Despójate del peso del miedo

Lo que ocurrió en Boston el lunes fue demoníaco. El ladrón (Juan 10:10) acabó con tres preciosas vidas, causó destrucción física a muchos más, y destrucción espiritual a miles. No sólo se llevó la alegría de la carrera para millones, sino también la confianza de la gente, lo cual es mucho peor. Esto tendrá extensas repercusiones sociales y culturales.

Esta masacre de Boston deja al descubierto una realidad espiritual. Tan pronto las bombas explotaron, la maratón de Boston se detuvo y todo el mundo corrió a ocultarse. Algo similar pasa cuando el terror inunda el corazón humano: abandonamos rápidamente la carrera de la fe. Todo lo que queremos es ocultarnos. Nada deja la fe sin piernas tanto como lo hace el miedo.

Es por eso que el diablo busca aterrorizarte. Quiere que abandones la carrera. Y no sólo eso, intentará desalentarte y enlazar tus pies con temores (Hebreos 12:1).

Satanás pervierte la misericordia del temor

El temor es algo diseñado por Dios, no por el diablo. Dios diseñó el miedo para que podamos huir si nos encontramos en peligro real. El temor debería ser una misericordia. Su propósito es guiarnos a la seguridad. Si nuestra alma está bien ordenada, temeremos al Señor y nos apartaremos del mal (ver Job 28:28).

Pero el diablo pervierte la realidad con sus mentiras y usa el temor en nuestra contra. Quiere que le temamos al mal y nos apartemos del Señor. Quiere que creamos que el mismísimo lugar de destrucción es el lugar más seguro. Si puede llegar a convencernos de esto, puede terminar con nuestra carrera.

Y, ya que “todo el mundo yace bajo el poder del maligno” (1 Juan 5:19), hace demostraciones de fuerza como la del lunes para hacernos sentir vulnerables en mil maneras. Nos dice “no estás a salvo en ningún lugar. Tu confianza en Dios es ridícula, tu Dios no te va a librar” (en 2 Crónicas 32:15). Y nos lanza dardos incendiarios de amenazas (Efesios 6:16) precisamente donde somos más vulnerables.

La fe te protege

¿Cómo continuamos la carrera de la fe en un mundo lleno de miedo y con invisibles enemigos terroristas al acecho? Temiendo al Señor y apartándonos del mal. Temerle al Señor es creer en el Señor.

Lo que quiero decir es esto, en Lucas 8, cuando la tormenta de viento galilea golpeó el bote de los discípulos mientras Jesús dormía en la parte de atrás, estos entraron en pánico porque la tormenta parecía más fuerte que Jesús. Pero luego Jesús reprendió la tormenta y esta cesó. Jesús les preguntó “¿Dónde está vuestra fe?”, trasladando el temor que los discípulos le tenían a la tormenta hacia Él (Lucas 8:25). Jesús era más fuerte que el mal de este mundo.

Vosotros “que sois protegidos por el poder de Dios mediante la fe, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo” (1 Pedro 1:5), sois guardados por la fé al creer en promesas como estas:

  • Dios perdona todos nuestros pecados (en 1 Juan 1:9)
  • Dios ha apartado de ti la condenación (en Romanos 8:1)
  • Tu corazón no debe ser turbado (en Juan 14:1) por las demoníacas tribulaciones del mundo, ya que Jesús las ha vencido por ti (en Juan 16:33)
  • Dios te proveerá de suficiente comida para tus necesidades (en Lucas 12:24)
  • Dios te proveerá de suficiente vestimenta para tus necesidades (en Mateo 6:30)
  • De hecho, cada necesidad que tengas será atendida (en Lucas 12:3 y Filipenses 4:19)
  • Puedes vender tus pertenencias y dar a los necesitados (en Lucas 12:33) porque tu Padre te dará con gusto el reino (en Lucas 12:32)
  • Nada será imposible para ti (en Mateo 17:20)
  • Puedes tener paz en cualquier tormenta de la vida (en Lucas 8:25)
  • Incluso si eres perseguido, odiado y hasta asesinado en nombre de Jesús, ni un cabello de tu cabeza perecerá (en Lucas 21:16-18)
  • Nunca morirás realmente (en Juan 11:26)
  • Recibirás la vida eterna (en Juan 3:16)
  • Nada te separará del amor de Dios en Cristo Jesús (en Romanos 8:38-39)
  • Cada promesa que Dios le ha hecho a su gente, las va a cumplir para ti (en 2 Corintios 1:20)
  • Si permaneces en Jesús y sus palabras permanecen en ti, lo que le pidas te será hecho (en Juan 15:7 y Mateo 21:22)
  • El Espíritu Santo brotará de tu corazón como ríos de agua viva (en Juan 7:38-39)
  • Tu alma nunca volverá a estar hambrienta ni sedienta (Juan 6:35)
  • Otros creerán en Jesús por tu palabra (Juan 17:20)
  • Dios hará que TODAS LAS COSAS cooperen para tu bien (Romanos 8:28)

El creer en estas (y muchas otras) promesas te guardará en la carrera. A través de ellas Jesús te dice:

“La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27)

Así que despójate del peso de tus temores (en Hebreos 12:1) y cree en Jesús. Jesús está corriendo contigo (en Hebreos 13:5) y es más fuerte que Satanás (en 1 Juan 4:4).

“Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13).