Juicio Eterno en el Día Final, serán Según Nuestras Obras, Buenas o Malas

Versículos 28-29: "No os admiréis de esto, porque viene la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz, y saldrán: los que hicieron lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección de juicio.”

Esto no significa que somos justificados por nuestras buenas obras, o que Dios está de nuestro lado por nuestras buenas obras, o que somos unidos a Cristo por nuestras buenas obras. Significa lo opuesto: Si somos justificados por fe, nuestra fe producirá buenas obras, y si Dios está de nuestro lado, él nos capacitará para hacer buenas obras, y si estamos unidos a Cristo, llevaremos frutos de buenas obras. Y de esta forma, nuestras buenas obras serán la evidencia, la confirmación, la verificación en el juicio de que fuimos justificados sólo por fe, y de que Dios estuvo de nuestro lado sólo por la gracia, y de que estábamos unidos a Cristo antes de hacer alguna buena obra.

Ese es el mensaje de Juan 15:1-8. Versículo 5: "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos;  el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer." Lejos de la vid, no hay buenas obras. Así que usted no puede entrar a la vid haciendo buenas obras. Sólo puede ser unido a la vid al confiar en la vid. Al descansar en la vid. Al recibir y ser satisfecho en todo lo que le suple la vid.

Algún Día Usted Resucitará

Algún día usted resucitará de entre los muertos. Su cuerpo descompuesto obedecerá la voz del Hijo de Dios. Y usted resucitará de entre los muertos y enfrentará a aquel que fue tentado humanamente, igual que usted. Y Él mirará su vida, no para la perfección, sino solamente para ver la evidencia de que usted estaba permaneciendo en la vid, confiando, descansando, recibiendo, bebiendo de Él y estando satisfechos en Él y llevando el fruto de amor.

Hemos visto su gloria, como la gloria del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Y en este resplandor de gloria viene gracia sobre gracia. Ahora, recíbale. Confíe en Él. Atesórele.