La ira de Dios contra los que restringen la verdad

Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree; del judío primeramente y también del griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que con injusticia restringen la verdad; porque lo que se conoce acerca de Dios es evidente dentro de ellos, pues Dios se lo hizo evidente. Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa. Pues aunque conocían a Dios, no le honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se volvieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.

Análisis actualizado - los maestros de la manipulación

La última vez que estuvimos juntos llegamos a una sección de la carta de Pablo a los Romanos que es tan actual en su análisis de la condición humana que casi nos deja sin aliento. En las próximas semanas lo veremos, a medida que esto se relacione con las teorías de la evolución naturalista, y con el tema de la homosexualidad y de ciertas enfermedades de transmisión sexual; y veremos cómo se relaciona con la insolencia y la arrogancia y la falta de respeto de muchos jóvenes hacia sus padres y otros en autoridad.

Hoy lo veremos en el tema importante e inmediato del fenómeno contemporáneo de los "maestros de la manipulación", las personas cuyo trabajo es poner su dedo sobre el viento de la opinión pública y decidir cómo inclinar los hechos para hacerlos sonar atractivos, con poco o ninguna consideración a la verdad. Las personas que viven mediante sondeos, no por principios. De eso trata el texto de hoy.

Pero para que no nos justifiquemos a nosotros mismos, (como Romanos 2:1 tan poderosamente nos advierte: "No tienes excusa, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas, pues al juzgar a otro, a ti mismo te condenas, porque tú que juzgas practicas las mismas cosas"), debemos saber esto: cada uno de nosotros es, por naturaleza, un maestro de la manipulación. Cada uno de nosotros se siente impulsado a exponer sus propios fracasos con la iluminación más provechosa, y los fracasos de sus adversarios con la peor iluminación. Suavizamos nuestros propios pecados con palabras dulces, y ensartamos a otros con palabras fuertes. O peor, vemos los pecados de los demás y somos ciegos a los nuestros. Y cuando la verdad nos caza y arrincona, la esquivaremos y distorsionaremos y evitaremos y desorientaremos y equivocaremos y mentiremos. Y cuando no funciona la supresión de la verdad, cambiaremos para culpar y acusar y desviar, cualquier cosa para impedir que la verdad caiga con todo su peso sobre nuestras vidas. De esto trata Romanos 1:18b. Es tan importante que nos deja sin aliento.

Todos nosotros, no solo los políticos

Sin embargo, aquí no estamos hablando de políticos. Estamos hablando de los seres humanos en general. Es como soy, sin la obra de la gracia soberana en mi vida. Es como usted es, sin la misericordia de Dios. Sería necio jugar esta mañana a convertir este texto en un comentario sobre cómo el gobierno destripa la verdad. Esa aplicación sería muy pequeña y nos dejaría a todos fuera de peligro - que no es el propósito de las Escrituras o la predicación. El problema en esta mañana es el corazón de usted y el mío, y cómo suprimimos la verdad con injusticia. Este texto no tiene que ver solo con un grupo de políticos o un de personas especialmente malos. Es sobre la humanidad. La conclusión viene en Romanos 3:9-10: "¿Entonces qué? ¿Somos nosotros mejores que ellos? De ninguna manera; porque ya hemos denunciado que tanto judíos como griegos están todos bajo pecado; como está escrito: No hay justo, ni aun uno". Y el versículo 13 añade: "Sepulcro abierto es su garganta, engañan de continuo con su lengua".

Así que el problema en esta mañana es cómo las personas como nosotros, que de nacimiento se sienten inclinadas a distorsionar y suprimir la verdad, pueden ser liberadas de esta esclavitud y ser salvas. Todo apunta de vuelta a Romanos 1:17 - hay un regalo gratuito de justicia, que proviene de Dios y es para todos los que confían en Jesucristo.

Este es el texto (Romanos 1:18): "Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que con injusticia restringen la verdad".

Ahí está: las personas impías, los injustos (como todos estamos sin la gracia) restringen la verdad con injusticia. Ahora, ¿cómo funciona eso? ¿Cómo es eso en la experiencia actual? ¿Y cuál es el remedio?

Así que tenemos muchas preguntas delante de nosotros. Comencemos con estas: ¿Qué verdad se está restringiendo? ¿Y qué significa que la restringimos con "injusticia"?

¿Cuál es la verdad que restringimos?

¿Cuál es la verdad que restringimos? La respuesta está en los siguientes versículos. Lean conmigo los versículos 19 y siguientes.

[Restringimos la verdad con injusticia], porque lo que se conoce acerca de Dios [primera pista: la verdad que se restringe es algo conocido acerca de Dios] es evidente dentro de ellos, pues Dios se lo hizo evidente. (20) Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles [ahora es específico; esta es la verdad conocida acerca de Dios conocida debido a Su mundo creado], su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa. [Ésa es la verdad objetiva de Dios que restringimos - Su eterno poder y deidad- pero ahora nos dice que hay otra verdad objetiva, es decir: la respuesta que se supone que debemos dar a esta verdad sobre Dios]. (21) Pues aunque conocían a Dios, no le honraron [literalmente: glorificaron] como a Dios ni le dieron gracias,

Esa es la verdad: debemos glorificar y agradecer a Dios.

Así que aquí está la verdad que restringimos sin la gracia de Dios en nuestras vidas. Hay un Dios. Él es el Creador de todas las cosas y por tanto, no es un dios, sino el Dios. Él es poderoso, más poderoso que todo lo demás, porque Él hizo todo lo demás. Él es eterno, porque nada fuera de Él podía darle origen. Por tanto, debemos existir para mostrar su gloria y no competir con Él por gloria. Y debemos existir en dependencia absoluta de Él. Nosotros no le suplimos a Él, Él nos suple a nosotros. Y por tanto debemos vivir en constante gratitud.

Esa es la verdad que restringimos con injusticia. Está confirmada en los versículos 25 y 28. Versículo 25: "Porque cambiaron la verdad de Dios por la mentira [note, la verdad que está siendo cambiada, despojada, restringida, es la verdad acerca de Dios], y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador, que es bendito por los siglos. Amén". Que es lo mismo que decir: "ellos no glorificaron a Dios o le dieron gracias, sino que glorificaron a la criatura y tomaron crédito por lo que pertenecía solo a Dios". Ellos intercambiaron la adoración a Dios por la adoración de sí mismos. Restringieron la verdad de que Dios es infinitamente glorioso y que nosotros somos totalmente dependientes de Él.

O considere el versículo 28: Y así como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios [literalmente: ellos no aprobaron a Dios en su conocimiento], Dios los entregó a una mente depravada”. No aprobar a Dios en su conocimiento es lo mismo que "restringen la verdad". Dios es veraz, pero nosotros no le queremos en nuestro conocimiento, así que restringiremos esta verdad. La cambiaremos. La distorsionaremos. La ocultaremos. Huiremos de ella. Y finalmente, nos volveremos ciegos a ella.

Esa ceguera es la idea central de Romanso 1:21ss. "Pues aunque conocían a Dios, no le honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido”. En otras palabras, parte de nuestra condición al restringir la verdad sobre Dios, es que nos entenebrecemos. Usted no solo la restringe porque la ve y no le gusta, sino porque incluso no la ve más. Es por esto que tantos de nosotros dicen: "Yo no restrinjo la verdad de Dios, no creo que haya verdad de Dios que restringir". Pablo diría: "La única explicación para tomar una posición semejante en este mundo que Dios ha hecho, es un corazón entenebrecido, es ceguera a la realidad divina".

Resumamos entonces cuál es la verdad que restringimos. La verdad es que Dios existe. Él es eterno e infinitamente poderoso. Él nos suple con todo lo que tenemos. Por tanto, él es gloriosamente autosuficiente sin necesidades que podamos satisfacer. La verdad es que nuestra razón de ser es agradecerle por lo que nos ha dado y mostrar Su gloria en la forma en que pensamos, sentimos, y actuamos (vea el Salmo 50:23).

Nosotros recibimos la bendición y Él recibe la gloria

En otras palabras, la verdad es que el universo está, radicalmente, centrado en Dios: de Él proviene, y existe para mostrar Su gloria. Y la vida humana debe estar radicalmente centrada en Dios - no mediante obras para Dios como si fuera una deidad necesitada, sino mediante nuestro agradecimiento a Él y nuestro regocijo en su gracia tanto bien nos da, incluso en medio de algún terrible sufrimiento.

No pierda de vista lo que aquí queda implícito, porque se relaciona muy profundamente con la verdad que atesoramos en Bethlehem. Esta es la verdad: hay dos grandes demandas de Dios sobre las vidas de todos los seres humanos - 1) que nos gloriemos en generosidad de Dios con nosotros (eso es agradecimiento), y 2) que reflejemos o mostremos Su gloria. No lo olvide. Está justo ahí, en el versículo 21: "Pues aunque conocían a Dios, no le honraron como a Dios ni le dieron gracias". Significa que Dios ha creado un universo donde nosotros obtenemos las bendiciones, y Él obtiene la gloria. Y Dios recibe la gloria al gloriarnos nosotros en Él como el Dador autosuficiente de todas las cosas.

Quizás usted pregunte: ¿Por qué es que Pablo no enfatizó aquí que el fracaso de la humanidad es el fracaso en glorificar a Dios y confiar en Él? ¿Por qué el énfasis en la gratitud y no en la fe? Creo que la razón es que la confianza, o fe, se relaciona con cómo Dios lidiará con nosotros en el futuro. Pero la revelación natural, lo que podemos aprender de Dios por la naturaleza, no comunica claramente las promesas de Dios. Las promesas de Dios vienen mediante la revelación especial de las Escrituras, es por esto que la confianza o fe en las promesas de Dios se vuelve tan esencial en la forma en que glorificamos a Dios según las Escrituras (vea Romanos 4:20).

Así que esta es la verdad: Dios existe. Dios es eterno e infinitamente poderoso. Dios es el dador da cada buena dádiva. Y por tanto, nuestra razón de ser, nuestro deber principal, el propósito por el cuál fuimos creados, y el mandamiento escrito en cada corazón, es mostrar, cada día, la gloria de este gran Dios, cada hora, mientras vivimos en el regocijo por su bondad con nosotros.

Esa es la verdad que odiamos y restringimos con injusticia.

". . . que con injusticia restringen la verdad"

¿Por qué lo hacemos? La clave está en las palabras "con injusticia". Versículo 18b: ". . . que con injusticia restringen la verdad"

¿Por qué Pablo no dijo en el versículo 18b: ". . . que con impiedad restringen la verdad"? La respuesta es que la verdad restringida es la piedad. De éso hemos estado hablando: de piedad. Glorificar a Dios y agradecer a Dios - esto es piedad. No significaría mucho decir: ". . . que con impiedad restringen la piedad".

. . . que con injusticia restringen la verdad" La injusticia es la vida orientada hacia la impiedad - con el rechazo de la verdad de la gloria de Dios como centro de nuestra vida. Entonces, ¿cómo funciona esto?

Hay muchos lugares donde lo vemos funcionar. Veamos uno en la segunda carta de Pablo a los tesalonicenses, y otro en las enseñanzas de Jesús.

En 2da a los Tesalonicenses 2, Pablo describe el final de la época de la gran apostasía y engaño que vendrá sobre el mundo en esos días. Dice que inicuo vendrá (versículo 10), "con todo engaño de iniquidad [adikia=injusticia, la misma palabra que en Romanos 1:18] para los que se pierden”. Por favor note que la iniquidad, o injusticia, engaña; restringe la verdad. Él continúa diciendo que ellos están pereciendo "porque no recibieron el amor de la verdad para ser salvos". Los que son engañados en injusticia no reciben el amor de la verdad. Restringen la verdad y la evaden. No la aman. ¿Por qué? Él continúa en los versículos 11-12: "Por esto Dios les enviará un poder engañoso, para que crean en la mentira, a fin de que sean juzgados todos los que no creyeron en la verdad sino que se complacieron en la iniquidad [injusticia]".

¿Por qué rechazaron la verdad y restringieron la verdad y no amaron la verdad? Porque "se complacieron en la iniquidad". Cuando usted ama el pecado, no puede amar la verdad. La verdad es tan amenazadora. Amenaza con quitar los placeres ilícitos. Yo me aventuraría a decir que casi toda la falsedad proviene de esto: de un afecto mayor por los placeres del pecado. Ésto es la injusticia. Amar al pecado más que a Dios y a Su verdad.

Así que usted puede ver que el problema de la verdad es un problema del corazón antes que un problema de la cabeza. Cuando el corazón está enamorado de la auto-exaltación y la independencia y los placeres del pecado, entonces la mente, inevitablemente, distorsionará o restringirá la verdad, a fin de proteger los ídolos del corazón. No son solo nuevas ideas lo que se necesita, sino un nuevo corazón. Y un nuevo conjunto de pasiones y deseos y placeres.

Mire nuevamente este tema en Juan 3:19-21. Usted escuchará el mismo análisis de nuestros corazones pecaminosos y de por qué restringimos la verdad de Dios. Jesús dijo: "Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas". Note: es un problema de amor-y-odio. La gente ama las tinieblas. ¿Por qué? Jesús dijo que porque sus obras son malas. Es decir, son inicuos, o injustos. La luz y la verdad los expondrían. Las tinieblas los encubren. Por tanto, suprimimos la verdad y por eso protegemos, con tinieblas, la fealdad de nuestros deseos.

Jesús continúa en el versículo 20: "Porque todo el que hace lo malo odia la luz, y no viene a la luz para que sus acciones no sean expuestas". Ahí está. ¿Por qué no venimos a la Luz, a la Verdad? Por la injusticia. Aborrecemos la Luz. Si podemos la evadimos. Y si no podemos, entonces la torcemos y distorsionamos y le damos un giro auto-justificador. Y en todo esto, la restringimos.

No es una deficiencia mental, sino moral

Así que esta es la gran lección que debemos aprender: la mente evade, distorsiona, tuerce, manipula, y restringe la verdad no, principalmente, porque sea intelectualmente deficiente, sino porque es moralmente deficiente. Restringimos la Luz de la gloria y el poder de Dios porque amamos las tinieblas de nuestra propia independencia. Amamos nuestros pecados, nuestra auto-determinación, y por ello restringimos la Verdad de que Dios es Dios y de que debemos depender de Él y vivir para Su gloria.

Y por esto, dice Pablo en Romanos 1:18, es que la ira de Dios está siendo derramada. Esta restricción de la verdad de Su gloria y Su poder y Su deidad y Su bondad, debido nuestro amorío con la iniquidad, le enfurece. Y debiéramos temblar.

¿Hay alguna esperanza para nosotros? La esperanza está en los versículos 16-17. "[El] evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree; del judío primeramente y también del griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá En otras palabras, como somos injustos, y en nuestra injusticia restringimos la verdad, nuestra única esperanza es que la justicia que Dios demanda de nosotros nos sea dada gratuitamente, es decir, la misma justicia de Dios, recibida por fe. ¡Que usted la pueda tener esta mañana por la muerte y resurrección de Jesús, quien pagó la deuda, para que todo el que cree en él pueda ser salvo!