Doce cestas de pan y la caminata sobre el mar

Al atardecer, sus discípulos descendieron al mar, y subiendo en una barca, se dirigían al otro lado del mar, hacia Capernaúm.  Ya había oscurecido, y Jesús todavía no había venido a ellos;  Y el mar estaba agitado porque soplaba un fuerte viento.  Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús caminando sobre el mar y acercándose a la barca; y se asustaron.  Pero El les dijo: Soy yo; no temáis. Entonces ellos querían recibirle en la barca, e inmediatamente la barca llegó a la tierra adonde iban.  Al día siguiente, la multitud que había quedado al otro lado del mar se dio cuenta de que allí no había más que una barca, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían ido solos.  Vinieron otras barcas de Tiberias cerca del lugar donde habían comido el pan después de que el Señor había dado gracias.  Por tanto, cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y se fueron a Capernaúm buscando a Jesús.  Cuando le hallaron al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá? Jesús les respondió y dijo: En verdad, en verdad os digo: me buscáis, no porque hayáis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado.  Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el cual el Hijo del Hombre os dará,  Porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello. Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios: que creáis en el que El ha enviado.

¿Qué tiene que ver el viento con el hambre? Una respuesta es que si se tiene suficiente de alguna de las dos, puede matarnos. Si se está en el desierto, sin acceso a comida, el hambre puede matarnos. Y si se está en el mar y no tenemos acceso a la tierra, el viento puede matarnos.

Recuerdo que cuando adolescente fui a pescar con mi padre en aguas profundas en Florida. Fuimos en un pesquero de arrastre, del tipo que tiene cuatro asientos atrás con un equipo especial, de modo que si pica un gran pez, el cordel no se escapa de la mano. No podíamos ver  tierra, y comenzó a llover. Llovía cada vez más y más fuerte. Y cuando estábamos amontonados bajo el toldo y la lluvia caía sobre el suelo del barco, pregunté al capitán: ¿es esto peligroso?

El Viento es el Peligro

Nunca he olvidado su respuesta, porque me pareció tan extraña en ese momento, pero ahora tiene sentido. Dijo: "No. La lluvia no es problema. El viento es el problema."  Si no hay viento, no hay grandes olas. Y la lluvia simplemente corre hacia fuera del bote. Pero si hay viento, las olas se hacen más y más grandes, y no hay protección para un bote pequeño contra olas gigantes.

Así que el hambre puede matarnos, y el viento puede matarnos. Si el hambre está a punto de matarnos en el desierto, nos puede salvar alguien que nos dé pan. Si el viento está a punto de matarnos en el mar, nos puede salvar alguien que camina sobre el agua.

No es Ése Tipo de Rey

Recuerde que en el sermón pasado Jesús había tomado cinco panes de cebada y unos pocos peces, dio gracias a Dios y entonces alimentó con ellos a 5 mil personas. Esa es la historia en Juan 6:1-15. El objetivo supremo de aquel milagro era señalar a Jesús mismo como el Pan del cielo. El objetivo no era sólo mostrar que Jesús da pan para satisfacer nuestros estómagos, sino que él es el pan que satisface nuestras almas.

Pero la gente era ciega a esta verdad. Lo vemos hoy en el versículo 26: "Jesús les respondió y dijo: En verdad, en verdad os digo: me buscáis, no porque hayáis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado." El versículo 15 dice que ellos querían convertir a Jesús en su rey. En otras palabras, creían en él como una gran fuente de prosperidad, pero no como un gran Salvador del pecado, y no como un gran Tesoro en sí mismo.

Para Ser Nuestro Pan

Pero la vez anterior argumentamos que Jesús no vino al mundo, fundamentalmente, para dar pan, sino para ser pan. No vino para ser un botones de hotel siempre listo para nuestros estómagos, sino para ser el pan que satisface totalmente nuestra alma. Sí, él se interesa por nuestras vidas físicas en esta época, pero se interesa 10 millones de veces más por nuestra vida eterna. Se acerca el día de la resurrección cuando a su pueblo dará cuerpos como su cuerpo glorificado, y cuando "enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado" (Apocalipsis 21:4).

Oh sí. Se acerca. Pero mientras tanto, Jesús dice a Pedro, al final de este evangelio, "la clase de muerte con que Pedro glorificaría a Dios" (Juan 21:19). Y Pablo nos dice:

¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Tal como está escrito: Por causa tuya somos puestos a muerte todo el día; somos considerados como ovejas para el matadero. Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. (Romanos 8:35-37)

La Vida Eterna No es una Vida Fácil

Jesús no vino al mundo, principalmente, para librarnos de los sufrimientos de ésta época actual, sino para liberarnos de la ira venidera (1ra a los Tesalonicenses 1:10). No vino para darnos una vida fácil, sino para darnos una vida eterna después. Así que cuando quisieron hacerle el rey-botones (en el versículo 15), les dejó y fue hacia la montaña.

Después, esa tarde, los versículos 16-21 dicen:

sus discípulos descendieron al mar, y subiendo en una barca, se dirigían al otro lado del mar, hacia Capernaúm.  Ya había oscurecido, y Jesús todavía no había venido a ellos;  y el mar estaba agitado porque soplaba un fuerte viento.  Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús caminando sobre el mar y acercándose a la barca; y se asustaron.  Pero El les dijo: Soy yo; no temáis. Entonces ellos querían recibirle en la barca, e inmediatamente la barca llegó a la tierra adonde iban.

Caminando Sobre el Mar para Aclarar lo de los Panes

Una de las cuestiones sorprendentes en este milagro de Jesús caminando sobre el mar, y de los discípulos siendo rescatados del viento y desembarcando en puerto seguro, es que nada se dice de ello en el resto del evangelio. Estamos en medio del capítulo 6, y todo el capítulo está dedicado a mostrar las implicaciones del milagro de alimentar a los 5 mil. Así que ese milagro tiene todo un capítulo de atenciones y explicaciones. Y este milagro no.

De modo que Juan no está diciendo que este milagro sea la plataforma para un amplio diálogo sobre la habilidad de Jesús para caminar sobre el mar. Por el contrario, este milagro es insertado en la historia de la alimentación de los cinco mil. En la mente de Juan, este milagro sirve a aquella historia. Juan está narrando el corto y sorprendente incidente de Jesús caminando sobre el mar, para aclarar o subrayar algo en la historia de los panes y peces.

Para los Discípulos, y para Nosotros

Vea una pista de una posibilidad del por qué. Hasta donde sabemos, la gente de quienes huyó Jesús en el versículo 15, y algunos de quienes estará hablando en el resto de este capítulo, nunca oyeron de este milagro. Jesús no habla de ello. Los discípulos no hablan de ello. Entonces, ¿para quién es?

Es para los discípulos. Y para nosotros. Jesús muestra a los discípulos algo que subraya el objetivo de alimentar a los cinco mil. Uno de los puntos menores que no mencionamos la vez pasada fue que cuando los cinco mil comieron hasta saciarse, Jesús dijo a los discípulos en el versículo 12: "Recoged los pedazos que sobran, para que no se pierda nada."

Dando a Cristo a Otros como Nuestro Regalo

Entonces, el versículo 12 dice algo que ciertamente tiene más sentido que un simple cálculo matemático. "Los recogieron, pues, y llenaron doce cestas con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido." ¿Por qué doce? Ciertamente no es una simple coincidencia que hayan sido doce. Jesús llama a sus discípulos "los Doce," en los versículos 67 y 70.

Ciertamente Jesús quiere decir: Cuando ustedes me sirven y dan y dan y dan hasta que piensan que no pueden dar más, yo me ocuparé de ustedes. Yo siempre seré suficiente para ustedes. Si derraman sus vidas para dar pan al mundo, yo seré su pan que todo lo satisface. Mientras más satisfagan a otros, más les satisfaré yo a ustedes. Mientras más vida den a otros, más vida seré yo para ustedes.

El Milagro de su Presencia

Ésto es lo que pienso que Jesús está subrayando y mostrando cuando viene a ellos caminando sobre el agua. El versículo 17 dice que: "Ya había oscurecido, y Jesús todavía no había venido a ellos". De modo que tenemos una imagen de los discípulos en la oscuridad, en una tormenta, privados de Jesús, justo después de un milagro que decía: Yo soy el pan del cielo, si ustedes se alimentan de mí, vivirán por siempre (6:50).

Pero ahora sus vidas están en peligro, no por el hambre, sino por el viento. Versículo 18: "y el mar estaba agitado porque soplaba un fuerte viento." Esta vez no les da doce canastas de pan milagroso. Les da el milagro de su presencia cuando pensaron que no había escapatoria.

Jesús es el Pan

Y pienso que el enfoque está en la presencia de Jesús, en su presencia personal, porque Juan no hace comentarios acerca del cese de la tormenta. No es el mensaje. ¿Qué dice? Versículos 19-21:

Vieron a Jesús caminando sobre el mar y acercándose a la barca; y se asustaron.  Pero Él les dijo: Soy yo; no temáis. Entonces ellos querían recibirle en la barca, e inmediatamente la barca llegó a la tierra adonde iban.

Juan no dice: ¡Oh, tiene autoridad sobre el viento y las olas! ¡Qué gran rey proveedor hubiera sido! Eso es cierto. Lo hubiera sido, y lo es. Pero Juan dice: Jesús mismo vino a ellos. Se identificó a sí mismo: "Soy yo," y ellos se alegraron, quisieron que subiera al bote. Y con ello, termina inmediatamente la historia dentro de la historia. Están en su refugio deseado.

El mensaje había sido dado. Había sido doblemente entregado. Hice un milagro para ustedes en la tierra, y les di a cada uno una cesta de panes. Les mostré que seré un pan personal para ustedes, para cada uno de ustedes. Si tienen un ministerio abrumador delante (como alimentar a cinco mil) y se sienten totalmente inadecuados, yo no sólo les daré recursos para saciarles, también estaré allí para ustedes cuando todo haya terminado. No sólo les daré pan; seré pan para ustedes.

Pan en el Bote

Y ahora he hecho otro milagro para ustedes. Les he mostrado que en la oscuridad, en la tormenta, no dejaré que algo les separe de mí. Caminaré sobre el mar para estar con ustedes. Y cuando me suban al bote con gozo, llegaremos al refugio deseado.

Por tanto, sea que la historia trate sobre ser rescatados del hambre haciendo pan, o ser rescatados del viento, caminando sobre el mar, la idea es: Yo no sólo doy pan; yo soy pan. No sólo hago que el viento se detenga; me subo al bote.

Continuará

Ahora, en este punto de mi preparación, me percato (¡de nuevo!) que mi plan era demasiado ambicioso y mi título estaba desorientado. Esperaba pasar por el versículo 29 y enfrentar las palabras del versículo 27: "Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna.” Pero ese texto es demasiado importante para comprimirlo en el tiempo que nos queda.

Pero creo que ésta es la obra del Señor para que yo pueda terminar con una aplicación que quise incluir en el sermón de la semana pasada (esa era mi esperanza), y no pude. La próxima semana trataré de responder las preguntas: 1) ¿Debiéramos dejar de trabajar por el pan que perece?, es decir, ¿debiéramos tener trabajos para ganar dinero a fin de comprar alimento? Y 2) ¿qué significa trabajar por el alimento que permanece para vida eterna? ¿Acaso ese alimento no es una dádiva gratuita? Entonces, ¿por qué Jesús dice "trabajad" por él? Lo veremos la próxima vez.

Dinero y Ministerio

Esta es la aplicación del texto de hoy. Tiene que ver con el dinero y con la manera en que son sustentados el ministerio y la misión de su vida y de esta iglesia. En el presente, en nuestra historia como iglesia, son necesarios cerca de 8.5 millones de dólares de fondo para el presupuesto básico de Bethlehem. Otra fuente de ingresos es llamada Atesorando a Cristo Juntos (TCT, son sus siglas en inglés). Es algo totalmente aparte del presupuesto de la iglesia. Paga la adquisición de edificaciones "campus," paga la plantación de iglesias, y paga el diaconado global que llega a los más pobres alrededor del mundo. Si usted no ofrenda para TCT, nada en sus ofrendas regulares irá hacia TCT. Usted puede comisionar para ambos o para cada uno, en las dos líneas de los sobres de ofrendas de la iglesia, o en la página de ofrendas electrónicas en internet.

Para satisfacer los gastos de nuestra iglesia y misión (que estarán bien por debajo del presupuesto), la iglesia necesita recibir 8.4 millones de dólares en 2009 para el presupuesto de las misiones y la iglesia. Hasta ahora ustedes han donado 6.4 millones de dólares. Ello significa que se necesitan cerca de 2 millones de dólares para fin de año (en 8 fines de semana) para satisfacer los gastos. Éste es, probablemente, el mayor reto de fin de año que jamás hayamos enfrentado. Las ofrendas están casi un 3% por debajo con relación al año pasado, pero los gastos del presupuesto están cerca de un 5% por encima del año pasado. Por esa razón es que tenemos esta gran necesidad de fin de año. El año pasado ustedes dieron 1.9 millones de dólares en noviembre y diciembre. Este año la necesidad es de 2.2 millones de dólares para esos dos meses. La semana pasada ustedes ofrendaron casi $ 200,000. Así que aun se necesitan cerca de dos millones de dólares. Estoy profundamente agradecido por sus sacrificios.

Cada Necesidad Suplida

Lo que Jesús dice y hace en este texto, se relaciona con el presupuesto de la iglesia y con nuestro presupuesto personal. La iglesia tiene necesidades para su vida y ministerio. Y usted tiene necesidades para su vida y ministerio. Dios provee para las necesidades de la iglesia mediante nuestras ofrendas. Y Dios provee para nuestras necesidades mediante nuestro trabajo (ésta es la razón por la cual el sermón de la semana que viene es tan importante: ¿qué quiere decir Jesús cuando dice: "Trabajad, no por el alimento que perece"?

Hoy, Jesús nos muestra, en estos dos milagros (la alimentación de los cinco mil y caminando sobre el mar), que no hay ministerio por el amor de Cristo, y no hay tormenta en el servicio de Cristo, donde cada necesidad no sea satisfecha (sobre todo, la necesidad de tener a Jesús con nosotros).

Generosidad y Riesgo

Mientras usted se derrame en el ministerio aquí, en su lugar de trabajo, y en la iglesia (y sí, estoy diciendo que ésos son ministerios), siempre habrá una cesta para usted. Doce apóstoles, doce cestas llenas. Usted da, él suple. Y mientras usted es asaltado por las tormentas en el servicio a Dios, él viene a usted y entra en el bote con usted, y garantiza que usted llegue al refugio destinado.

Por estas promesas, para darnos lo que necesitamos, especialmente su persona, podemos ser muy generosos, y podemos arriesgarnos a a pasar por muchas tormentas. Siendo generosos y arriesgados como iglesia. Y siendo generosos y arriesgados como ofrendadores para la iglesia.

Especialmente él Mismo.

Cada vez que el apóstol Pablo trató de motivar a los cristianos a dar dinero, lo hizo con esta misma promesa. Lo hizo en 2 Corintios 9:8: "Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para vosotros, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abundéis para toda buena obra." La provisión prometida de Dios es el motivo para dar en toda buena obra.

Y lo hizo en Filipenses 4:19. Él les agradece por su ofrenda entregada mediante Epafrodito, y luego dice: "Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús." En otras palabras, en todas las ofrendas que ustedes hacen, Dios velará para que tengan una canasta sobrante, especialmente su misma presencia sobre ustedes.

Se Sube al Bote

Así que estoy pidiendo y exhortándoles como pastor de ustedes en nombre de Cristo, si ésta es su iglesia, entréguense a sí mismos y a su dinero, y arriésguense a pasar por las tormentas en lo que queda de 2009, de manera que Jesús sea exaltado como aquel que crea el pan y camina sobre el mar. Pero más aun, vivan de esta manera generosa y arriesgada, porque él es pan para sus almas y entra al bote con ustedes.