Pasión por la Pureza contra Oraciones Pasivas

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Founder & Teacher, desiringGod.org

Mateo 5:28-29

<blockquote>Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón. Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y échalo de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. (Mateo 5:28-29)</blockquote>

Cuando eres tentado sexualmente, ¿luchas con tu mente para decir no a la imagen y luego trabajas con fuerza para llenar tu mente con imágenes opuestas que maten la imagen que quiere seducirte? "si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis." (Romanos 8:13). Demasiadas personas creen que ya han luchado con la tentación cuando han orado por ser liberados y esperado que el deseo se vaya. Eso es demasiado pasivo. Si, ¡Dios obra en nosotros el querer y el hacer para su beneplácito! Pero el efecto de esto es que nosotros "nos ocupamos de nuestra salvación con temor y temblor" (Filipenses 2:12-13). Arrancarse el ojo puede ser una metáfora, pero representa algo que es muy violento. El cerebro es un "músculo" que ha de ejercitarse para la pureza, y en el Cristiano se sobrecarga con el Espíritu de Cristo.

Esto quiere decir que no debemos dar a un impulso o imagen sexual más de cinco segundos antes de levantar un violento contraataque con la mente. ¡Lo digo en serio! Cinco segundos. En los primeros dos segundos gritamos, "¡NO! ¡Fuera de mi cabeza!" En los dos segundos siguientes gritamos: "Oh Dios, en el nombre de Jesús, ayúdame. Sálvame. soy tuyo."

Es un buen comienzo. Pero entonces comienza la verdadera batalla. Es una guerra de la mente. Sacar la imagen y el impulso fuera de nuestra mente es la necesidad absoluta. ¿Cómo? Introduce una imagen de contraataque en la mente. Lucha. Empuja. Golpea. No aflojes. Debe ser una imagen tan poderosa que las otras imágenes no puedan sobrevivir. Existen imágenes y pensamientos que destruyen la lujuria.

Por ejemplo, ¿alguna vez has exigido a tu mente que mire firmemente a la figura crucificada de Jesucristo en los cinco primeros segundos de tentación? Imagina que has visto una blusa reveladora que invita a mayores fantasías. Tienes cinco segundos. "¡No! ¡Sal de mi mente!" e inmediatamente, exige a tu mente - lo puedes hacer por el Espíritu (Romanos 8:13)

Exige a tu mente que fije su vista sobre Cristo en la cruz. Usa todo tu potencial para fantasear e imagina su espalda lacerada. Los Treinta y nueve latigazos dejaron poca carne intacta. Él se agita con su respiración arriba y abajo contra el tosco madero vertical de la cruz. Cada respiración hace que las astillas rocen con sus heridas. El Señor jadea. De vez en cuando grita con un dolor intolerable. Intenta tirar para alejarse del madero y los grandes clavos de sus muñecas rasgan contra las terminaciones nerviosas; grita de nuevo con agonía y empuja con sus pies para dar algo de alivio a sus muñecas. Pero los huesos y los nervios de sus pies horadados aprietan unos contra otros con angustia y vuelve a gritar. No hay alivio. Su garganta está irritada por los gritos y la sed. Pierde su aliento y cree que se está ahogando. Repentinamente, su cuerpo jadea de forma involuntaria intentando conseguir aire y todas las heridas se unen al dolor. En su tormento, se olvida de la corona con espinos de cinco centímetros y echa su cabeza hacia atrás con desesperación logrando tan sólo encontrar uno de los espinos perpendiculares al poste de la cruz y clavándoselo un centímetro en el cráneo. Su voz alcanza el tono de dolor de una soprano y gime rota sobre su cuerpo sacudido por el dolor mientras cada llanto sólo trae más y más dolor.

En este momento, ya no estoy pensando más en la blusa. Estoy en el Calvario. Las dos imágenes no son compatibles. Si utilizas el músculo de tu mente para perseguir - perseguir violentamente con el músculo de tu mente - imágenes de Cristo crucificado con la misma energía creativa que persigues las fantasías sexuales, las matarás. Pero debes comenzar en los cinco primeros segundos - y no abandonar.

Así que mi pregunta es: ¿Luchas en lugar de solamente orar y esperar e intentar evitar? Es una imagen contra otra. Es una batalla mental despiadada y cruel, no simplemente orar y esperar. Únanse a mi en este sangriento conflicto por mantener mi mente y mi cuerpo puros para mi Señor, mi esposa y mi iglesia. Jesús sufrió más allá de lo imaginable para "purificar para Sí un pueblo para posesión Suya" (Tito 2:14) Cada grito y espasmo fue para hacer morir mi lujuria - "Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia" (1 Pedro 2:24)

Persiguiendo la pureza del corazón a cualquier precio,

El Pastor John</p