Cuando les sea quitado el novio, ayunarán, con odres nuevos

*Mateo 9:14–17 *

Entonces se le acercaron los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, pero tus discípulos no ayunan? Y Jesús les dijo: ¿Acaso los acompañantes del novio pueden estar de luto mientras el novio está con ellos? Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán. Y nadie pone un remiendo de tela nueva en un vestido viejo; porque el remiendo al encogerse tira del vestido y se produce una rotura peor. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces los odres se revientan, el vino se derrama y los odres se pierden; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan.

La semana pasada les convoqué, como iglesia, a que se unieran a mí para ayunar un día a la semana durante el mes de Enero. Al hacer esto nos unimos a los líderes de Promise Keepers y a Bill Bright y a la Campus Crusade y a miles de otros alrededor del mundo en la disciplina bíblica de ayunar. Para usted quizás sea nuevo. Pero para la iglesia cristiana a lo largo de la historia, esto no es nuevo.

El ayuno en la historia de la iglesia

El Didache, un manual de instrucción eclesiástica de cerca del final del primer siglo, dice:

Que vuestro ayuno no sea con los hipócritas, porque ellos ayunan los lunes y los jueves, haced vuestro ayuno los miércoles y viernes. (7:1)

En otras palabras, la iglesia primitiva buscaba distanciarse del ayuno vacío, sin perder el valor de la práctica.

Epifanio, un obispo en Italia en el siglo quinto, dijo:

¿Quién no sabe que el ayuno del cuarto y el sexto día de la semana es guardado por cristianos de todo el mundo?

Juan Calvino, en el siglo XVI, dijo:

Digamos algo sobre el ayuno, porque muchos por querer saber cuál es su utilidad, desestiman su necesidad, y algunos lo rechazan como algo supérfluo; mientras, por otro lado, donde su uso no es bien comprendido, degenera fácilmente en superstición. El ayuno santo y legítimo está dirigido hacia tres propósitos; porque lo practicamos tanto como una restricción de la carne, para preservarla del desenfreno, o como una preparación para oraciones y mediaciones piadosas, o como un testimonio de nuestra humillación en la presencia de Dios cuando estamos deseosos de confesar nuestra culpa ante él. (Institutes, IV.12, 14, 15)

Martín Lutero escribió:

Del ayuno digo esto: Es correcto ayunar frecuentemente a fin de someter y controlar el cuerpo. Porque cuando el estómago está lleno, el cuerpo no sirve para predicar, para orar, o estudiar o hacer cualquier otra cosa que sea buena. Bajo tales circunstancias la Palabra de Dios no puede permanecer. Pero no se debe ayunar con el propósito de merecer algo o como una buena obra.

En épocas más recientes, la iglesia evangélica en Sur Corea ha enseñado al resto del mundo una lección sobre el ayuno y la oración. La primera iglesia protestante fue plantada en Corea en 1884. Cien años después había 30 000 iglesias. Es un promedio de 300 nuevas iglesias al año durante 100 años. Los evangélicos de hoy son cerca del 30% de la población. Dios ha usado muchos medios para hacer esta gran obra. Uno de ellos es una recuperación, no solo de la oración dinámica, sino del ayuno-oración. En la OMS (Sociedad Misionera de Ultramar, por sus siglas en inglés) solo en las iglesias, más de 20 000 personas han completado un ayuno de 40 días, generalmente en una de sus "casas de oración" en las montañas.

Un llamado a ayunar

Dios ha confirmado, en mi propia experiencia en esta semana, el valor del ayuno para lograr avanzar en áreas por las que se ha orado por mucho tiempo. Creo que si buscamos al Señor con el hambre del ayuno, habrá muchos más avances así, más de los que esperamos. ¿Hay algo por lo que usted ha estado orando por largo tiempo? ¿Hay un incrédulo que quisiera que Dios despertara a las bendiciones espirituales? ¿Hay una relación rota que quisiera que Dios reconciliara? ¿Hay confusión en la dirección en el horizonte de su vida? Creo que Dios nos está llamando a redescubrir el lugar del ayuno para apropiarnos de Su poder.

Sugiero que, como iglesia, ayunemos corporativamente durante 24 horas, saltando el desayuno y el almuerzo cada miércoles en Enero. Así que no estaríamos comiendo entre la cena del martes y la cena del miércoles. Al contrario, trataríamos de dedicar parte del tiempo dedicado a esas comidas a la meditación en la Palabra de Dios y a la oración por el despertar espiritual y el avance del reino de Dios alrededor del mundo.

Muchos modos de unirse al espíritu del ayuno

Me doy cuenta de que esto no será factible para todos. Algunos tienen agendas los miércoles que lo hacen impracticable. Otros tienen condiciones físicas que hacen que el ayuno sea inseguro. No se preocupen por eso. Hay muchos modos de unirse al espíritu de ayuno. Una mujer me escribió en esta semana diciéndome que su trabajo no le permitía participar de esta agenda. Así que dijo:

Tengo un par de cosas que creo que son de parte del Espíritu y que pueden ser más ayuno que la comida. Pensé que no mirar televisión durante una semana, o un mes, o una noche a la semana cuando generalmente la miro, puede ser más ayuno que dejar de comer. En lugar de mirar mi programa favorito dedico tiempo a hablar y a escuchar a Dios. Me pregunto si habrá otros para quienes esto será ayuno y un tiempo de oración enfocada para ellos.

No ignore el llamado de Dios en su vida para ayunar si no puede ser parte del enfoque del miércoles. Si su corazón está dispuesto, él le guiará, como hizo esta mujer, a algo fructífero para usted.

Martin Lloyd-Jones dijo en su gran libro sobre el Sermón del Monte.

El ayuno, si lo conceptualizamos en verdad, no debe. . . estar confinado al asunto de la comida y la bebida; el ayuno debiera hacerse realmente para incluir la abstinencia de cualquier cosa que sea legítima y en sí mismo debiera ser por la causa de algún propósito espiritual. Hay muchas funciones corporales que son correctas y normales y perfectamente legítimas, pero por algunas razones especiales y peculiares, en ciertas circunstancias debieran ser controladas. Éso es ayuno.

Ayuno: Una intensificación de la oración

La semana pasada señalé, partiendo de Hechos 13:1-3, que el curso de la historia cambió cuando los líderes de la iglesia en Antioquía estaban adorando, orando, y ayunando. Sugerí que en nuestro día ha habido un nuevo despertar en la adoración alrededor del mundo, y un nuevo despertar en la oración alrededor del mundo. Pero aun no parece haber un nuevo despertar en el ayuno, excepto en algunos lugares como Corea. Pregunté, ¿No pudiera Dios ordenar que sus bendiciones más grandes vengan a la iglesia cuando prevalecemos en oraciones con la intensidad del ayuno? Es por esto que creo que el ayuno es la esencia. Es una intensificación de la oración. Es un punto de explicación física al final de la oración: "Tenemos hambre de que vengas en poder." Es un clamor con nuestro cuerpo: "¡Es algo que realmente quiero Señor! Así mismo tengo hambre por ti".

Durante los siguientes dos domingos quiero llevar nuestra atención a las palabras de Jesús sobre el ayuno. ¿Nos enseña que debemos ayunar? ¿O es parte del viejo odre sobrante del Antiguo Testamento que no tiene lugar en el nuevo pueblo de Dios, libre y gozoso?

Richard Foster, quien escribió el libro Celebration of Discipline, dijo en su capítulo sobre el ayuno de Mateo 9:15: "Ésa es, quizás, la declaración más importante en el Nuevo Testamento sobre si los cristianos debieran ayunar hoy". Eso es probablemente cierto. Prestemos, por tanto, atención a este texto y pidamos al Señor que nos enseñe, del texto, qué debiéramos conocer y hacer con relación al ayuno.

¿Por qué no ayunaban los discípulos de Jesús?

En Mateo 9:14, los discípulos de Juan Bautista vinieron a Jesús y preguntaron, ¿por qué no ayunan los discípulos de Jesús? Así que, evidentemente los discípulos de Jesús no estaban ayunando mientras estaban con Él.

*Mientras el novio está con sus acompañantes *

Jesús responde con una ilustración. Dice: "¿Acaso los acompañantes del novio pueden estar de luto mientras el novio está con ellos?" Con esas palabras, Jesús nos enseña dos verdades: una es que el ayuno estaba ampliamente asociado con el luto en esos días. Era una expresión de un corazón quebrantado y de desesperación, usualmente con relación al pecado o por algún daño. Era algo que usted hacía cuando las cosas no salían como usted quería.

Pero ésa no es la situación de los discípulos de Jesús. Esta es la segunda verdad que Él enseña: el Mesías ha llegado y su llegada es como la llegada de un novio a un festín de bodas. Esto es algo simplemente demasiado bueno para mezclarlo con el ayuno. De modo que aquí Jesús estaba haciendo una tremenda afirmación sobre Sí mismo. En el Antiguo Testamento Dios se había representado a Sí mismo como el esposo de Su pueblo Israel (Isaías 62:4s.; Jeremías 2:2; 3:20; Ezequiel 16:8; Oseas2:19s.) Ahora, Su Hijo, el Mesías tanto tiempo esperado, ha llegado y reclama ser el Novio, es decir, el Esposo de Su pueblo, quien será el verdadero Israel (vea Juan 3:29). Este es el tipo de afirmación parcialmente velada que hizo Jesús acerca de Su identidad con Dios. Si usted tuviera oídos para oír, la oiría. Dios, quien comprometió a Israel para sí mismo en un pacto de amor, ha venido.

Esto es tan sorprendente y tan glorioso y tan inesperado en esta forma, que Jesús dijo: ustedes no pueden ayunar ahora en esta situación. Es demasiado feliz y demasiado estimulante. El ayuno es para tiempos de anhelos y dolores, e ilusiones. Pero el novio de Israel está aquí. Después de mil años de soñar y anhelar y esperar, ¡está aquí! La ausencia de ayuno en el grupo de discípulos era un testimonio de la presencia de Dios en medio de ellos.

"Entonces ayunarán"

Pero luego Jesús dijo: "Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán". Esta es la oración clave. "entonces ayunarán". ¿A cuándo se refiere?

Algunos sugieren que se estaba refiriendo solo a los muchos días entre Su muerte y resurrección. Ayunarían solo por esos días. Pero éso es muy poco probable. Por muchas razones. Una es que la iglesia primitiva ayunó después de la resurrección, como hemos visto en Hechos 13:1–3 (vea Hechos 14:23; 2da a los Corintios 6:5; 11:27). La otra es que en Mateo 25:1-13, Jesús ilustra su segunda venida como la llegada del novio. En otras palabras, el novio es quitado hasta la segunda venida de Cristo.

De modo que pienso que Arthur Wallis tiene razón en su sexto capítulo del libro God's Chosen Fast: "The time is now. ["El ayuno escogido de Dios: ahora es el tiempo"]. Jesús está diciendo: Ahora, ustedes no pueden ayunar mientras estoy en medio de ustedes como el Novio, pero no permaneceré con ustedes. Dentro de poco regresaré a Mi Padre en los cielos. Y durante ése tiempo, ustedes orarán. Ése tiempo es ahora.

Es cierto que Jesús está presente con nosotros mediante Su Espíritu. Pero Pablo dijo en 2da a los Corintios 5:8: "preferimos más bien estar ausentes del cuerpo y habitar con el Señor". En otras palabras, en esta época hay dolor y anhelo, y nostalgia en cada cristiano, porque Jesús no está aquí plena e íntimamente, y tan poderosa y gloriosamente como queremos que esté. Y es por éso que ayunamos.

*Un remiendo de ropa que no se encoge y vino nuevo *

Pero entonces Jesús dice algo muy crucial en los versículos 16-17. Dice:

Y nadie pone un remiendo de tela nueva en un vestido viejo; porque el remiendo al encogerse tira del vestido y se produce una rotura peor. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces los odres se revientan, el vino se derrama y los odres se pierden; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan.

El remiendo de ropa que no se encoge y el nuevo vino representan la nueva realidad que ha venido con Jesús, el reino de Dios aquí. El Novio ha llegado. El Mesías en medio nuestro. Y éso no es algo solo temporal. Él no solo está aquí y luego se irá. El reino de Dios no vino en Jesús y luego solo se desvaneció del mundo.

Jesús murió por nuestros pecados una vez y por todas. Él resucitó de entre los muertos una vez y para siempre. El Espíritu fue enviado al mundo como la presencia real de Jesús en medio nuestro. El reino es el poder imperante de Cristo en el mundo, sometiendo corazones al Rey y creando un pueblo que cree en Él y le sirve a Él. El Espíritu del Novio está reuniendo y purificando a la novia para Cristo. Éste es el vino nuevo.

Los odres viejos no pueden contener el vino nuevo

Y Jesús dice, los odres viejos no lo pueden contener. ¿Qué es el odre viejo? En el contexto parece ser el ayuno. El ayuno fue heredado del Antiguo Testamento y ha sido usado como parte del sistema judío para relacionarse con Dios. Ahora Jesús dice: los odres viejos del judaísmo no pueden contener el vino nuevo.

Entonces, ¿qué diremos? En el versículo 15 Jesús dice que ayunaremos cuando el Novio se haya ido. Y en el versículo 17 dice que el viejo ayuno no puede contener el vino nuevo del reino.

*El vino nuevo demanda nuevos ayunos *

Mi respuesta es que el vino nuevo demanda un nuevo ayuno. Hace años, escribí este texto al margen de mi Testamento en griego: "El nuevo ayuno se basa en el misterio del que el Novio ha llegado, no en que Él vendrá. El nuevo vino de Su presencia convoca a un nuevo ayuno".

En otras palabras, el anhelo y clamor y dolor del viejo ayuno no estaba basado en la gloriosa verdad de que el Mesías había llegado. El lamento por el pecado y el clamor en peligro no estaban basados en la gran obra consumada del Redentor y en la gran revelación de Sí mismo y Su gracia en la historia. Pero ahora ha llegado el Novio. Al venir dio el golpe decisivo contra el pecado y Satanás y la muerte.

El gran acto central y decisivo de salvación por nosotros está en el pasado, no en el futuro. Y sobre la base de esa obra pasada del Novio, nada puede ser lo mismo de nuevo. El vino es nuevo. La sangre ha sido derramada. El Cordero ya fue inmolado. El castigo por el pecado fue ejecutado. La muerte está derrotada. El Novio ha resucitado. El Espíritu ha sido enviado. El vino es nuevo. Y la mentalidad del antiguo ayuno simplemente ya no es adecuada.

¿Qué hay de nuevo en el nuevo ayuno?

Lo nuevo en el ayuno es que descansa en toda esta obra consumada del Novio. El anhelo que sentimos por el avivamiento o el despertar o la liberación de la corrupción, no es solo un anhelo y un dolor. Los primeros frutos que anhelamos ya llegaron. Ya ha sido pagado el anticipo de lo que pedimos. La plenitud de lo que anhelamos y de aquello por lo que ayunamos ha aparecido en la historia y hemos visto Su gloria. No es solo algo futuro.

Hemos probado los poderes de siglo venidero, y nuestro nuevo ayuno no es debido a que tengamos hambre de algo que no hemos probado, sino porque el nuevo vino de la presencia de Cristo es muy real y satisfactorio. Esta es la novedad de nuestro ayuno: su intensidad no viene porque nunca hayamos probado el vino de la presencia de Cristo, sino porque lo hemos probado muy maravillosamente por Su Espíritu y, por tanto, ahora no podemos estar satisfechos hasta que llegue la consumación. Tenemos que tener todo lo que Él prometió. Y tanto como sea posible.

Así que le animo a unirse en el ayuno de Enero. No porque no haya probado el nuevo vino de la presencia de Cristo, sino por haberlo probado, y porque anhela, con un dolor profundo y gozoso del alma, conocer más de Su presencia y poder en medio nuestro.