El Sublime, Aquél cuyo Nombre es Santo

Isaías 57:14-21 (LBLA)

Y se dirá: “Construid, construid, preparad el camino, quitad los obstáculos del camino de mi pueblo”. Porque así dice el Altísimo y Sublime que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: “Habito en lo alto y santo, y también con el contrito y humilde de espíritu, para vivificar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los contritos. Porque no contenderé para siempre, ni siempre estaré enojado, pues el espíritu desfallecería ante mí, y el aliento de los que yo he creado. A causa de la iniquidad de su codicia, me enojé y lo herí; escondí mi rostro y me indigné, y él siguió desviándose por el camino de su corazón. He visto sus caminos, pero lo sanaré; lo guiaré y le daré consuelo a él y a los que con él lloran, poniendo alabanza en los labios. Paz, paz al que está lejos y al que está cerca, --dice el SEÑOR--y yo lo sanaré. Pero los impíos son como el mar agitado, que no puede estar quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo.No hay paz--dice mi Dios--para los impíos”.

Para comprender nuestro texto en relación a lo que aconteció anteriormente, volvamos a 56:9.

La Corrupción de Israel

Al comenzar 56:9, Isaías describe la corrupción de su pueblo, Israel. En 56:9-12, Isaías nos cuenta como los líderes fracasaron absolutamente en el cuidado del pueblo. Por ejemplo en el versículo 11:

Los perros son voraces, no se sacian. Y ellos son pastores que no saben entender; todos se han apartado por su camino, cada cual, hasta el último, busca su propia ganancia.

Luego en 57: 1-13, describe en qué se convierte un pueblo cuando sus líderes son corruptos. Versículos 1-2: El justo perece, y no hay quien se preocupe. Versículos 3-4: El adulterio, la hechicería y la crueldad abundan. Versículo 5a: Los ritos sexuales de fertilidad sustituyeron a la religión Cananita. Versículo 5b: Se practica el sacrificio de un niño (por ejemplo, en 2 Reyes 21:6 donde Manasés ofreció a su hijo y trataba con mediums, magos y adivinadores) Versículos 6-13a: una larga descripción de la idolatría. Eso era lo que el pueblo de Israel le ofrecía a Dios en aquellos días por toda Su misericordia hacia ellos, aún desde los tiempos de Abraham, Moisés y David.

Sin embargo, el final de esta parte del texto (57:13) muestra que Dios mantiene la esperanza en las personas que buscan su amparo en vez de poner interés en la violencia, el adulterio, la hechicería o el abuso de menores: “Pero el que en mí se refugie, heredará la tierra, y poseerá mi santo monte ”.

La Respuesta De Dios a la Rebelión de Israel

Esto nos lleva a nuestro texto en Isaías 57: 14-21. Aquí está la respuesta de Dios a la rebelión, corrupción e idolatría despiadadas. Tomemos un versículo por vez, para ver cómo fluye el pensamiento y luego volvamos a la parte central para meditarlo juntos.

Habrá una Gran Conversión a Dios

Versículo 14: “Construid, construid, preparad el camino, quitad los obstáculos del camino de mi pueblo”. (Comparen 40:3-4; 62:10). Es la manera que tiene Dios de decir: se volverán a mí en gran manera, prepárense para esto. Construyan caminos, por así decirlo. Quiten las rocas y los árboles caídos. Téngalo listo para cuando mi pueblo regrese. Esto quiere decir que son más que unas pocas personas que buscarán el refugio en Dios. Es un gran cambio. El movimiento de un pueblo. “Quiten los obstáculos por mi pueblo”.

Dios Condesciende a Vivir con las Personas Humildes

Versículo 15: “Porque así dice el Altísimo y Sublime que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: 'Habito en lo alto y santo, y también con el contrito y humilde de espíritu, para vivificar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los contritos.'”. La esperanza que describe el versículo 14 - respecto a que la gente rebelde se convertiría - es posible porque, aunque la santidad de Dios es inalcanzable, Él aún condesciende a vivir con los contritos y humildes. Y cuando viva con ellos, los vivificará. Ellos regresarán humildes y contritos por sus pecados. Y Dios vendrá a ellos y los revivirá para siempre.

Dios No Permanecerá Enojado con Su Pueblo Para Siempre

Versículo 16: “ Porque no contenderé para siempre, ni siempre estaré enojado, pues el espíritu desfallecería ante mí (NASB [Nueva Versión Internacional de la Biblia]: el espíritu desfallecería ante mí) y el aliento de los que yo he creado”. La segunda razón sobre la esperanza de que Dios recibirá y morará con el pueblo que se convierta, es que prometió no estar enojado con ellos para siempre. El creó Israel para Su gloria (43:7) y conoce los límites de sus espíritus. No los destruirá completamente. Su caso contra ellos no terminará en total condenación. El encontrará una manera de absolverlos- no simplemente dejar de lado los cargos (como hicieron en el condado de Scott).

Dios No Es Ingenuo

Versículo 17: “A causa de la iniquidad de su codicia, me enojé y lo herí; escondí mi rostro y me indigné, y él siguió desviándose por el camino de su corazón.” Este versículo destaca la salvación que llega antes y después. Nos recuerda que Dios no es ingenuo. No mira a su pueblo con anteojos de vidrio color rosa. Sabe que ellos siguieron apartándose de Él a pesar de que les advirtió y los castigó. Produce consternación que Dios lo sacuda a uno por comportarse de una manera orgullosa y luego levantarse de nuevo y seguir por el mismo camino. Así era Israel en el versículo 17, lo cual hace al versículo 18 mucho más asombroso.

Dios Sanará Humillándolos (La Esperanza del Nuevo Pacto)

Versículo 18 “He visto sus caminos, pero lo sanaré; lo guiaré y le daré consuelo a él y a los que con él lloran, poniendo alabanza en los labios. [NASB….Lo guiaré y lo confortaré a él y a los que lloran por él y de sus labios brotarán palabras de alabanza]”. A pesar de la severidad que significa estar enfermos de rebelión e intencionalidad, Dios los sanará. ¿Cómo los sanará? El versículo 15 dice que Dios mora con los contritos y los humildes. Sin embargo, en el versículo 17, el pueblo continúa con descaro su propio camino de una manera orgullosa. ¿Cómo será la sanación?

Sólo puede ser una cosa. Dios los sanará humillándolos. Curará al paciente aplastando su orgullo. Si sólo los contritos y los humildes disfrutan la comunión con Dios (V. 15); y si la enfermedad de Israel es una rebelión deliberada y llena de orgullo (V.17); y si la promesa de Dios es curarlos (V.18), entonces su sanación debe ser la humildad y su curación debe ser un espíritu quebrantado.

¿No es esta la manera de Isaías de profetizar lo que Jeremías llamó la Nuevo Pacto y lo que Ezequiel llamó un nuevo corazón? Jeremías dijo “He aquí, vienen días--declara el SEÑOR--en que haré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto,…Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.” (31:31-33, LBLA)

Ezequiel dice: “Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos.”

Isaías, Jeremías y Ezequiel perciben el tiempo en que el pueblo desobediente, enfermo e indolente cambiará de manera sobrenatural. Isaías habla de sanación. Jeremías habla de escribir la ley en sus corazones. Ezequiel habla de darles un corazón nuevo de carne. Sin embargo, los tres consideran la misma forma de salvación. Por lo tanto, la sanación en Isaías 57:18 es un trasplante de corazón importante - se quita el corazón endurecido, orgulloso y obstinado y se pone un corazón nuevo, suave, tierno que pueda volverse humilde fácilmente y contrito al recordar sus pecados pasados y los que aún permanecen. Este es el corazón en el que puede habitar el Sublime, Aquél cuyo nombre es santo, y vivificarlo.

Paz Para los que Están Cerca y los que Están Lejos

Versículo 19 “ Paz, paz al que está lejos y al que está cerca, --dice el SEÑOR--y yo lo sanaré.” El fruto de labios que Dios crea mientras sana el corazón es una canción de paz. Cuando su trabajo termine, habrá paz con Dios, paz en el mundo y paz interior.

En el versículo 19, la palabra más alentadora es la palabra “lejos”. “Paz al que está lejos”. La promesa que se refleja en este versículo tiene que ver con Israel. Algún día, Dios hará que este pueblo se arrepienta y reconozca a Jesucristo, y reciba un corazón nuevo. Cuando la totalidad de los Gentiles entre al reino, Dios apartará la impiedad de Jacob y atraerá a las muchedumbres de Israel a la iglesia Cristiana para la salvación (Romanos 11:24f.).

¿Pero donde estamos nosotros, los Gentiles, en este pasaje? Estamos en la palabra “lejos”, La profecía no es solo para Israel. Es también para aquellos que están muy lejos- los Gentiles, las naciones. En Efesios 2:17, Pablo se refiere a este versículo y dice: “Y Cristo vino y anunció paz a vosotros que estábais lejos y paz a los que estaban cerca… Así pues, vosotros [Gentiles] ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino que sois conciudadanos de los santos y sois de la familia de Dios”.

El cumplimiento del nuevo pacto del que habla Jeremías, el corazón nuevo al que se refiere Ezequiel y la sanación que describe Isaías se producen en Jesucristo. Cristo es el único que abre el camino para el gran retorno a Dios (57:14). Cristo es el único por el cual el Sublime, Aquél cuyo nombre es Sagrado, habita con el contrito y el humilde (57:15). La muerte de Cristo es la explicación a que Dios pueda absolver al pueblo culpable, sin retirar los cargos. (57:16). Es por sus llagas que somos sanados. (57:18). El significa nuestra paz con Dios (57:19). Lo que este gran pasaje dice sobre todo lo que esperamos, nos llega a través de Jesucristo, aún a nosotros, los Gentiles. Lo podemos interpretar como un ofrecimiento personal de esperanza para cada uno de nosotros que acepte la sanación por medio de la humildad y la curación a través de un espíritu quebrantado.

El Sublime Mora con los Humildes.

Ahora, enfoquemos nuestro texto en una sola verdad y reflexionemos sobre eso, por todo el tiempo que nos apartamos. Si preguntaran sobre este texto: ¿Qué es lo mejor que obtenemos cuando Dios nos sana? La respuesta sería: Que el Sublime, Aquél cuyo nombre es Sagrado, more con ustedes y los vivifique (V.15). El versículo 17 es lo opuesto, Dios vuelve su rostro con enojo. Salud es tener a Dios y que no se aparte de nosotros. Esto es lo más grande del mundo: Experimentar para siempre la presencia vivificadora del Sublime, Aquél cuyo nombre es Sagrado.

Por lo tanto, en el versículo 15, quiero que nos concentremos en esta verdad: El Sublime, Aquél cuyo nombre es Santo, habita con los santos contritos y humildes.

Quiero que observemos tres cosas acerca de esta verdad y además contarles una historia para ilustrar estas tres cosas.

  1. Es asombroso que el Sublime, Aquél cuyo nombre es Sagrado habite con los santos contritos y humildes.
  2. No es comprometedor que el Sublime, Aquél cuyo nombre es Sagrado habite con los santos contritos y humildes.
  3. Es la curación cuando el Sublime, Aquél cuyo nombre es Sagrado habita con los santos contritos y humildes.

¡Y ahora la historia!

El Buen Rey y la Mujer Contrita y Humilde

Había una vez una tierra cuyo pueblo era gobernado por un rey que era tan sabio, tan poderoso y tan inflexible que ninguno de sus súbditos podía acercarse a él – al menos no de la misma manera que sienten ahora.

Su palacio estaba en lo alto de la Montaña Blanca y su trono era majestuoso. Enormes criaturas aladas rodeaban la montaña. El palacio parecía flotar sobre una nube de fuego.

El pueblo se sentía muy agraviado por la autoridad del Rey y no tenía ningún respeto por su poder o sabiduría. No había sido siempre así. Los primeros habitantes de la tierra estaban impresionados por el rey y se maravillaban porque usaba su poder, su sabiduría y sus riquezas, para darles bienestar a sus súbditos. Era como si se exaltara a sí mismo para mostrar su benevolencia.

Pero, en algún lugar a lo largo del camino, por alguna extraña y oscura razón, sus súbditos empezaron a tomar a mal que se exaltara a sí mismo. Repentinamente, no importó que sus leyes fuesen buenas, lo que importaba es que eran leyes. Y el pueblo se rebeló, porque empezaron a odiar que les dijeran lo que tenían que hacer. Querían crear sus propias leyes y designar a sus propios reyes. Y así, las cosas empezaron a andar muy mal.

Entonces ocurrió algo inesperado. Entre la población más rebelde corría el rumor que el rey había dejado su majestuoso trono, había traspasado la nube de fuego y estaba bajando por el Valle de las Sombras. De hecho, esa noche, apareció en su caballo en las afueras del pueblo, con su capa real color azul y sus ojos ardientes, acompañado por un ejército de guerreros de la Montaña Blanca, que se perdía de vista a lo largo del valle.

La gente del pueblo sabía que con sólo una orden, todos perderían sus cabezas. Retrocedieron, fruncieron sus rostros y temblaron. Pero el rey no dio ninguna orden. Se bajó del caballo y caminó hacia una calle lateral, como si conociera muy bien el pueblo. Se detuvo en la casa de una vieja viuda y golpeó la puerta. Cuando ella abrió, se sorprendió y empezó a llorar. El rey entró y cerró la puerta. Hablaron hasta tarde. Ella le sirvió la cena. Le ofreció un colchón de paja. El rey se marchó a la mañana siguiente, pero dejó una caja de terciopelo.

Cuando el rey se marchó, la gente del poblado quedó atónita. ¿Por qué había ido el rey? ¡Y para pernoctar con esa mujer! A su marido lo mataron cuando erigía una torre de rebelión contra el rey. Ella misma perteneció a la religión basada en la prostitución, algo que el rey detestaba. Después que su marido murió, ella estuvo al servicio de la resistencia local. Hacía muy poco que había dejado de asistir a las asambleas de protesta.

Sin embargo, el rey había ido a pernoctar a la casa de esa vieja mujer. Eso era muy sorprendente. Es sorprendente que el Sublime, Aquél cuyo nombre es Sagrado, pernocte en la casa de cualquiera de sus súbditos, ni que hablar en la casa de una vieja conspiradora.

Era sorprendente pero no comprometedor. No hacía mucho tiempo que esa vieja mujer, que se había resistido tanto a la autoridad del rey y que había hecho lo imposible para ostentar su rebelión, había encontrado una copia de los antiguos edictos del rey en la librería del pueblo. Se la llevó a su casa y comenzó a leer. Mientras leía, empezó a llorar. Durante días y días, leyó y lloró. Empezó a leer en una silla cómoda y terminó su lectura en el piso, inclinada, temblando y llorando.

Los edictos del rey eran buenos. Sus planes y objetivos para la región eran gloriosos y firmes. Por primera vez, ella vio y sintió que la verdadera libertad y la realización no se obtenían a través de su pequeño plan de rebelión contra el del rey, sino al aceptar el lugar maravilloso que él le otorgaba en su plan.

Ella se volvió humilde y contrita. Desde ese día pertenecería al rey, si él lo disponía. Por consiguiente, cuando el rey entró a su casa, no entró a la casa de una rebelde. Entró en la casa de alguien que reverenció su trono con arrepentimiento y quebranto. Por lo tanto, su visita no constituyó un compromiso, porque se había quebrado el orgullo de su anfitriona. No es un compromiso para el Sublime, Aquél cuyo nombre es Santo, morar con los santos contritos y humildes.

Entonces, la mujer se sentó mirando fijamente la caja de terciopelo. No le parecía pequeña. Sentía la tentación de inclinarse ante la caja. Su mano temblaba. No se sintió presuntuosa porque el rey la había visitado. Abrió la caja lentamente y vio un delicado anillo de oro y una nota manuscrita del rey. Tomó la nota y la leyó.

Con esto cada pecado voy a eliminar
Y cada herida interior voy a curar
El que el anillo real vaya a usar
La hija del rey será.