El Orgullo de Babel y la alabanza de Cristo

Toda la tierra hablaba la misma lengua y las mismas palabras. Y aconteció que según iban hacia el oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: Vamos, fabriquemos ladrillos y cozámoslos bien. Y usaron ladrillo en lugar de piedra, y asfalto en lugar de mezcla. Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta los cielos, y hagámonos un nombre famoso, para que no seamos dispersados sobre la faz de toda la tierra. Y el Señor descendió para ver la ciudad y la torre que habían edificado los hijos de los hombres. Y dijo el Señor: He aquí, son un solo pueblo y todos ellos tienen la misma lengua. Y esto es lo que han comenzado a hacer, y ahora nada de lo que se propongan hacer les será imposible. Vamos, bajemos y allí confundamos su lengua, para que nadie entienda el lenguaje del otro. Así los dispersó el Señor desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. Por eso fue llamada Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra; y de allí los dispersó el Señor sobre la faz de toda la tierra.

Nuestro tema en esta serie es Los Pecados Espectaculares y el Propósito Global que tienen en la Gloria de Cristo. Hoy vamos a analizar el espectacular pecado al edificar la torre de Babel. A menos que usted piense que este hecho es demasiado antiguo e irrelevante para su vida moderna, hágase estas preguntas: ¿De dónde vienen todos los idiomas del mundo, y todos los grupos de personas? ¿Son el resultado del pecado? ¿Son una buena idea, llena de potencial para la gloria de Cristo y el gozo del pueblo de Dios? ¿Es bueno o malo que halla estados políticos separados que a menudo entran en conflicto? ¿Qué piensa Dios acerca de un súper estado monolítico? ¿Evitará Dios la formación de un estado así? ¿Culminará el mundo con un súper estado mundial? Y, personalmente, ¿cuál es la raíz de nuestro propio pecado, y qué piensa Dios acerca de ella? ¿Qué ha hecho Dios para rescatarnos de ese pecado? Todas estas preguntas, y muchas más, surgen de este texto.

Una Desconcertante interrogante queda respondida

Comencemos aclarando un asunto desconcertante en este contexto. Génesis 11:1-9 parece describir el origen de los idiomas. Pero los lectores cuidadosos de Génesis notarán que en el capítulo 10 las personas y los idiomas son descritos como si existieran desde antes de la torre de Babel en Génesis 11. Por ejemplo, vea Génesis 10:5: “De éstos, las costas de las naciones se dividieron en sus tierras, cada uno conforme a su lengua, según sus familias, en sus naciones”. Entonces, cuando llegamos a Génesis 11:1 y dice: “Toda la tierra hablaba la misma lengua y las mismas palabras”. El autor sabía lo que hacía, no había olvidado en Génesis 11:1 lo que acababa de escribir en 10:5, y el 31 (solo dos versículos antes).

La solución es reconocer que el autor no ha puesto estas dos historias en orden cronológico. La primera describe la dispersión de las personas y las lenguas (capítulo 10), y luego describe el origen de esa diversidad en Génesis 11:1-9. Algunas veces, cuando usted tiene algo impactante que decir, algo acerca de por qué sucede un evento, usted lo dice al comienzo del evento; y a veces, espera, y lo dice al final del evento.

Después del diluvio, Dios había dicho a Noé, en Génesis 9:1: “Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra”. Esto es lo que describe el capítulo 10. Sucedía mientras se multiplicaban las personas y los idiomas, parecía el simple cumplimiento del mandamiento de Dios, parecía obediencia. Entonces Génesis 11:1-9 deja caer la bomba: ¡No era obediencia! Ellos no se estaban esparciendo. Estaban aglomerándose. Dios descendió y destruyó la desobediencia de los hombres e hizo que fuera imposible que se agruparan nuevamente. Confundió sus idiomas y dividió a la humanidad en muchos pueblos e idiomas.

La Exposición de dos grandes pecados

Excavemos aquí durante unos pocos minutes y veamos cuál era el pecado, y luego veamos cuál fue el juicio de Dios antes de preguntar cómo ha sido todo esto diseñado para la gloria de Cristo. Génesis 11:1-4:

Toda la tierra hablaba la misma lengua y las mismas palabras. Y aconteció que según iban hacia el oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: "Vamos, fabriquemos ladrillos y cozámos los bien." Y usaron ladrillo en lugar de piedra, y asfalto en lugar de mezcla. Y dijeron: "Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta los cielos, y hagámonos un nombre famoso, para que no seamos dispersados sobre la faz de toda la tierra."

Las declaraciones fundamentales están en el verso 4: 1) Ellos tenían la intención de edificar una ciudad. 2) Ellos tenían la intención de edificar una torre, en la ciudad, que alcanzara los cielos. 3) Querían hacerse un nombre para sí mismos. 4) Su propósito era no ser dispersados por toda la tierra. Las dos primeras se corresponden con las dos últimas. La manera de evitar ser dispersados por toda la tierra es edificar una ciudad. Edificar una torre que alcance los cielos es la única forma de hacerse un nombre para uno mismo. Los dos pecados son el amor a las alabanzas (Así es cuando usted anhela ardientemente hacerse un nombre para sí mismo), y el amor a la seguridad (así es cuando usted edifica una ciudad y no se arriesga a llenar la tierra).

La voluntad de Dios para los seres humanos no es que encontremos nuestro gozo en ser alabados, sino que encontremos nuestro gozo en conocerle y alabarle a él. Su voluntad no es que encontremos nuestra seguridad en las ciudades, sino en el Dios a quien alegremente obedecemos. Así que el espectacular pecado del hombre es que, aun después del diluvio (que fue una estridente advertencia contra el pecado para Noé y sus descendientes), sucede que no estamos mejor que antes. La condición humana es la misma que tuvieron Adán y Eva. Ellos deciden por sí mismos qué es mejor. Creen que incluso pueden elevarse y reclamar el lugar de Dios. Esta es la historia de la humanidad hasta hoy, la historia de una humanidad alejada de la gracia redentora.

El Pecado de Adán es reproducido

Hay dos afirmaciones en el verso 5 que indican que el hombre está a punto de ser puesto en su lugar: “Y el Señor descendió para ver la ciudad y la torre que habían edificado los hijos de los hombres”. Note primeramente que Dios les llama “los hijos de los hombres”, o traducido de otra forma “los hijos de Adán”. La edificación de esta ciudad y su torre son similares a lo que Adán hizo cuando se rebeló contra Dios y comió del árbol. La naturaleza pecaminosa de Adán continua en sus descendientes –incluyéndole a usted y a mí.

La Demostración del desprecio santo

Segundo, note que dice: “el Señor descendió para ver la ciudad y la torre”. Esto es desprecio santo. El autor se burla de la torre  al decir que Dios tuvo que descender para verla. Esta torre está tan lejos de alcanzar los cielos, que Dios no le puede ver desde allá. Por supuesto, Dios puede verlo todo desde cualquier parte, pero cuando usted quiere mostrar la naturaleza ridícula del orgullo del hombre que intenta menospreciar a Dios, entonces se toma algunos riesgos y puede hablar con ironía y describir a Dios como si mirara hacia abajo buscando con la mirada a esta gran torre con una “cúspide [que llega] hasta los cielos”.

Las Aspiraciones globales son limitadas

Ahora, ¿qué hace Dios en respuesta a este espectacular pecado del hombre quien rehúsa llenar la tierra con la gloria de Dios y asegura su propia vida en una ciudad, tratando de exaltarse a sí mismo en lugar de Dios? Génesis 11:6-8:

Y dijo el Señor: He aquí, son un solo pueblo y todos ellos tienen la misma lengua. Y esto es lo que han comenzado a hacer, y ahora nada de lo que se propongan hacer les será imposible. Vamos, bajemos y allí confundamos su lengua, para que nadie entienda el lenguaje del otro. Así los dispersó el Señor desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.

Note lo que Dios dice en el verso 6: “He aquí, son un solo pueblo y todos ellos tienen la misma lengua”. Esto indica que Dios no solo está a punto de dividir sus lenguas, sino que al hacerlo, también dividirá un pueblo convirtiéndolo en muchos pueblos. Él esta a punto de multiplicar el idioma y los pueblos. Así dice en el verso 7: “Vamos, bajemos y allí confundamos su lengua, para que nadie entienda el lenguaje del otro”. De esta forma, Dios los dispersó sobre la faz de toda la tierra.

Así que la respuesta de Dios a la presunción y arrogancia del hombre es hacer que sea más difícil la comunicación de los hombres, impidiendo así sus planes globales para minimizar a Dios. Dios ha incorporado un sistema al mundo por el cual el orgullo de los diferentes grupos de personas, limita el orgullo de otros grupos de personas. Dios conoce el inmenso potencial de los seres humanos creados a su propia imagen. Y les ha dado una sorprendente libertad para auto-exaltarse y diseñar sus propios sistemas de seguridad sin confiar en él. Pero hay límites. Miles de idiomas alrededor del mundo y miles de pueblos diferentes limitan las aspiraciones globales de la humanidad.

Diseñado para la gloria de Cristo

Vuelva conmigo al asunto del propósito global de Dios para la gloria de Cristo en este evento. Tenga en mente el principio en el que nos hemos apoyado repetidas veces: Cuando Dios permite algo, lo hace por una razón. Y esa razón es parte de un plan. Dios no actúa caprichosamente, o al azar, o sin propósito. Así que cuando él permite este pecado espectacular de orgullo, presunción, y rebelión en los llanos de Sinar, sabía exactamente lo que hacía y cuál sería su respuesta. Esto significa que las personas e idiomas del mundo no son una ocurrencia tardía de Dios. Son el juicio de Dios sobre el pecado, y al mismo tiempo están diseñadas por Dios para la gloria global de Jesucristo.

Así que preguntamos nuevamente: ¿cómo sirve este espectacular pecado, y sus consecuencias en los idiomas divididos del mundo, para exaltar la gloria de Cristo? Aquí tenemos cinco formas.

1) Los Cristianos son guardados

El hecho de que Dios dividiera al mundo en diferentes idiomas, limita el surgimiento de un estado global, monolítico y anticristiano que tiene el poder de barrer con todos los cristianos. A menudo pensamos que la diversidad de idiomas y culturas, y estados políticos es un obstáculo para la evangelización mundial –la expansión de la gloria de Cristo. No es así como Dios lo ve. Dios está más preocupado por los daños de la uniformidad humana que por la diversidad humana. Los humanos somos demasiado malvados para que se nos permita unirnos en un idioma o un gobierno. El evangelio de la gloria de Cristo se esparce mejor y florece mejor a causa de 6500 idiomas, no a pesar de ellos.

2) El Orgullo es destrozado

Esta es la segunda forma en que la historia de la torre de Babel glorifica a Cristo. Suponga que alguien pregunta: « ¿Acaso no habrá en los últimos días un gran gobierno global donde los cristianos serán igualmente perseguidos en todas partes?» La respuesta es sí. En el Día Final, Dios deshará las restricciones que ahora retienen esta maldad. El Anticristo, el “hombre de pecado”, como Pablo le llama (2da a los Tesalonicenses 2:3), la Bestia, como le llama Juan (Apocalipsis 13:3), se levantará con una gran influencia global, y habrá una terrible persecución sobre los cristianos. Pero este es el vínculo con los rebeldes de Sinar. La torre que ellos edificaron fue llamada: la torre de Babel (Génesis 11:9).

La palabra babel en hebreo aparece más de 200 veces en el Antiguo Testamento y es traducida “Babilonia” en casi todos los casos. Cuando el escritor dice en Génesis 11:9: “Por eso fue llamada Babel [babel], porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra; y de allí los dispersó el Señor sobre la faz de toda la tierra”, se está humillando a la gran ciudad de Babilonia. Significa que Babilonia, con sus famosas torres, murallas, jardines, e idolatría, es solo un esfuerzo miserable comparado con Dios. Y este nombre “Babel” o “Babilonia” es el nombre dado a la ciudad de la bestia en el libro de Apocalipsis (14:8-9). Y en este nombre, resplandece la gloria de Cristo, porque aunque por un breve tiempo Babilonia se embriagará con la sangre de los mártires cristianos (Apocalipsis 17:6), ella, como la torre de Babel, será anulada. Aquí tenemos una descripción que señala cómo señala cómo será expulsada, como la torre de Babel de los últimos días.

Porque sus pecados se han amontonado hasta el cielo […] Cuanto ella se glorificó a sí misma y vivió sensualmente, así dadle tormento y duelo, porque dice en su corazón: “Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda y nunca veré duelo.” […] “¡Ay, ay, la gran ciudad, Babilonia, la ciudad fuerte!, porque en una hora ha llegado tu juicio.” (Apocalipsis 18:5, 7, 10)

Así que sí, en el Día Final, Dios deshará las restricciones que ha puesto sobre las naciones. Las naciones se hincharán con el orgullo de Babilonia. Los cristianos sufrirán. Y entonces, en un instante, Cristo vendrá de sus alturas infinitas y matará al hombre de pecado con el aliento de su boca (2da a los Tesalonicenses 2:8). Y Babilonia no será más. El orgullo del hombre será eliminado de la tierra. La historia de Génesis 11:1-9 es un presagio de ese evento. La victoria entonces y en el día final es la victoria de Cristo.

3) Cada grupo es reclamado

Esta es la tercera forma en que el pecado de Babel y el juicio de Dios apuntan hacia la gloria global de Cristo. La autoridad y poder de Jesús es exaltada porque él extiende su reclamo a cada grupo de idiomas y a cada pueblo “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. 19 Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones” (Mateo 28:18-19a). Sí, en respuesta al pecado, Dios ha dividido los idiomas y las naciones. Pero a la larga, todo exalta la autoridad y poder de Cristo para hacer discípulos en cada lengua. Su poder es aun más glorioso porque se abre paso en tantos idiomas y personas diferentes, y aun así trae salvación.

4) El Evangelio es glorificado

Y lo mismo debe decirse acerca de este evangelio en particular. El mensaje de su muerte y resurrección. El mensaje de perdón y justificación. Romanos 1:16: “no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree; del judío primeramente y también del griego”. Una gran parte de la gloria del evangelio es que no es regionalista, no es una religión tribal. Se abre paso a través de cada lenguaje y cada pueblo. Si no hubiera diversidad de idiomas, si no hubiera ocurrido el espectacular pecado de Babel y su juicio, la gloria global del evangelio de Cristo no resplandecería tan hermosamente como lo hace a través del prisma de miles de idiomas.

5) Jesús es alabado

Y, por ultimo, la alabanza que Jesús recibe de todos los idiomas es más bella, por su diversidad, de lo que hubiera sido si solo hubiera un idioma y un pueblo para cantar. “Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación. Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra” (Apocalipsis 5:9-10). “Después de esto miré, y vi una gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos. Y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero” (Apocalipsis 7:9-10).

Fue el espectacular pecado en los llanos de Sinar lo que provocó la multiplicación de idiomas que terminó en la más gloriosa alabanza a Cristo en cada lengua sobre la tierra. Alaba al Señor Bethlehem, todo lo que respire, alabe al Señor.