En estos últimos días Dios nos ha hablado por Su Hijo

Domingo de ramos

Mientras meditaba y oraba para saber qué decir sobre este Domingo de Ramos y Pascua, pensé que sería bueno concentrar nuestra atención en alguna revelación clara y poderosa, de Jesús, el Hijo de Dios. El enfoque del Domingo de Ramos es su llegada como Mesías. El enfoque del Jueves Santo y del Viernes Santo es su muerte para lidiar con nuestros pecados. El enfoque del Domingo de Pascua es su resurrección y reinado. Me gusta la forma en que todos estos detalles se unen en Hebreos 1:1-4. Así que escucharemos este texto durante los tres mensajes, hoy, el jueves en la noche (4 de Abril de 19996), y el domingo en la mañana (7 de Abril de 1996).

Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas, por medio de quien hizo también el universo.  El es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de su poder.  Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la majestad en las alturas, siendo mucho mejor que los ángeles, por cuanto ha heredado un nombre más excelente que ellos.

¿Quiere Escuchar a Dios Hablar?

Comencemos con una pregunta. ¿Quiere escuchar a Dios hablar? ¿Alguna vez ha dicho, en un momento de desesperación: "Oh Dios, si tan solo hablaras,  si yo pudiera escuchar tu voz,  si tan solo me hablaras y no permanecieras en silencio"? Yo he dicho esas palabras.  Y he descubierto que el Señor es paciente conmigo y tierno en sus reprensiones. Una de las reprensiones que he escuchado se encuentra en Hebreos 1:1-2. Estos versículos enseñan claramente y a voz en cuello que Dios no está en silencio. Dios no está retraído y sin comunicarse.

Estos versículos nos enseñan que Dios ha hablado en dos etapas: antes de la llegada del Hijo de Dios al mundo y por medio de la llegada del Hijo de Dios al mundo. Léalas de nuevo: "Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por su Hijo”. Medite por un momento en estas dos etapas de la comunicación de Dios.

Antes de la llegada del Hijo, Dios habló "en muchas ocasiones [o lugares] y de muchas maneras a los padres por los profetas". Note tres detalles cruciales.

1. Dios Habló

No estaba callado. Dios se comunica. Él desea conectarse con nosotros. No es una idea que en que tenemos que pensar. Es una Persona que debe ser escuchada, comprendida, disfrutada, y obedecida. Es una Persona que habla. No hay un hecho más importante que éste: hay un Dios que habla para que podamos conocerle y amarle y para que podamos vivir en una obediencia gozosa a él. Dios habló.

Dios habló. . .

2. "Por los Profetas"

Significa que la manera típica que Dios usó para comunicarse con su pueblo, en sentido general, era la inspiración de voceros que estuvieran en medio de ellos. La manera de Dios no era escribir su palabra en el cielo, o gritarla desde las montañas para que todos la oyeran, o susurrarla de uno en uno al corazón de cada israelita. Su manera típica era llamar a un profeta e inspirarlo a hablar y a escribir lo que Dios quería decir, a las personas. Pero no pierda de vista lo que dice este texto: Dios, habiendo hablado... a los padres por los profetas, ¡Dios habló a los padres! Cuando los padres escucharon y comprendieron a los profetas, escucharon a Dios hablando. Dios usa instrumentos humanos escogidos, inspirados, para hablar a los padres. Pero cuando los profetas hablan y escriben, en realidad, Dios está hablando a los padres.

Dios habló a los padres por los profetas. . .

3. "En Muchas Ocasiones y de Muchas Maneras”

Aquí es donde percibo, con seguridad, que Dios no está retraído, ni reacio a comunicarse. Este versículo enfatiza la exuberante variedad de la comunicación de Dios. ¡En "muchas ocasiones [o lugares] y de muchas maneras"! Éste es un gran consuelo y estímulo. ¿Sabe por qué? Porque todos sabemos que algunos de esos eventos y maneras son difíciles de entender. Si Dios tan solo hablara de una sola forma, o manera, y no pudiéramos comprenderlo, estaríamos muy frustrados y con una gran desventaja. Pero Dios no actúa así. Él ha hablado en muchas ocasiones y lugares y maneras.

Así que si usted tiene dificultad para comprender la Palabra en Levítico, quizás pueda escucharle claramente en Proverbios. Si no ve con claridad cuál es el mensaje en Zacarías, quizás todavía pueda ser profundamente conmocionado por el mensaje de Jonás. Si aun no puede comprender las extrañas visiones de Ezequiel, puede ser sostenido por los sufrimientos de Job. Éste es el mensaje: Dios quiso proveer muchas posibilidades para que usted pudiera oírle en el Antiguo Testamento. Él ha hablado y no está en silencio. Dios no está retraído ni reacio a comunicarse. Hay muchos lugares y muchas maneras en que él ha hablado por los profetas.

Así he sido reprendido por quejarme con relación al silencio de Dios. Soy como una persona quejándose en "La Tierra de los 10,000 Lagos", diciendo que no hay lagos en Minnesota porque no veo uno desde el Nº1801 en la 11th Avenue.

La Comunicación de Dios Ahora es Mejor y Mayor que la de Antes

Pero hay más. Hebreos dice que Dios habló en dos fases: una antes de la llegada del Hijo de Dios al mundo, y otra por medio de la llegada del hijo de Dios al mundo. Versículo 2a: "en estos últimos días [Dios] nos ha hablado por su Hijo”.

Ahora, el mensaje aquí es que si Dios parecía listo y dispuesto a comunicarse en el Antiguo Testamento, ¡cuánto más listo y dispuesto está ahora que envió a su Hijo! El escritor quiere que veamos que esta última comunicación de parte de Dios es mayor y mejor que todas las ocasiones y maneras de los días antiguos. Por tanto, cuando me quejo a Dios diciendo: "Señor, quiero escucharte. ¿Me hablarías? Necesito escuchar tu voz. . . ", ¿tengo razón? ¿Qué respondería Dios ante estas palabras?

Veamos tres formas en que es mejor la voz de Dios en el Hijo en estos últimos días que la voz de Dios en la antigüedad.

1. Por Su Hijo

Dios, ahora, no solo nos ha hablado por medio de sus profetas, sino por medio de su Hijo.

Los versículos 1 y 2 dicen:

Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por su Hijo.

Note que no dice: "Anteriormente, Dios habló por los profetas, y en estos últimos días, ha hablado por los apóstoles". Que es cierto. Y en Hebreos 2:3-4 usted puede ver el papel crucial que desempeñaron. Pero la idea aquí es que en estos últimos días, Dios ha hecho algo muy diferente, para comunicarse, él envió a su Hijo,

No Solo un Profeta

Ésto es diferente. El Hijo de Dios no es solo un profeta. Algunos pensaron que él era solamente un profeta (Juan 9:17), pero él no era un simple profeta. Aquí el Islam comete un gran error con Jesús. Jesús no es solo un profeta como Moisés, o como Isaías. Y en gloria está muy por encima de Mahoma. Él es el Hijo de Dios. Y ello significa que él es Dios. El hijo de John Piper es humano como John Piper. Y el Hijo de Dios es divino como Dios.

La próxima semana veremos con más detalle este asunto cuando nos enfoquemos en el versículo 3: "El es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza  [i.e. la naturaleza de Dios]”. El propósito de estas palabras es advertirnos contra el error que ha cometido el Islam. Jesús es la única imagen de la gloria divina de Dios y lleva en sí mismo la misma estampa de su naturaleza divina. Él no es un simple profeta. Toda la intención de este texto es mostrar que él es superior a los profetas. Él es el Hijo eternamente engendrado, sin comienzo y sin final (Hebreos 7:·3).

En otras palabras, Dios no solo ha hablado inspirando a profetas y apóstoles. Ha hablado al venir a nosotros en la persona de su Hijo. La Palabra de Dios para nosotros es expresada en quién era Jesús, en lo que dijo, y en lo que alcanzó al morir y resucitar de entre los muertos. Ésto es lo que Dios ha dicho y lo que debiéramos escuchar, lo que necesitamos escuchar con mucho más fervor que el que tenemos.

¿He Escuchado la Palabra de Dios en la Persona de Jesús?

Cada vez que comienzo a quejarme porque Dios está en silencio y porque necesito que Dios me hable, me detengo y pregunto: ¿He escuchado esta Palabra? ¿Es esta Palabra de Dios, hablada en el Hijo de Dios, tan pequeña y sencilla que ya terminé con ella, y ahora necesita que se le agregue más, es decir, necesito otra palabra? ¿Ya he escuchado la Palabra de Dios en la persona y en la enseñanza y en la obra del Hijo? ¿Acaso los actos de mi alma y la confusión de mi mente se deben realmente al hecho de que ya estoy cansado de escuchar esta Palabra, y necesito otra palabra? Y por eso siento otra reprensión llena de gracia a mis torpes y presuntuosos oídos.

De modo que la primera forma en que las palabras de Dios son mejores en estos últimos días, que en los tiempos de los profetas, es que él ahora nos ha hablado con la llegada de su Hijo.

2. El Hijo Señalado Como Heredero de Todas las Cosas

La segunda forma en que la palabra de Dios en estos días es mejor que en los días antiguos, es que el Hijo, en quien Dios habla, ha sido señalado como heredero de todas las cosas.

Él Puede Cumplir Sus Promesas

Versículo 2: "en estos últimos días [Dios] nos ha hablado por su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas”. Ahora, ¿por qué el escritor de Hebreos añade esta cláusula? Porque quiere que descansemos en el hecho de que aquel a quien escuchamos, Jesús, el Hijo de Dios, puede al final hacer realidad todas las promesas. ¿Por qué? Por que él es el heredero de todas las cosas. Al final, él tendrá todas las cosas a su disposición. Todo lo que existe estará sujeto a él. El escritor quiere que pensemos en ésto. ¿Qué significa escuchar a un Vocero de Dios, quien a fin de cuentas, tendrá todas las cosas bajo su control y señorío (toda tierra, todas las aguas, todos los fuegos, todos los vientos, toda la energía, todos los recursos naturales, todas las naciones, todos los poderes militares, todas las edificaciones, todas las bacterias y virus, todos los ángeles, todos los demonios, y todos los seres materiales y espirituales con excepción del Padre? Bien, significa que él puede cumplir todas sus promesas.

Si dice: "Bienaventurados los humildes, pues ellos heredarán la tierra" (Mateo 5:5), entonces él puede cumplir esa promesa, porque él poseerá la tierra y la tendrá bajo su control. Si dice: "ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús" (Romanos 8:39), entonces él puede cumplir esa promesa porque él poseerá toda la creación y la tendrá bajo su control. Si dice: "ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor" (Apocalipsis 21:4), él puede cumplir esa promesa porque él poseerá la vida y la muerte y gobernará sin ser estorbado, sobre todas las causas de dolor y clamor.

Cuando usted escucha al Hijo de Dios, es diferente a cuando escucha a un profeta. Dios cumplirá la palabra de los profetas. Pero el Hijo cumplirá su propia palabra.

¿Por qué Mencionar "Heredero" Antes de Creación?

¿Alguna vez se ha preguntado usted, en el versículo 2, por qué el Hijo es descrito primero como el "heredero de todas las cosas", y luego como aquel "por medio de quien [Dios] hizo también el universo"? ¿Por qué no decir primero que él es el Creador de todas las cosas y luego que es Heredero de todas las cosas? Vea mi suposición: es más importante mostrar cómo termina la historia que mostrar cómo comienza, aunque usted no podrá comprender el verdadero fin sin antes comprender el comienzo.

En otras palabras, en mi vida (y en la suya), el futuro es lo que realmente está en juego, no cómo ocurrió el pasado. Si tengo un Salvador que es Heredero de todas las cosas y hace que todo obre para mi gozo eterno, entonces el pasado es importante solo según me ayude a comprender el futuro y a creer y vivir en esa verdad. Pero el futuro es donde viviré, o donde no viviré.

El hecho es que no podremos entender que Jesús haya sido constituido Heredero de todas las cosas hasta que entendamos que todas las cosas fueron creadas por medio de él. En ignorancia de esta verdad, usted pudiera decir: "Oh, Jesús fue un hombre como nosotros y fue escogido para ser exaltado al jugar un papel especial como heredero, ¡después de todo, ahí dice que él fue constituido heredero! Así que si él fue constituido heredero, quizás no siempre fue heredero, y realmente fue adoptado como Hijo de Dios, en lugar de ser eternamente el Hijo de Dios. Ése sería un inmenso error.

Por eso el escritor continúa su primera y más importante declaración de que el Hijo de Dios es "heredero de todas las cosas", con la declaración de que él es "por medio de quien [Dios] hizo también el universo". Este orden implica, al menos, dos verdades: 1) el Hijo existía desde antes de venir a la tierra en la persona de Jesús de Nazaret; 2) el Hijo ya poseía el universo por haberlo creado con el Padre. De hecho, el versículo 3 dice que él "sostiene todas las cosas por la palabra de su poder" (vea también los versículos 10-12).

¿Cómo es Constituido Heredero?

Así que creó todas las cosas, y a todas las sostiene. ¿Cómo, entonces, es constituido heredero de todas las cosas? Creo que la respuesta es que, por ahora, gran parte de su creación está en rebelión; y Dios ha ordenado que, por la obediencia fiel del Hijo y por su muerte y resurrección, estos enemigos un día sean subyugados, y que toda la creación se incline y reconozca que es gobernada y señoreada por Jesucristo.

Hebreos 10:12-13 dice:

Habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados para siempre, [Cristo] se sentó a la diestra de Dios, esperando de ahí en adelante hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies.

En otras palabras, Cristo se sentó como el gobernador heredero activo de todas las cosas, a causa de su muerte y resurrección. Él no solo tiene el derecho de ser heredero de todas las cosas por haberlas creado, sino, además, por haber derrotado a sus enemigos y por haber comprado, mediante su muerte, a un pueblo perdido en el pecado y en la muerte.

Así que tenemos una doble razón para prestar atención a un Hijo de Dios que es Heredero de todas las cosas: él es heredero en un sentido porque hizo todas las cosas; y es constituido heredero en otro sentido, porque murió y resucitó a fin de redimir para sí mismo a un pueblo, y de destruir al pecado y a la muerte y a Satanás y a todo lo que pueda hacer miserable a ese pueblo.

Él puede cumplir su Palabra porque es Dios, porque es el Creador, y porque es el Heredero triunfante sobre toda miseria y maldad. Esta Palabra es mejor que cualquiera que hayan hablado los profetas en muchas ocasiones y maneras en el Antiguo Testamento.

Ahora nos queda una última declaración que hacer en esta mañana, acerca de cuán superior es la voz de Dios en el Hijo, por encima de su voz en los profetas.

3. No Hay una Tercera Fase de Comunicación

Esta Palabra de Dios en su Hijo es tan decisiva y tan completa, que no habrá una tercera etapa de la comunicación de Dios en la historia.

Ése es el significado del versículo 2 cuando dice: "en estos últimos días [Dios] nos ha hablado por su Hijo”. Los últimos días comienzan con la llegada del Hijo al mundo. Desde los días de Cristo hemos estado viviendo en los últimos días, es decir, los últimos días de la historia como la conocemos, antes del final y completo establecimiento del reino de Dios.

Los últimos días de una guerra son los días siguientes a la pelea de la batalla decisiva, o después de que fue lanzada la bomba decisiva. Todos saben quien ganó. Solo es cuestión de tiempo. La resistencia puede continuar por algunos años, pero la explosión mortal ha golpeado al enemigo y han sido tomados los lugares importantes. Los días de pelea que quedan son los últimos días de la guerra.

Así es desde que el Hijo de Dios vino al mundo. En su muerte y resurrección, se peleó y ganó la batalla decisiva contra el pecado y la muerte. Solo es cuestión de tiempo. Éstos son los últimos días, trayendo su triunfo decisivo a todos los pueblos de la tierra.

Pero el mensaje del escritor de Hebreos es que la Palabra que Dios nos habló por su Hijo, es la Palabra decisiva. No será seguida, en esta era, por ninguna otra palabra mayor o de reemplazo. Ésta es la Palabra de Dios: la persona de Jesús, la enseñanza de Jesús, y la obra de Jesús.

Cuando me quejo porque no escucho la Palabra de Dios, cuando siento un deseo de escuchar la voz de Dios, y me frustro porque él no habla en las maneras que anhelo, ¿qué estoy diciendo en realidad? ¿Estoy diciendo, en realidad, que ya he agotado esta última Palabra decisiva que me ha sido tan completamente revelada en el Nuevo Testamento? ¿Realmente he agotado los recursos de esta Palabra? ¿Se ha convertido esta Palabra tan en parte de mí que ha moldeado todo mi ser y me ha dado vida y guía? ¿O la he tratado a la ligera (pasándole ligeramente por arriba como a un periódico, profundizando tanto en ella como un probador de sabores), y entonces he decidido que quería algo diferente, algo más? Me temo que ésta es mi culpa, mucho más de lo que quisiera admitir. Dios nos está llamando a escuchar su Palabra última y decisiva, a meditar en ella y a estudiarla y memorizarla, y a demorarnos en ella y a sorberla para que nos sature hasta el centro de nuestro ser.

Si usted pregunta, ¿y qué se puede decir hoy del ministerio del Espíritu Santo? En pocas palabras, la pasión del Espíritu Santo es enfocar toda nuestra atención en esta Palabra última y decisiva hablada en el Hijo de Dios para estos últimos días. Ésa es su gran obra, y el propósito de todos los dones.